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El litio, un desafío que la política debe entender (Internacional)

Todos hablan del litio. ¿A qué se debe su reciente popularidad? ¿Se trata de un sustituto del petróleo? ¿Constituye la solución al cambio climático? ¿Será la salvación para las economías en Latinoamerica? ¿Las democracias del continente están preparadas para responder al desafío?

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Por Manfred Steffen1

Hasta hace poco, se asociaba el litio principalmente a la fabricación de vidrio, medicamentos y cerámicas resistentes al calor. De las clases de secundaria tal vez recordemos que se trata del tercer elemento de la tabla periódica. Llamarlo oro blanco o sustituto del petróleo puede inducir a errores.

No se trata de un combustible, sino de un metal de color blanco blando y liviano. Por su elevado calor específico es excelente para la conducción de calor. Su elevado potencial electroquímico que lo convierte en un componente fundamental de las baterías eléctricas.

Antecedentes

El Acuerdo de París se firmó en 2015, en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Su objetivo es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) causantes del calentamiento global. Se trata de evitar que la temperatura global aumente más que 2 °C por encima de los niveles preindustriales.

Para aproximarse a estos objetivos es necesario dejar de utilizar combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural, el carbón y el lignito. La transición energética implica entonces la sustitución de estas fuentes por otras alternativas como la eólicahidroeléctricasolargeotérmica y la biomasa.

Esta transición comprende la generación, la distribución y finalmente las tecnologías que permitan aprovechar dicha energía renovable. La disponibilidad de viento y sol no es constante, por lo que se dice que son fuentes intermitentes. Por otro lado, la necesidad de energía de parte de los usuarios varía fuertemente según la hora del día o la época del año. Uno de los aspectos clave en el proceso es, por lo tanto, el almacenamiento. Para esto se necesitan baterías, uno de cuyos componentes clave es el litio.

¿Dónde y cómo se obtiene?

El litio se encuentra en rocas o salares. Actualmente, el mayor productor mundial es Australia. Sin embargo, se calcula que en el llamado triángulo del litio (Argentina, Bolivia y Chile) se encuentra el 60 % de las reservas del planeta.

La producción del litio comprende perforaciones, bombeo y piletas para depositar la salmuera. Estas pueden ocupar cientos de hectáreas y el producto final (carbonato de litio – Li2 CO3) debe ser luego transportado para los diferentes usos.

Problemas de la minería

La extracción de litio es una actividad minera. Esto implica enormes cantidades de agua dulce en un lugar de precipitaciones extraordinariamente escasas y con un ecosistema frágil. El uso intensivo de agua pude alterar el ecosistema del salar y afectar la vida de los pobladores de la zona.

Otros factores críticos son: la utilización de sustancias como el ácido clorhídrico que, en caso de entrar en contacto con las napas, las podrían contaminar; la cantidad de energía para el bombeo; y el combustible necesario para el traslado del producto a los puertos para su transporte posterior a los lugares donde se fabrican las baterías.

 

Flamengos en Laguna Colorada, Uyuni, Bolivia | Shutterstock
Flamengos en Laguna Colorada, Uyuni, Bolivia | Shutterstock

 

Baterías

En las baterías se almacena la energía para su utilización posterior. Las de litio presentan ventajas porque se trata de un metal liviano y eficiente (menos peso y menos volumen). Sin embargo, aparte del litio, las baterías contienen otros metales como el cobalto, níquel y manganeso que también implican actividades mineras.

La eficiencia de las baterías comprende varios aspectos a resolver: el proceso de carga y el equilibrio con la vida útil, la eficiencia en equilibrio con la seguridad, el aumento de capacidad de carga y de ciclos, y finalmente, los problemas asociados a reutilización y disposición final de las baterías.

Perspectivas

La transición energética ocupa un lugar preeminente en la agenda mundial. Esto convierte al litio en un componente clave y coloca a los países con yacimientos del metal en el centro de la atención.

Con la aceleración de la transición energética, la demanda de litio aumentará. Se calcula que se multiplicará por 18 en 2030 y por 60 en 2050.

El triángulo del litio, y también Perú y México estarán en el centro de la atención. Las potencias mundiales ya compiten por posicionarse en dichos países con inversiones, tecnología y como compradores de la producción. Es esperable un recrudecimiento de la disputa entre China y Estados Unidos por el litio en América Latina.

El papel del Estado y de la inversión privada varía según el país. La gran pregunta es si la institucionalidad jaqueada por populismo, corrupción y polarización podrá resistir o mejor dicho encaminar las inversiones para bien de la población. La apuesta a un único producto nunca fue un camino de desarrollo sostenible. En un mundo interconectado, con cambios constantes y desafiado por la polarización creciente, es particularmente importante la diversificación energética.

La producción de litio puede ser una oportunidad para el continente. Sin embargo, hay que atender las dimensiones ambientales asociadas a la minería, en particular, el uso del agua. Por otro lado, hay factores externos que incidirán en la demanda y en los precios.

El litio no será por sí solo la solución a la transición energética y menos aún al cambio climático. Tampoco será únicamente a través de la explotación de este recurso que se desarrollará la economía del continente. Se trata de no repetir viejos errores respecto al extractivismo.

Se requiere de la política como ámbito de discusión de los procesos de toma de decisión sobre el uso del recurso, las inversiones, la infraestructura y la creación de un marco jurídico que asegure su explotación en forma sostenible.

El desafío es enorme y queda mucho por hacer.


1Magíster en Ciencias Ambientales por la Universidad de la República de Uruguay. Dipl. Ing. Fachhochschule für Druck in Stuttgart. Coordinador de proyectos de la Fundación Konrad Adenauer, oficina Montevideo.

*Este artículo fue publicado en dialogopolitico.org el 24 de mayo de 2023

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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