Uruguay: cómo un gobierno popular perdió la elección
¿Por qué, a pesar de los buenos indicadores macroeconómicos y un presidente con 50% de popularidad, la coalición de gobierno perdió la elección presidencial? La mesa de Diálogo Político reunió a tres especialistas detrás de esta pregunta para analizar el balotaje en Uruguay.
Escucha la noticia
El domingo 24 de noviembre tuvo lugar la segunda vuelta (balotaje) en Uruguay. Yamandú Orsi, candidato del izquierdista Frente Amplio se impuso con 49,77% sobre el candidato de la Coalición Republicana (CR) de centro derecha, Álvaro Delgado (45,94%).
Contexto
Desde que comenzó la campaña presidencial las encuestas mostraban un empate técnico entre ambos bloques. En la primera vuelta el 27 de octubre el opositor Frente Amplio fue el obtuvo 43,9%. Mientras, los partidos de la Coalición Republicana (Partido Nacional, Colorado, Independiente y Cabildo Abierto) sumaron 47,3%. Este resultado hizo necesaria la segunda vuelta del 27 de noviembre.
Durante el mes de noviembre las encuestas marcaron una leve mayoría para la oposición. Como la diferencia estaba dentro del margen de error, el resultado podía ser incierto. Sin embargo, la sorpresa fue que el triunfo de la oposición alcanzó los cuatro puntos porcentuales. El resultado llama a la reflexión sobre sus razones.
En la mesa de análisis participaron Cecilia Rocha, politóloga, profesora de la Universidad de la República; Daniel Supervielle, periodista, analista político, director de comunicación estratégica de Ceres; Victoria Pasquet, abogada, directora del Centro de Estudios de Políticas Públicas.
El cambio seguro
Supervielle atribuyó el triunfo del Frente Amplio a una estrategia muy elaborada basada en la consigna de Un cambio seguro, sin propuesta de cambios radicales. A esto se sumó el lenguaje moderado del candidato Yamandú Orsi que proviene del interior del país. Durante la campaña el único anuncio fue de Gabriel Odone, un economista de posiciones moderadas para la cartera de economía. Resumiendo, Supervielle ve un “cambio de la cabina de mando, pero no en el rumbo”.
Por su parte, Rocha constató que el FA logró buena votación en departamentos golpeados por la diferencia cambiaria y alta desocupación. El aumento de la adhesión se debe a la fuerte militancia partidaria y la estrategia de recorrer el interior. Coincide con la moderación mostrada por al candidato Orsi en sus apariciones públicas y al apoyo del líder histórico y expresidente José Mujica.
El candidato oficialista Delgado mostró una amplia trayectoria política y características dialoguistas, pero no logró que la alta aceptación del actual presidente Lacalle Pou se convirtieron en votos a su fórmula. La segmentación de los discursos; por un lado, una fuerte crítica al FA y por otro lado ofrecerle ministerios en caso de triunfar, parece no haber tenido éxito.
Pasquet coincidió en que la militancia del FA explicó en parte el triunfo. Entre las debilidades del gobierno identificó también no temas de corrupción, aun en la justicia, no bien manejados. Destacó la importancia de los programas de los partidos, que en Uruguay se leen y se conocen. Deben ser registrados en la Corte Electoral lo que permite que se los utilice para analizar el cumplimiento de los gobiernos en función de ellos.
Países vecinos
Los tres expertos coincidieron que más allá de afinidades ideológicas el nuevo gobierno deberá tener una buena relación con Argentina y Brasil. Si bien es posible que Uruguay se aliñe con el gobierno brasilero, no hay que olvidar que el lío internacional más serio lo tuvo el gobierno de Tabaré Vázquez con el de Argentina liderado por Néstor Kirchner. Por lo tanto, la afinidad ideológica no garantiza la ausencia de conflictos y sería deseable que el ministerio de economía y la cancillería estuvieran alineadas.
Si bien en la campaña se habló de dos modelos de país, los tres integrantes de la mesa constataron importantes coincidencias y áreas de posibles acuerdos interpartidarios. Esto será necesario además porque el FA no dispone de mayorías en la cámara baja, lo que lo obliga a negocias para lograr las mayorías requeridas.
Acuerdos interpartidarios
Como áreas para lograr acuerdos pendientes está en primer lugar la seguridad. Es necesario evitar que el crimen organizado se instale en el país y bajar las altas tasas de homicidios. Parte del problema a ser encarado debería ser la reforma carcelaria.
Además, mencionaron otras tres áreas relevantes. Se requiere de un crecimiento genuino sin el cual no se podrán financiar los programas sociales, en particular los referidos a la pobreza infantil. Este crecimiento requiere controlar la inflación. Los contertulios coincidieron en que la alta tasa de deserción es un emergente de un problema educativo ineludible sobre el que es necesario lograr consensos y estrategias sostenidas por todos los partidos. La debilidad del Uruguay como tomador de precios solo puede superada mediante políticas orientadas a la innovación que permita la diversificación productiva.
Fortalezas y pendientes
Los expertos destacaron que la alta participación (casi 90%), una jornada electoral sin incidentes y el gesto de ambos candidatos de saludar a su oponente luego de conocidos los resultados.
Supervielle identificó dos temas en los que dentro del bloque triunfador hay diferencias. Por un lado, Venezuela sigue siendo una piedra en el zapato del FA. Por otro, persisten las diferencias respecto al plebiscito del BPS que contemplaba la abolición de las AFAPS. A esto se suman declaraciones ambiguas sobre subir o no los impuestos en el futuro.
Rocha señaló como tema relevante la representación femenina en la política. En ese sentido recordó que FA se comprometió a un gabinete paritario.
Como nota positiva del sistema uruguayo Pasquet destacó la fortaleza de los partidos políticos en Uruguay. Se trata de partidos viejos, con historia. “No debería haber problemas en encontrar consensos”.