Mauricio Ríos García: “A la economía boliviana no le queda más que el recorte del gasto público estructural”
Mauricio Ríos García habló sobre la situación de la economía boliviana, el análisis del déficit fiscal solventado con recursos internos y la evaluación sobre las perspectivas de estanflación, que puede afectar a la economía internacional post-pandemia.
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Ríos García es un economista muy conocido en espacios de opinión nacionales e internacionales. Señaló que “la evolución de la economía boliviana responde a lo que viene sucediendo en la economía global, pero con algunos agravantes. La economía global no tuvo mejores condiciones para enfrentar las consecuencias de los confinamientos masivos y forzosos, debido a las políticas que se venían aplicando desde la Gran Recesión de hace 12 o 13 años. No tuvo ahorro en absoluto. Bolivia tampoco ha tenido ahorros porque viene de un proceso de acumulación de déficit fiscal y de deuda pública y privada muy grande”.
“El nivel de reservas es demasiado bajo. Moody´s ha cambiado la perspectiva de riesgo de Bolivia de estable a negativa. Todavía no ha cambiado su calificación de riesgo pero puede hacerlo en cualquier momento por esta serie de factores, sobre todo por los riesgos de corto plazo que se ciernen en este último trimestre y más aún en el 2022, que se van a traducir en uno de los desafíos más grandes para el Banco Central de Bolivia en muchos años”, indicó.
El experto dijo que los problemas macroeconómicos del país “se vienen arrastrando desde mucho antes de la gestión de Jeanine Añez. Se le acabó el financiamiento al gobierno, que había prometido colocar 3.000 millones de dólares en bonos en los mercados internacionales en el primer trimestre del año. Estamos a fines de octubre y no se sabe nada al respecto”.
“Esto se ha dado por malas señales en tiempos de campaña. El plan de gobierno de Arce decía que no iba a pagar la deuda externa durante los dos primeros años. Y ahora, solicita ante la ONU el diferimiento o un periodo de gracia para pagar la deuda. No son buenas señales para los tenedores internacionales de deuda. También incide el deterioro democrático institucional. El primer gran fracaso de Arce Catacora fue la caída en la cotización de los bonos internacionales, a raíz de la derrota en las elecciones departamentales y municipales”, detalló.
Ríos García consideró que “no queda más que el recorte del gasto público estructural, no solamente del gobierno central sino del Estado en todos sus niveles, gobernaciones y alcaldías también. La única alternativa sería recurrir al FMI, que puede otorgar unos 1.000 millones de dólares de manera relativamente fácil, pero eso sólo servirá para conseguir otros 3.000 o 4000 millones más para poder saldar el año. Habrá que implementar las mal llamadas reformas neoliberales. Pero sin incurrir en una devaluación cambiaria, que agravaría las condiciones de Bolivia”.
Sobre los riesgos mundiales de una estanflación, el economista dijo que “las políticas keynesianas de estímulo a la demanda agregada han terminado descoordinando aún más la economía global. La demanda ha sido sobre-estimulada, la oferta no termina de recuperarse y eso produce cada vez más inflación, que en Estados Unidos ha sido del 5,3%, algo que no se había visto en 40 años. La economía se va desacelerando o la recuperación no es tan sólida como se creía en un principio. Esto lleva a un estancamiento con un repunte muy fuerte de la inflación. Los bancos centrales están ante una prueba de fuego y los keynesianos no tienen respuestas para esto. Lo mismo va a suceder en Bolivia”.
“El problema fue creado por los propios gobiernos, al implementar las cuarentenas masivas y forzosas. Lo que se necesita es más libertad económica, para que los empresarios puedan encontrar las maneras de solucionar sus propios problemas e incluso los problemas que han creado los gobiernos. A muchos les gustó la idea de reprimir y ahora el nuevo pretexto es el calentamiento global. Los argumentos para intervenir en la economía no terminan nunca”, cuestionó.
El economista opinó que en la crisis inmobiliaria china se dan las mismas consecuencias del “sobreestímulo de la demanda agregada interna. Son los primeros pinchazos de una burbuja que se observa desde mucho antes de la pandemia”.