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Augusto López Claros: “Las reservas congeladas a Rusia deben usarse para la reconstrucción de Ucrania”

Augusto López Claros habló sobre el impacto de las sanciones económicas contra Rusia por la invasión a Ucrania, y cómo afectarán a la economía internacional y a nuestro país.

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López Claros es boliviano, formado en economía en la Universidad de Cambridge y doctorado en la Universidad de Duke. Es un reconocido experto internacional, con más de 30 años de experiencia. Ha sido profesor en la Universidad de Georgetown, director del grupo de indicadores globales del Banco Mundial, economista jefe y director del programa de competitividad global del Foro Económico Mundial y representante del FMI ante Rusia. Tiene una larga carrera en el sector financiero con sede en Londres y es autor de numerosos libros e investigaciones.

“Esta es una guerra que no ha sido provocada, un ataque injustificado que corresponde a un capricho del jefe de Estado en Rusia. La estrategia del gobierno ruso es destruir gran parte de la infraestructura física de Ucrania, como una forma de castigo masivo. Cuando esto llegue a su terminación con un acuerdo, en unos meses o en unos años, la tesis de mi artículo es que las reservas internacionales de Rusia que han sido congeladas se deberían utilizar para la reconstrucción del país. La infraestructura de las ciudades, más de 1.200.000 refugiados que tienen que ser compensados, cientos de muertes dentro de la población civil y van a haber probablemente muchos más. Este tipo de abuso no se puede permitir en el siglo XXI”, señaló.

El experto destacó la “respuesta muy unida de la comunidad internacional, con una resolución masiva en la Asamblea General de Naciones Unidas. Va a haber una muy buena voluntad para compensar a Ucrania. La idea es que haya una lección para futuros agresores. Si se usan estas reservas congeladas para la reconstrucción, sería una derrota total para la aventura rusa. Rusia ha acumulado un colchón de reservas de 643.000 millones de dólares y unas dos terceras partes han sido congeladas”.

Sobre la evaluación del poderío ruso, indicó que el país “es una potencia global con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero es un poder político. Su economía es relativamente pequeña, como la española. Su PBI es igual al de Texas. Tiene capacidad para destruir, crear confusión y caos, como lo ha hecho en Siria, pero no tiene capacidad económica para sostener una guerra cruenta por un periodo muy prolongado. Hay un colapso de su moneda, el rublo está bajo una presión enorme para la devaluación y el banco central ruso simplemente cerró los mercados. La bolsa ha caído más de un 90%. Van a pasar muchos años antes de que haya una recuperación. Hay una fuga masiva de empresas que invertían en Rusia”.

López Claros opinó que la magnitud de las sanciones “ha sido mucho más grande y enérgica de lo que se esperaba una semana atrás. La más significativa es el congelamiento de las reservas internacionales. No se ha hecho antes y debe haber sorprendido a los mismos rusos”.

“Todo esto les traerá inflación y un manejo macroeconómico sumamente complicado. A la par de un conflicto bélico que no va bien tampoco. La expectativa de las autoridades en Rusia era que todo esto iba a acabar en un periodo de 48 horas y que serían recibidos como libertadores. Una lectura muy equivocada del país y su gente. Ucrania es un país democrático y Zelensky fue elegido con el 73% del voto popular, sin ninguna queja de fraude, en elecciones muy limpias, observadas internacionalmente. Hay un apoyo mayoritario a tener una buena relación con Occidente y eventualmente ser parte de la Unión Europea. Que el gobierno de Rusia haya hecho esta intervención refleja cuán poco planeamiento hubo, operando en supuestos sumamente equivocados”, precisó.

El analista propuso “hacer una redefinición de lo que significa una derrota. Utilizar las reservas congeladas para la reconstrucción del país es una forma de derrota. Rusia habrá matado miles de personas, provocado una crisis de refugiados y destruido gran parte de la infraestructura civil, no sólo militar, pero va a tener que pagar por la reconstrucción. Mientras más grandes sean los destrozos, más grande será la factura que la comunidad internacional le va a pasar”.

El economista dijo que habrá un impacto económico internacional, sobre todo cuando se habla de introducir sanciones al sector energético ruso: “Se retiraría una cantidad muy grande de petróleo y gas de la economía mundial. Habrá un impacto sobre la inflación y es posible que en la zona euro y en Estados Unidos aceleren la subida de las tasas de interés. Pero los países parecen dispuestos a asumir algunos de estos costos, como parte del castigo a este ataque no provocado”.

En el caso de Bolivia, López Claros consideró que el impacto vía comercio exterior “no necesariamente va a ser muy negativo” y remarcó que los desafíos del país “son de otra naturaleza, como el estado de las cuentas fiscales”.


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