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Argentina: “Gasoducto de la esperanza” en su hora decisiva

Alvaro Rios

Ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual socio director de Gas Energy Latin América

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El inicio de construcción del Sistema de Gasoductos Transport.Ar (Etapas I y II) y el desarrollo pleno de Vaca Muerta es de fundamental trascendencia para el futuro económico del país del tango y también para el Cono Sur, por muchísimas razones que citamos más adelante.

Recordemos que Argentina posee recursos geológicos para multiplicar por varias veces la producción actual de petróleo y gas natural, gracias a las características del yacimiento (Vaca Muerta con recursos ya descubiertos) y al avance tecnológico de muchas empresas que han experimentado exitosamente en la zona. La inversión en los gasoductos se estima en aproximadamente 3,600+ MMMUS.

Tan así de importante, que mientras escribimos la presente entrega, el mismísimo Ministro de Economía, se juega posiblemente su última carta política, respaldado por el presidente Alberto Fernandez. Tendrá unos días de acción claves para someter al ala Kishnerista de la coalición gobernante, sobre un sector vital para el dominio de la economía y de la gobernabilidad del país. Está considerando otorgar libertad y así poder acceder a los tan ansiados y faltantes dólares en el sector de hidrocarburos, de manera que las inversiones puedan materializarse.

Pero como es de esperarse, la noticia generó airosos reclamos en otros rubros como el químico, automotriz, alimentos, etc. y, fundamentalmente en la agroindustria, que ahora espera medidas similares de liberalización cambiaria para acceder a los tan anhelados dólares. Vamos a ver como termina todo esto, en un país dominado por la regulación y escases de dólares desde hace muchísimos años.

Los beneficios de avanzar con el “Gasoducto de la Esperanza” y de lograr inversiones masivas en Vaca Muerta son innumerables no solo para Argentina, sino para el Cono Sur. Con datos y proyecciones de la consultora GELA, podemos puntualizar:

1) Substituir importaciones cuantiosas de GNL y gas de Bolivia ambas con proyecciones de precios muy altos en los próximos años. 2) Reemplazar combustibles líquidos actualmente utilizados en las centrales térmicas con gas natural. 3) Confrontar la muy fuerte declinación de gas natural en la cuenca nor oeste de Argentina y los campos productores de Bolivia, que pueden generar además desabastecimiento. 4) Llegar con capacidad para abastecer a los grandes centros de consumo en Argentina, incluyendo el complejo petroquímico de Bahía Blanca.

5) Reemplazar la caída de produccion de gas natural de las cuencas de Santa Cruz y Tierra del Fuego 6) Viabilizar la exportación de gas natural a países limítrofes (Chile, Uruguay y Brasil) con infraestructura existente y poder reemplazar carbón y cuantiosas importaciones de GNL.

7) Lograr escala y poder producir GNL para mercado interno y de exportaciones regionales y mundiales, tan apetecidas en los próximos años. 8) Gestar produccion adicional de líquidos asociados al gas natural que pueden destinarse al mercado interno y la exportación, generando importantes divisas. 9) Generación de miles de puestos de trabajo. 10) Beneficios de regalías para las provincias productoras. 11) Podríamos seguir con la lista, pero el espacio no es insuficiente.

Varias empresas que operan en Vaca Muerta han proyectado cuantiosas inversiones para producir gas natural y líquidos asociados. Según los datos de GELA, Pan American Energy en Aguada Pichana pretende aumentar producción en 8 MMM/d, Pluspetrol en La Calera otros 10 MMM3/D, Tecpetrol en Fortín de Piedra entre 15/20 MMM3/d. Falta sumar producción incremental que podrían lograr empresas como YPF, Pampa Energía, Wintershall DEA, Shell, Phoenix Resources y otras.

Pero el “Gasoducto de la Esperanza” requiere de un marco regulatorio para la operación del mismo. ¿Lo operará la empresa estatal IEASA o será concesionado a una empresa privada? ¿Cuáles serán las tarifas de transporte y bajo qué condiciones va a competir con los ductos existentes operados por TGN y TGS? ¿Como se van a asignar las capacidades de transporte y quienes serán los tomadores del gas transportado? ¿Si se exporta GNL, como y con qué precio se va a remunerar la molécula? ¿Bajo qué modalidad se va a comercializar el gas: precio spot, contratos a largo y mediano plazo, ¿en firme o interrumpible? Hay mucho más, pero el espacio también es insuficiente.

Y finalmente muchísima incertidumbre respecto al financiamiento. Hasta ahora solamente se cuentan con 965 MMUSD (aporte de grandes fortunas) y otros 520 MMUSD (Ley 27.605 de IEASA). El saldo aún no está definido. Se escucha de la intención del gobierno chino de financiar a cambio de que le sea adjudicada la obra a una empresa de ese país. Que las petroleras compren un bono de deuda para financiar el gasoducto.

Podemos aseverar que al paso que van las cosas el próximo invierno (2023) volverá a ser tormentoso en materia de importaciones de gas natural y líquidos en Argentina. Además, los tiempos corren en contra también de los países del Cono Sur, que se verán expuestos a importar importantes cantidades de GNL y a precios muy elevados.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo

 


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Alvaro Rios

Ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual socio director de Gas Energy Latin América

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