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¿Cuánto sabes sobre el Dinero Digital o Dinero 4.0?

Gamal Serhan Jaldin

Experto en Gestión de Servicios Públicos, Políticas Públicas y Transformación Digital

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El dinero surgió cuando las poblaciones fueron creciendo y los trueques entre “conocidos” fue rebasado por la cantidad de población conocida ó cuando se comenzó a hacer negocios con otros pueblos y se requería un instrumento que permitiera el intercambio justo entre desconocidos.

La primera moneda, tiene sus orígenes en Egipto, aproximadamente 2000 años antes de nuestra era, y tenía la forma de un trozo o barra de metal en bruto (un lingote) y se utilizaba para adquirir algún bien. Posteriormente, aproximadamente 800 años antes de nuestra era, se dividió los lingotes en un tamaño más pequeño, lo que hacía más fácil su intercambio y transporte, y finalmente se utilizó una inscripción en la pieza que tenía como función indicar su valor de cambio, según su peso. Al principio se utilizaban metales como el oro y plata (brillantes y difíciles de obtener) en cantidades fijas, y el sello funcionaba como garantía del emisor, por lo que existían varios emisores. Es así como inicio el sistema monetario metálico.

Después de la moneda acuñada, el siguiente paso importante para el establecimiento de los sistemas monetarios fue la creación del papel moneda; donde, a diferencia de la moneda metálica que en sí misma tenía un valor por el material con el que se hacía; el papel moneda tiene un valor disociado de su propia materia prima. Sus orígenes se remontan a la China en el siglo IX, aunque su circulación en Europa y el resto del mundo inicio hasta mediados del siglo XII.

El gran problema de la moneda metálica era transportar y verificar la autenticidad, principalmente en transacciones comerciales grandes, por lo que su principal objetivo del papel moneda o billete fue facilitar el intercambio comercial.

Cuando los Bancos Centrales comenzaron a emitir (garantizar el valor) el papel moneda, este dejo de tener valor por si mismo y paso a ser una abstracción de su valor. Se suponía que el monto expresado en el papel moneda, era el equivalente a su peso en oro; es decir, a la sola presentación al emisor, este lo cambiaria por su equivalente en oro y así nació el patrón oro.

En 1944, por los acuerdos de Bretton Woods, se estableció la convertibilidad de la divisa estadounidense con el oro, y del resto de divisas con el dólar. En 1971, el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, estableció el fin del patrón oro, iniciándose así la fluctuación de las divisas.

Posteriormente, apareció el dinero (moneda) de plástico, y aunque su origen se remonta a la primera década del siglo XX en Estados Unidos cuando, en 1914, la compañía Western Unión creó una tarjeta para sus clientes más selectos que les permitía acceder a un trato preferente y tener una línea de crédito sin cargos, su uso se hizo popular con la aparición de la Tarjeta Diners Club en 1950 y luego la American Express en 1958. El modelo de negocio se basaba en hacer de intermediario entre el establecimiento y el comprador, cobrando una comisión por transacción al primero y una comisión de mantenimiento al segundo, a cambio de un pago aplazado a final de mes sin intereses.

El dinero plástico tiene dos modalidades: la tarjeta de crédito y la tarjeta de débito. La primera otorga al tenedor la posibilidad de hacer pagos diferidos por lo que puede comprar o sacar dinero de cajeros automáticos para reponerlo después. La segunda le permite realizar compras con la presentación de ella, en función del monto que tiene en su cuenta corriente en una institución bancaria o financiera, de modo que instantáneamente se produce en ésta un débito por la suma de la transacción. El sistema funciona dentro de una comunidad de pagos que tiene tres elementos fundamentales: el organismo emisor de las tarjetas, los titulares de ellas y los comerciantes adheridos a la red crediticia.

Así, el dinero (metales, papel o plástico) no tiene hoy en día ningún respaldo en términos de metales preciosos, sino que su valor descansa en la confianza de cada individuo en su ente emisor; es decir, el Banco Central de su país y de que será aceptado como medio de pago por los demás.

Hasta ahora, los bancos o las entidades financieras se habían constituido en los garantes del valor de uno de los principales activos, el dinero. Lamentablemente el valor de este se ha visto seriamente afectado por la decisión de cada país de emitir más dinero generando problemas de inflación (pérdida del poder adquisitivo del dinero), además de una centralización que busca controlar todas las transacciones financieras, desapareciendo nuestra privacidad en sus manos, con el argumento de luchar contra la legitimación de ganancias ilícitas.

Con la aparición en 2009 del Bitcoin, se crearon las criptomonedas o el dinero digital, convirtiéndose en una red internacional de pagos e intercambios descentralizados que no está respaldada por bancos o gobiernos, cuyo valor lo otorga el mercado y específicamente en el caso del Bitcoin, se crea a velocidad predecible y decreciente hasta llegar a los veintiún millones de bitcoins en el año 2140.

El Bitcoin es neutral ante el emisor, el receptor e incluso el valor de la transacción, pues se cobra una pequeña comisión por la transacción independientemente del monto de esta, no se vincula a identidades; aunque se usan perfiles públicos perfectamente identificados que pueden ser seudónimos y su fortaleza está en la cantidad de participantes de la red descentralizada.

Bienvenido al mundo de las criptomonedas, el dinero del futuro o el internet del dinero. Esto es el dinero 4.0.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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Gamal Serhan Jaldin

Experto en Gestión de Servicios Públicos, Políticas Públicas y Transformación Digital

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