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Pablo Mendieta: “Hay que ver con pragmatismo qué factores limitan la inversión privada”

Pablo Mendieta analizó las bajas tasas de inversión privada en Bolivia, identificando los principales factores y restricciones institucionales que limitan el desarrollo de nuevos emprendimientos.

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Mendieta es economista graduado en la Universidad de Chile. Es profesor universitario y director del Centro Boliviano de Estudios Económicos (CEBEC) de CAINCO, además de autor de numerosas investigaciones sobre economía nacional.

“Estamos en un momento definitorio, crucial, una situación en la que se han ido acumulando los desequilibrios: fiscal, externo y de regulaciones. Se tendrán que tomar decisiones. A diferencia de los ’80 o ’90, cuando se tenía falta de divisas, ataque especulativo o crisis de la balanza de pagos, esto se resolvía pidiendo asistencia a un organismo internacional y con ciertas medidas cambiarias; pero ahora se requieren consensos políticos. En la parte técnica sabemos cómo salir, pero se necesitan acuerdos políticos”, subrayó.

Mendieta precisó que “por ataque especulativo no se entienden los rumores, sino que los agentes económicos están tratando de comprar algo para obtener un beneficio, en este caso la moneda. La forma estructural de resolver esto es conseguir divisas. En las soluciones de corto plazo, sí creo que se debería usar parte de las reservas de oro, porque ni la población ni las empresas están preparadas para un cambio repentino a otro régimen. Eso nos da aire para ver la realidad de forma distinta y conseguir divisas. Exportando más y con inversión extranjera. La parte de la agroindustria es de muy rápida respuesta, la estamos cuantificando”.

“La inversión privada en Bolivia es muy baja en comparación con América Latina. Es un 8% del PIB, frente al promedio latinoamericano de 15%. Esto genera una diferencia de más de un punto porcentual en el crecimiento. Si no se invierte, es porque no es rentable o porque no hay financiamiento. Esto lo indica la técnica de diagnóstico de crecimiento. Hay que ver la inversión privada desde una perspectiva que pueda englobar distintas visiones, sin quedar atrapados en la ideología. Ver de forma pragmática qué aspectos limitan la inversión”, señaló.

El economista dijo que en su reciente artículo publicado en Ideas & Debate (FUNDEP) se revisan “momentos específicos de la inversión privada. A inicios de siglo, la restricción principal era la parte macro. Del 2000 al 2005, la inversión privada era baja por un entorno macroeconómico débil. El 2002, el déficit fiscal era del 8%, había una alta dolarización y el BCB no podía salir al rescate. Después viene la época de auge y se empiezan a ver los problemas en la parte microeconómica, en los derechos de propiedad”.

“En Bolivia, invertir no genera la rentabilidad social o la apropiabilidad que hay en otros países. El costo del sistema tributario es alto para la empresa que está iniciando. Necesitamos que el sistema de emprendimiento sea ágil y el mercado laboral más flexible, sin desproteger al trabajador. Los impuestos bolivianos no son altos en términos comparativos, pero nuestro sistema tributario es complejo”, remarcó.

El director del CEBEC indicó que esa complejidad lleva a “la informalidad, que es el camino del ciudadano para invisibilizarse ante un sistema que tiene muchas trabas. Eso hace que las personas opten por el ‘Otro Sendero’, como dice Hernando de Soto. La informalidad implica costos, porque es de baja productividad. No permite crecer ni escalar. Hay que ver por qué la persona decidió ser invisible, en la parte laboral, tributaria y en los procedimientos. Es fundamental hacernos esas preguntas para aumentar la inversión y el dinamismo”.

Sobre la salida de la crisis actual, opinó que “no es el momento de las ideologías sino de un enfoque pragmático, ver en el terreno qué tenemos, cómo lo podemos desarrollar y cuánto se puede generar en divisas. Ver los sectores donde conseguir divisas rápidamente. El sector agroindustrial está llamado para esto. También la exportación de servicios, donde hay empresas exitosas a pesar de que no existe el marco regulatorio. A mediano plazo, se debe repensar el código petrolero y minero. En el litio, necesitamos ver los estudios y no sólo tener esperanza”.

“No hay soluciones ‘corte carnicero’ ni una bala de plata. El desarrollo no es sacarse la lotería, es un camino de construir valor, de generar riqueza. Con soluciones locales a problemas locales, porque nadie va a venir de afuera a decirnos qué hacer. En este momento, la ventaja es que el mundo está más cerca y las oportunidades son infinitas, hay que ver lo que hace falta en los distintos mercados”, enfatizó.


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