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Y con ella y su belleza, los “Ociosos” que nos están dando un pre-carnaval y corso maravillosos; o más bien, apoteósicos, llenos de alegría, buen gusto, majestuosidad y participación de la gente se amontonó para verla, donde quiera que haya ido.
Tenía que ser una reina como ella (y la magnífica preparación de los Ociosos) quien nos hagan pasar y olvidar el mar sabor de la desagradable violencia de los pocos que sentían que no tenían nada que celebrar el año pasado “porque el gobernador estaba preso”, situación que no ha variado desde entonces, salvo que cambiaron de actitud y entendieron que la rebeldía y solidaridad con el Gobernador, entonces secuestrado y, hoy oficial y legalmente preso en Chonchocoro; situación reconocida por él mismo que pide permiso al gobernador o director de ese penal para varias cosas que desea hacer, dejando que quienes tenemos qué celebrar sigamos entendiendo que el gobierno abusa del Gobernador cruceño, amparado en una justicia militante y obediente del poder político.
Convengamos que los violentos lograron su cometido; el año pasado no hubo, “oficialmente” carnaval. Lo ocurrido el 2023 fue aberrante y sin parangón; no carnavalear sólo ocurrió en la guerra del Chaco (por si acaso, el carnaval no fue culpable de la pérdida del territorio marítimo del Pacífico); ni siquiera en las luchas cívicas dejamos de carnavalear y eso se dio porque había unidad entre los que peleaban contra el gobierno del doble sexenio (MNR, Paz, campos de concentración y Siles Zuazo, masacres varias), cosa que no ocurre en este momento porque los intolerantes y “adoradores” del divisionismo califican a la gente (bueno, malo, traidor, leal), según el lado en el que se encuentre, sin entender que la democracia puede separar ideas pero, eso no hace a nadie más o menos cruceño o , si se quiere, boliviano libre de pensar y practicar otra manera de oposición al gobierno y su tentación totalitaria.
Ahora estamos en otra situación con los mismos calificativos, traidores, desleales, etc. Aunque el carnaval ya no es el tema central; ahora atacan al gobernador en ejercicio, Mario Aguilera porque si o porque no; por pedir que se cumpla el mandato de la Justicia que amenazaba llevarlos a la cárcel a él mismo y a Zvonko Matkovic (que debe haber cedido por esa situación, sin traicionar a nadie), o porque ahora último contrató a un militante de Demócratas, partido de Rubén Costas, al que el propio Camacho se encargó de defenestrar cuando estaba en condición de candidato a la gobernación, convencido de que en este departamento no había lugar para dos o más líderes, concepto totalmente equivocado y absurdo, pero lo hizo.
Tras de ello, anuló, de alguna manera al ex gobernador y se preocupó sólo de ganar su elección en su candidatura del departamento, perdiendo la mayoría de la Asamblea local, donde participó aliado de Comunidad Ciudadana y Demócratas, (Talamás y Katia Quiroga) el MAS tiene también, la mayoría de las Alcaldías del departamento, dejándonos a los cruceños “sin chance de equivocarnos” porque el poder local puede pasar a manos de quienes nunca van a ganar una elección pero se pueden hacer de la gobernación entrando por la ventana, es decir, usando, probablemente al poder judicial, en cualquiera de sus instancias, nacional o local, porque da la impresión de que para eso están.
En la organización del gobernador hay una amnesia política y un fanatismo sin memoria, porque parecen no recordar que Creemos se hizo con militantes de Demócratas (los más críticos a ese partido militaron como activistas o parte de la administración anterior), parlamentarios de ese partido que migraron rápidamente, emenerristas expulsados de ese partido por haber coqueteado con el MAS, logrando cargos en una de las cámaras; la candidatura de Luis Fernando Camacho se hizo con la sigla de UCS a cuyo jefe se lo dejó de lado pasándose a apoyar a la ex alcaldesa, luego a Gary Añez… pero también, reitero, de funcionarios de la ex gobernación, ex abogados/abogadas de Rubén Costas que entraron a la Asamblea como “cuota de Demócratas” en el acuerdo entre ellos de que Costas o Demócratas no iban a participar o no se debían presentar a competir en la gobernación por el “peligro” que significaba el MAS, cuando en los hechos la candidatura demócrata siempre compitió contra personas importantes para este departamento como Juan Carlos Urenda; que sepamos, Costas jamás se quejó de aquello, reconociendo el valor propio de la democracia.
