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El Caos

La crisis de la democracia representativa tiene que ver con que, por primera vez en la historia de la humanidad, estalla la diversidad impulsada por la red. Cualquier persona puede dialogar con cualquier otra, sobre cualquier tema, y generar una asociación de terraplanistas, de teóricos de los antiguos astronautas, o seguidores de fastuosos profetas del pobrismo. Nos informamos de todo lo que ocurre en tiempo real, volaron en pedazos las mediaciones de la autoridad familiar, política o religiosa.

Jaime Duran Barba

Consultor de imagen y asesor político.

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El 25 de diciembre seguí junto a decenas de millones de personas del mundo, el lanzamiento del telescopio espacial James Webb, el más grande de la historia, construido por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Canadiense, conocido como JWST por sus siglas en inglés. Durante 20 años, han trabajado en este proyecto decenas de miles de personas e instituciones científicas, coordinadas por  el Space Telescope Science Institute de la Universidad Johns Hopkins. El telescopio costó diez mil millones de dólares.

Contrariamente a lo que difunden las teorías conspirativas, la astronomía norteamericana está abierta a todo el que quiera, más allá de su nacionalidad o preparación académica. Como ocurrió con el Hubble, cualquier persona, de cualquier lugar del mundo, podrá enviar proyectos para usar el JWST en sus investigaciones. Comités científicos examinarán las propuestas y seleccionarán a las que podrán gozar de un acceso privado a nuevas observaciones durante un año. Después, los datos estarán disponibles para quien quiera descargar el archivo en la página de la NASA.

Desde hace varios años la institución invita a participar en sus proyectos a todo el que quiera, iniciativa que nació en el Centro Espacial Lyndon B. Johnson, que coordina y supervisa los vuelos espaciales tripulados de Estados Unidos.

El JWST observará y estudiará la formación de las primeras galaxias y estrellas, tomará fotografías de nubes moleculares, grupos de formación estelar, objetos tan antiguos y distantes, que no pudieron ser observados por el Hubble y otros telescopios anteriores.

Hace 13.800 millones de años se produjo el mal llamado Big Bang, que no pudo ser tal porque no pudo darse una explosión cuando todavía no se habían desplegado el tiempo y el espacio, que empezaron a hacerlo en una fracción de 10-35 segundos después.

Inicialmente la materia del universo quedó en forma de un plasma de quarks-gluones, cuya densidad y temperatura eran tan enormes que impedían la formación de protones y neutrones. Cuando creció el universo, la temperatura descendió y aparecieron las partículas elementales.

Después de 300 mil años se combinaron electrones y núcleos, formando átomos de helio y de hidrógeno, la radiación se desacopló de los átomos y se expandió, generando un sonido que todavía se escucha en todo el universo.

En 1964 dos técnicos de la Bell, que querían limpiar esta interferencia de sus teléfonos descubrieron el Fondo Cósmico de Microondas, una especie de mapa térmico de todo lo existente en ese momento, con tonalidades que dependen de la temperatura y densidad de la materia. Lo uso como pantalla de entrada a mi computadora.

El Fondo Cósmico es la barrera infranqueable de la última dispersión. Nunca se podrá ver más allá, porque es imposible saber lo que pasó entre el Big Bang y su aparición. El universo era opaco, estaba en un estado cuántico de densidad infinita, era tan caliente que ni siquiera se podían formar los átomos.

Solo 150 millones de años después de la gran explosión, pudieron aparecer las primeras estrellas que intentará estudiar el JWST.

La galaxia más lejana que conocemos fue ubicada por el Hubble, es la GN-z11, que se formó cuando el universo tenía 400 millones de años. Cuando la observamos, retrocedemos al pasado 13.400 millones de años, el 97 por ciento del tiempo que ha existido. La ambición del JWST es llegar más allá, tal vez hasta la aparición del Fondo Cósmico de Microondas.

La ley básica de la materia es la ley del caos. De ese plasma original homogéneo, pasamos a un universo que tiene una enorme multiplicidad de elementos, a la formación de cuerpos cósmicos como galaxias y planetas de los que tenemos poca información.

Para conocer aproximadamente cuántos planetas existen, multiplicamos el promedio de ocho mundos por 300.000.000.000.000 de sistemas solares, por 2.000.000.000 de galaxias. Solo en el universo observable puede haber alrededor de 4.800.000.000.000.000.000.000.000 planetas, con formas y modos de vida diversos.

La ley del caos de la física dice que toda la materia cambia, se diversifica

La vida en la Tierra se originó hace 4.600 millones de años cuando aparecieron algas que después se diversificaron y surgió la infinidad de plantas y animales entre los que vivimos. En los últimos años los seres humanos aceleraron la evolución con el desarrollo tecnológico, que está generando robots y ciborgs que llevarán a la vida a nuevas etapas.

El libro de David Christian Mapas del Tiempo. Introducción a la gran historia explica lo que ocurrió desde el Big Bang hasta el surgimientos de las estrellas, de nuestro sistema solar, la vida en la Tierra, los dinosaurios, el Homo sapiens, hasta el enfriamiento final.

