Deforestación en la Amazonia brasileña llega a niveles históricos en el primer semestre de 2022
El estado de Amazonas superó a Pará y Mato Grosso en la pérdida de árboles.
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La deforestación en la Amazonia brasileña durante la primera mitad de 2022 batió todos los récords, una medida de la creciente destrucción que sucede bajo la presidencia de Jair Bolsonaro, informó Fabiano Maisonnave de Associated Press (AP).
Las imágenes satelitales tomadas entre enero y junio muestran 4.000 kilómetros cuadrados (1.500 millas cuadradas) de bosque destruido, más que en cualquier período de seis meses en los siete años de registros con la metodología actual. La extensión es cuatro veces el tamaño de la ciudad de Nueva York.
Lo que hace que la estadística sea más notable es que la tala de bosques se lleva a cabo durante la temporada de lluvias. Históricamente, la deforestación es mayor en la segunda mitad del año, que es más seca, cuando es más fácil acceder a áreas remotas por las carreteras sin pavimentar la región.
Brasil también sostendrá elecciones presidenciales en octubre, algo que por lo general reduce la aplicación de la ley en la Amazonia. Bolsonaro se postulará para un segundo mandato de cuatro años. Actualmente las encuestas lo ubican detrás del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El área destruida en la primera mitad de 2022 es 80% más grande que en el mismo período de 2018, el año anterior a la toma de posesión de Bolsonaro, de acuerdo con un análisis del Instituto de Investigaciones Ambientales de la Amazonía (IPAM), una organización brasileña sin multas de lucro.
Alrededor de la mitad de la tala ocurrió en tierras públicas, según el análisis del IPAM. El patrón en Brasil es que los delincuentes se apoderan de tierras públicas esperando que las áreas sean legalizadas para la agricultura o la ganadería en el futuro.
Otras transacciones ilegales de bienes raíces y madera, así como la falta de la aplicación de la ley, contribuyen al incremento de las tasas de deforestación, afirmó Ane Alencar, directora científica de IPAM.
“Quienes controlan el Amazonas no quieren que se conserve”, dijo Alencar a The Associated Press en una entrevista telefónica. “El bosque erguido no tiene valor en la Amazonia actual”.
La tala más rapaz tuvo lugar en el estado de Amazonas, superando a Pará y Mato Grosso, que históricamente registró más pérdida de árboles. Esa es una tendencia preocupante, ya que el estado de Amazonas se encuentra en lo profundo de la selva tropical y se ha mantenido prístina en relación con otras regiones amazónicas.