Vivir para contarlo
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Al mismo tiempo y de manera vertiginosa, así está atacando el coronavirus en Bolivia. Todo apunta a que se trata de la variante Ómicron pues en la última semana de 2021 y la primera de este año se han roto récords de contagios y los fallecidos traspasan el umbral de los 20.000 a nivel nacional. Estamos en enero negro y la cuarta ola de la pandemia aún no llega a su pico.
Ómicron, la variante más contagiosa pero menos letal, afecta por igual a la cúpula del Órgano Ejecutivo y a la jerarquía de la Iglesia Católica, que tienen miradas diferentes sobre la realidad del país pero que ahora comparten la lucha contra el virus que llegó a Bolivia en marzo de 2020 y ha infectado hasta el momento a 686.023 personas.
Entre lunes y martes se ha conocido que siete altas autoridades del gobierno de Luis Arce han contraído Covid-19. El Vicepresidente y principal autoridad del Órgano Legislativo, por un lado, cinco ministros y una ministra del Órgano Ejecutivo, por el otro.
Los siete afectados recibieron al menos la primera dosis anticovid como David Choquehuanca y al menos dos de ellos enfrentaron al virus anteriormente. El Ministro de Relaciones Exteriores Rogelio Mayta es el único que se repone fuera del país, aislado en Buenos Aires, tras haber participado en la cumbre de cancilleres de la Celac.
En cuanto a la cúpula de la Iglesia Católica en Bolivia, su máxima autoridad, el cardenal Toribio Ticona, ha sido diagnosticado como caso positivo de Covid-19 y se encuentra en un centro especializado para el tratamiento del coronavirus en La Paz.
Monseñor Ricardo Centellas, arzobispo de Sucre y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, también dio positivo al Covid-19. Sin embargo, solo presenta síntomas leves y se recupera favorablemente en aislamiento.
No sería extraño que en las próximas horas se conozca de más autoridades políticas, eclesiásticas, regionales y de otras instancias contagiadas como ha sido el caso de la Alcaldesa de El Alto, Eva Copa y de Vicente Cuéllar, rector de la Universidad Gabriel René Moreno de Santa Cruz.
Los datos a nivel nacional son alarmantes. Cerramos la primera semana epidemiológica de este 2022 con más de 60.000 casos confirmados, se proyectan más de 250.000 nuevos contagios en enero negro y el récord de 11.190 infectados, registrado el viernes 7, quedará corto, según esas proyecciones.
A ello se añade que el Ministro de Salud no ha descartado extender el congelamiento del carnet de vacunación más allá del 26 de este mes y la falta de coordinación entre el nivel central del Estado y los gobiernos regionales sabiendo que el país en su conjunto está en guerra contra un enemigo común que es el coronavirus.
Hay regiones que están adoptando prohibiciones de circulación para frenar el imparable incremento de casos sin apoyo de la fuerza pública, mientras en otras se autorizan las aglomeraciones de personas, que por supuesto darán paso a nuevas oleadas de contagios, con ferias y pre ferias que esta vez sí son de vida o muerte. Ante semejante panorama, solo queda cuidarse y vivir para contarlo.