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Arauz estudió sociología en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Ha sido director de extensión cultural de la UAGRM, presidente de la Alianza Francesa y director ejecutivo de la Casa de la Cultura, y ha promovido bibliotecas, centros culturales en los barrios y los Festivales Internacionales de Teatro y de Música Barroca.
“Tratamos con muy pocos medios de llenar los vacíos que había en Santa Cruz, de una buena biblioteca o un buen teatro. Muchas cosas se dieron con pocos recursos y a puro pulmón, con amigos. Fueron los años del despegue cruceño en muchos sentidos, de las cooperativas y el Comité de Obras Públicas, después Cordecruz”, recordó.
Arauz remarcó que por entonces había una Casa de la Cultura autónoma, “un modelo que se va a extrañar siempre, que facilitó hacer las cosas. Hicimos nuestro propio reglamento, nuestros estatutos abiertos a toda Santa Cruz. Había socios gremiales que representaban a la Federación de Empresarios, a Cainco, a los fabriles y los maestros urbanos. Todo el mundo participaba”.
“Hacíamos las producciones con René Hohenstein y con Ejti Stih. Noel Kempff y Gunter Holzmann daban conferencias. Le dije a Alcides Parejas que se viniera de La Paz para hacer el archivo histórico. Fue una pena la municipalización de la Casa en el ´94”, comentó.
El gestor cultural destacó que en aquel periodo se logró la declaratoria de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos como Patrimonio Cultural de la Humanidad, por parte de la Unesco, subrayando el “gancho” posterior que significó el Festival de Música Barroca, que consolidó la importancia del sitio como “una gran reserva de partituras”.
“Las orquestas de los pueblos, con apoyo de APAC (Asociación Pro Arte y Cultura) y de los alcaldes de provincias, han ayudado a que progresen la artesanía, la gastronomía y una pequeña infraestructura hotelera. Varias de estas orquestas ya son de lujo, creciendo como institutos que dan títulos”, enfatizó.
Marcelo Arauz dijo que una carencia en Santa Cruz en materia de infraestructura cultural es que “no tenemos un gran teatro, con tecnología moderna y apto para un público masivo”. “La cultura es con plata y tiene que haber comodidades, parqueos. En Brasil, cuando se pide un permiso para construir un shopping se tiene que incluir un teatro”, añadió.