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Por Marina Pasquali
Para luchar contra la inflación en la zona euro, el Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado un aumento de su tasa de interés en 0,5 puntos porcentuales. Se trata de un punto de inflexión que pone fin a la política de interés cero seguida por la entidad durante varios años, mientras que la anterior subida se remonta a 2011. El tipo de interés de las operaciones principales de financiación, que proporciona la mayor parte de la liquidez a los bancos de la eurozona, aumenta al 0,5%, mientras que el de la facilidad de depósito sube al 0% y el de la facilidad marginal de crédito al 0,75%.
En comparación con los bancos centrales de Estados Unidos y Reino Unido, que han subido los intereses varias veces en los últimos meses para contrarrestar el aumento de los precios, la máxima autoridad monetaria europea llega relativamente tarde a la carrera contra la inflación. La Unión Europea mantuvo inicialmente una política de interés cero para revitalizar la economía y se aferró a este enfoque durante la pandemia. Estados Unidos y el Reino Unido, en cambio, ya en 2017 habían comenzado a alejarse de esta estrategia adoptada por los países desarrollados tras la recesión de 2008. Esto les dio la oportunidad de volver a bajar los tipos en 2020 y dar un impulso adicional a la economía en respuesta a la crisis.
Como excepción entre las economías de altos ingresos, Japón comenzó a aplicar una política de tasas de interés cero a partir de los años 90 en respuesta a una burbuja especulativa que afectaba al país en ese momento. El banco central japonés incluso cambió a una política de interés negativo en 2016, ya que el país lucha contra problemas crónicos de crecimiento económico y deflación. Como Japón se ve menos afectado por la inflación mundial que otras naciones, su banco central no ve todavía ninguna razón para subir sus tasas de interés en el futuro cercano.
*Este artículo fue publicado originalmente en eldiarioexterior.com el 26 de julio de 2022