Claridad y decisión

En noviembre comentamos aquí el caso del expresidente de Estonia, Mart Laar, quien a sus 32 años, asumió el reto de realizar la transición desde un sistema político autoritario con una economía comunista hacia una democracia liberal con una economía de mercado. Laar logró sentar las bases de una transición exitosa en tan solo dos años, teniendo lo que es esencial en los líderes que logran efectuar cambios importantes: claridad acerca de su objetivo y decisión para ejecutar las medidas necesarias.

Los líderes pueden ser eficaces en la consecución de cambios importantes para fortuna o desgracia de un país. En el caso de Ecuador, tuvimos no hace mucho un líder con claridad y decisión en Rafael Correa. Lástima que su objetivo no era lograr una sociedad de personas libres y responsables, sino más bien un proyecto autoritario girando en torno a su figura. En tan solo dos años, transformó las reglas del juego y movió el eje del debate acerca de las políticas públicas radicalmente hacia la izquierda y el colectivismo estatista.

En Argentina vemos ahora un líder con claridad y decisión para dar pasos hacia una sociedad libre. En menos de un mes desde que asumió la presidencia, ya entró en efecto un Decreto Nacional de Urgencia (DNU) que contiene ambiciosas reformas, para mencionar tan solo algunas: eliminación de la ley de góndolas que restringía la libertad de los comercios para decidir qué se exhibe en las perchas, liberalización del mercado de tarjetas de crédito, eliminación de la Ley de Alquileres, los contratos pueden ser denominados en moneda extranjera, eliminación de varios controles de precios, flexibilización del mercado laboral, eliminación de la restricción a la compra de tierras rurales por parte de extranjeros, adopción de una política de cielos abiertos, y medidas para que sea posible convertir a las empresas estatales y clubes de fútbol en sociedades anónimas.

Si bien el DNU puede ser revertido por una mayoría absoluta tanto en el Congreso como en el Senado y también puede ser suspendido total o parcialmente por el poder judicial—como de hecho sucedió esta semana con lo que concierne a la reforma laboral, Milei se ha anticipado enviando inmediatamente después al Congreso una ley ómnibus que contiene las reformas de este decreto sumadas a muchas otras. No estamos diciendo aquí que todo esto saldrá bien. De hecho, como bien señala un editorial del Wall Street Journal esta semana, todo el proyecto de reformas liberales de Milei podría fracasar sin una moneda estable y “hasta ahora su agenda de reformas no incluye una vía para sacar al peso de su miseria. Ni siquiera hace que el dólar estadounidense tenga curso legal”.

Guillermo Lasso hizo campaña con un plan que tenía claridad en torno al objetivo de una sociedad de personas más libres, pero tan pronto llegó al poder no tuvo la decisión o convicción para implementarlo. El objetivo que persigue la administración de Daniel Noboa no parece ser otro que intentar lograr una reelección en 2025. Esto podría explicar por qué su primera ley no contiene ninguna reforma importante y la consulta popular luce como un ejercicio innecesario dado que la mayoría de las preguntas pueden ser tratadas como reformas a normas existentes en la Asamblea. El gobierno actual parece no tener un norte.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 5 de enero de 2024.