La ley del caos de la física dice que toda la materia cambia, se diversifica, se transforma. Pasó lo mismo con la vida en el planeta. Si queremos afrontar la nueva etapa de la política tenemos que crear, inventar, no cabe quedarnos empantanados en el pasado.

La teoría del caos. La teoría del caos nació en el campo de las matemáticas, la física y otras ciencias duras, para explicar su imprecisión. Dice que pequeños cambios en las condiciones iniciales de una experiencia crean enormes diferencias en el resultado final, por lo que la mayoría de sucesos y sistemas no son completamente predecibles. Esto sucede incluso en sistemas rígidos, cuyo comportamiento debería determinarse con precisión si se conocen sus condiciones iniciales.

En la vida cotidiana de los seres humanos y de las organizaciones, la teoría del caos explica cómo no se pueden controlar situaciones de cambio rápidas que requieren soluciones creativas.

En 1952 Ray Bradbury publicó el cuento “El sonido del trueno” en el que un personaje pisa una mariposa y esto trae tantas consecuencias que hasta lleva al poder a un fascista. En 1961 Edward Lorenz encontró que esta ficción podía ser base de una ley científica. El meteorólogo elaboraba un modelo matemático para pronosticar el tiempo, usando datos precisos sobre la temperatura, la humedad, ly la dirección del viento. Introdujo dos veces los datos para verificar los resultados, omitiendo en la segunda ocasión algunas milésimas irrelevantes, y obtuvo un pronóstico totalmente diferente al primero.

Para Lorenz, eso significaba que un detalle puede alterar la realidad, el aleteo de una mariposa en Brasil, puede desatar un tornado en Texas. Formuló la Teoría del caos y el Efecto Mariposa, que postula que pequeñísimas variaciones aparentemente inocuas, pueden generar resultados imprevisibles.

Desde diferentes perspectivas muchos físicos, biólogos, matemáticos, astrónomos y economistas han desarrollado esta manera de entender la creciente complejidad de la naturaleza. La ciencia del caos ofrece una vía para encontrar patrones y orden en donde parecerían existir solo comportamientos erráticos y aleatorios.

Los científicos llaman caóticos a movimientos que muestran una expansión rápida de errores, que impide conocer su tasa de crecimiento y por tanto la posibilidad de hacer predicciones. La realidad está forzando a la economía global y a la política del siglo XXI a operar en un ambiente caótico de cambios radicales.

El caos está en la vida cotidiana. Imaginemos que alguien camina por la calle, se agacha para amarrarse el cordón del zapato. Detrás viene un piloto con un una tasa de café hirviendo en la mano, se tropieza, se quema y tiene que ir a un hospital, lo que le impide llegar a tiempo al aeropuerto y el vuelo se retrasa. Una de las pasajeras del avión viajaba a una entrevista de trabajo, que perdió porque no llegó a tiempo. Otro viajaba a su boda y dejó a la novia plantada en el altar. La vida de cada pasajero pudo sufrir consecuencias imprevistas, porque alguien se amarró los zapatos en un momento y lugar que no tenía que ver con ellos.

La teoría del caos ayuda a entender cómo funciona el universo, a desarrollar nuevas tecnologías y aplicaciones en cualquier área del conocimiento y a comprender nuestros comportamientos y preferencias políticas en la sociedad de internet.

Nuestros actos y decisiones están cada vez más conectados con los de otros

Aunque parecería que todo se volvió líquido como dice Bauman, el caos no es desorden, crea patrones, aunque sean efímeros, que nos obligan a pensar con creatividad.

Con el caos no desaparece la lógica. Conversamos sobre estos temas con uno de los filósofos más importantes y creativos de América Latina, Juan José Sebreli.

El desorden del actual gobierno se habría podido evitar si quienes lo integran hubiesen leído a Sebreli. También se habrían evitado muchas muertes.

La teoría del caos y el efecto mariposa explican por qué es tan impredecible algo tan complejo como el universo, un sistema caótico flexible.

Las ciencias de comportamiento humano contemporáneas dicen que todos nuestros actos y decisiones están crecientemente conectados con los de otros y que sus posibilidades de interrelación son infinitas. Con la inteligencia artificial e internet de las cosas hay actualmente objetos que aprenden, memorizan, toman decisiones. Gracias al desarrollo de las comunicaciones, un virus que muta en Sudáfrica no necesita aletear para provocar una crisis en toda Europa.

La crisis de la democracia representativa tiene que ver con que, por primera vez en la historia de la humanidad, estalla la diversidad impulsada por la red.

Cualquier persona puede dialogar con cualquier otra, sobre cualquier tema, y generar una asociación de terraplanistas, de teóricos de los antiguos astronautas, o seguidores de fastuosos profetas del pobrismo. Nos informamos de todo lo que ocurre en tiempo real, volaron en pedazos las mediaciones de la autoridad familiar, política o religiosa.

Solo superando las discusiones del siglo pasado y pensando con gran imaginación en un nuevo mundo podremos afrontar esta época que nos tocó vivir, aunque sea encerrados por largos períodos, por el efecto virus.

Desarrollamos estos temas con más detalle, en el libro Nueva Sociedad. Caos y Política que editamos con Sudamericana y se lanzará en la próxima Feria del Libro de Buenos Aires.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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Jaime Duran Barba

Consultor de imagen y asesor político.

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