Muchas cosas pasaron y pasarán aun en el tiempo que falta para que haya elecciones y cambio de Gobernador; ese tiempo debieran estar trabajando para rearmar cuadros, para pensar qué hacer, porque como están, ya no se va a ganar con el nombre; la situación es diferente y si quienes siguen a Camacho piensan que el dedo del líder va a hacer un gobernador o reproducir el poder, bien pueden sentarse a esperar… eso no va a suceder y, más vale entender y replantear este presente de manera autocrítica.
Basta de política, Valverde, ¿no podes dejarla un ratito?
De verdad que quería escribir de carnaval, de la bella Aitana y los ”ociosos” y recordar a Natalia Cronembold, su madre, que fue nuestra reina; de los Chabacanos del 72. Natalia fue y sigue siendo nuestra reina, desde cuando la coronamos el 1997 .
Me parece que un carnavalero de tantos años de calle tiene que destacar el esfuerzo de los Ociosos; su empuje y sobre todo su “ojo”; mejor reina para un momento como el que vivimos no podía haberse encontrado, es cierto que vendrán otras reinas y seguramente tendrán el valor que para los cruceños tiene la reina de carnaval, pero este es un momento especial; el año pasado y sus disparates pusieron una vara alta y Aitana la superó sin esfuerzo; con esos ojos y sonrisa, como esas ganas no le debe haber resultado difícil.
Un carnavalero de tantos años en la calle… desea que los Ociosos, que tienen otro carnaval, que no es el nuestro, que es de garaje y show, deben tener en cuenta que para los miles de cruceños que estamos en la calle, la Reina también existe y que tenemos deseos de verla y saludarla, de pintarla o pringarla los 3 días, porque para gran parte de la población que participa, el carnaval es eso, por eso deseo que nos la dejen los 3 días, al menos hasta las 6 y media de la tarde, después llévenla a sus garajes, hoy no les vamos a pedir otra cosa, mañana, en el futuro, cuando ya sean más grandecitos y sientan que ya no encajan con los garajes y los reguetones , traten de darse una vuelta por la cruz, que puede hacerse más grande, más concurrida; cuando la cruz tampoco los satisfaga, vengan o vayan a las calles, a lo mejor solos, a trajinar la ciudad,; vayan a las casas de espera, si hacen eso, seguirán activos, carnavaleros de verdad; no se vayan a sus casas siendo jovencitos porque no encajan (en algún momento) en los garajes ni en la cruz… como dice “Clint Eastwood, no dejen entrar al viejo; nosotros nos encontramos en las casas de espera con señores de 80 años o que rondan esa edad y siguen en lo mismo, todos los años… ellos envejecen, se hacen ancianos pero no dejan entrar al viejo, siguen guardando a esos peladingos carnavaleros que supieron vivir esta ciudad cuando no tenía losetas y el Arenal era el junte de carnaval… a lo mejor nosotros, los de los 60 y más años somos la última generación de ese carnaval, pero ustedes están invitados a celebrarlo también, a su modo y hacerlo de ustedes; no es verdad que todo tiempo pasado fue mejor, cada uno vivió su tiempo y eso debe quedar claro; hagan un esfuerzo, dense una vuelta por allá, por el avión pirata, por la Maquina Vieja y van a ver de lo que se trata… no porque lo de ustedes no sirva, simplemente porque un cambio como ese les va a hacer bien… cuando el garaje ya no alcance. En fin…
Pucha… que bueno que pude terminar como quería hacerlo… espérenos en la calle, hermosa reina Aitana, verla es una alegría, verlos a ustedes, Ociosos, es vernos a nosotros hace ya unos buenos años y… hace bien.
Palo al cuero que suenen las latas y, ¡que viva el carnaval¡