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Mirada Sur: Rolex, represión, romance y desigualdad

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Escándalo por “Rolex” agita a Perú
La policía allanó por sorpresa la casa de la Presidenta del Perú, Dina Boluarte, así como su despacho en el palacio de Miraflores. Las imágenes de los efectivos, vulnerando la puerta del domicilio de Boluarte a golpes de ariete, igual que en los allanamientos que se ven en las películas de acción, recorrieron el mundo. Esto ocurre en el marco de una investigación a Boluarte por “enriquecimiento ilícito”, luego que trascendiera la noticia de que la mandataria había sido vista luciendo relojes y joyas de marcas exclusivas como Rolex y Van Cleef & Arples, sin haber presentado su correspondiente declaración de propiedad.

La polémica se desata en un momento complejo del país, donde la economía está en crisis. Dentro de ese contexto, en un acto realizado en febrero para tratar el tema de la pobreza en poblaciones vulnerables, Boluarte se mostró ante el público luciendo alhajas por un valor superior a los 150 mil dólares. En Perú, los gobernantes tienen la obligación de informar todos los activos cuyo valor supere los 2500 dólares, y dejar constancia de cualquier regalo que reciban. Ante la presión, Boluarte aseguró: “Lo que tengo es fruto de mi esfuerzo y de mi trabajo”.

Ante las críticas, la presidenta removió a seis ministros, y recibió el voto de confianza del Congreso. Uno los removidos fue el Ministro del Interior, Víctor Torres, quien declaró: Si la señora sale, el Perú se hunde. Déjenla gobernar en paz, ayúdenla”

La mandataria no se había presentado esta semana a una citación de Fiscalía en la que debía aportar datos sobre la procedencia de sus joyas, valuadas por expertos en más de medio millón de dólares, y justificar el incremento de más de 120 mil dólares en su patrimonio en los últimos dos años. De acuerdo a una encuesta de popularidad de los presidentes latinoamericanos, Dina Boluarte es la mandataria con menor popularidad en la región. Ocupa el cargo máximo del gobierno peruano en sustitución de Pedro Castillo, luego de que este fuera destituido en 2022 y encarcelado tras intentar dar un golpe de estado. Boluarte había prometido renunciar al cargo para que se celebraran nuevas elecciones y el pueblo eligiera al sucesor de Castillo, pero no cumplió.

La voz local. Una vez más, un presidente peruano metido en líos. Y una vez más fuimos a consultar a nuestro amigo José Beteta, de la Asociación de Contribuyentes del Perú. Según José, “Hay un problema de fondo en el país. La clase política peruana se ha pauperizado. Nos gobierna la parte menos profesional, menos técnica, menos educada de la clase dirigencial. Es muy notorio que nadie quiere trabajar en el estado por el miedo a quedar manchado, con juicios. Un buen profesional no va a querer meterse en eso. Entonces la clase política está muy venida a menos. Dentro de ese contexto, los relojes de Dina Boluarte, las amantes del Primer Ministro, los 30 mil dólares que le regalaron a Castillo en un baño del Palacio de Gobierno, las vacunas que Vizcarra se dio antes que todos, ya son cosas cotidianas. ¿Qué es lo que esperas de la clase política más precaria, primitiva y pobre de los últimos 40 años en el Perú? Pues este tipo de escándalos. Nada nuevo”.

– ¿A donde puede llegar la causa de Boluarte?

– A Dina no la van a sacar. No tienen los votos. No va a pasar a mayores. Los Rolex no la van a hacer caer. Pero que pueden encontrarle más cosas, ya, siempre es posible. Vizcarra y Castillo fueron peores que Boluarte. Solo tienes que entender que Boluarte puede ser tan cochina como ellos, pero no por eso la vas a botar de la presidencia. Por último, aquí en Perú hay un mercado de información alucinante. Todos los políticos están siendo “chuponeados”, revisados, les toman fotos, les sacan conversaciones de wattsapp. Y como tenemos políticos tan corruptos, surgió un negocio: un mercado de información que es riquísimo. El negocio perfecto.

Foto: Cuenta oficial de Twitter de Presidencia del Perú

Romance de Lula y Macrón en Brasil
La visita del presidente francés Emmanuel Macron a Brasil tuvo dos costados, uno muy serio y otro que se ha prestado para bromas de todo tipo y color. Sobre esto último, alcanza ver la serie de fotos oficiales en las plataformas sociales de Macron, o de su par brasileño, Lula da Silva, para dudar si estamos ante noticias políticas, o imágenes de una telenovela romántica… inclusiva, eso sí. A tal punto llegó el “romance” que el propio Macron bromeó con el tema, afirmando que “Algunas personas compararon las imágenes de mi visita a Brasil con las de una boda, y les digo: ¡fue una boda! ¡Francia ama a Brasil y Brasil ama a Francia!”. Macron visitó la Amazonia, se reunió con empresarios, y hasta asistió a la botadura de un submarino desarrollado por ambos países.

Claro que no todo fueron arrumacos y poses para Instagram. Y ahí vino el lado serio de la gira, ya que Macron puso una barra de hielo sobre el tratado de libre comercio que desde hace más de una década negocia la Unión Europea con el Mercosur, bloque integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Un pacto que de concretarse, significaría la creación del bloque comercial más grande del mundo. “El acuerdo comercial con el Mercosur, de la manera en que se negocia actualmente, es un acuerdo terrible. Para ustedes y para nosotros”, sostuvo Macron. “Se negoció hace 20 años. Tenemos que reconstruirlo”, remarcó.

Por qué es importante. Las palabras del mandatario francés generaron profunda desilusión en el sur de América, ya que este acuerdo es visto por muchos como clave para el desarrollo mutuo. Por un lado, significaría para Europa asegurarse el acceso a energía, alimentos y materias primas, en momentos en que la invasión rusa a Ucrania, ha obligado a Europa a mirar para otro lado a la hora de proveerse de estos insumos. Para los países sudamericanos, representa la chance de asegurar un mercado para su producción y limitar su dependencia del mercado chino. Así como el acceso sin aranceles a tecnología y bienes industriales de primera calidad.

Otra razón de la molestia en el Mercosur es que Macron apela a cuestiones ambientales para criticar el acuerdo, algo que en general es visto como una excusa para justificar un rechazo que tendría mucho más que ver con la necesidad del mandatario francés de no irritar a su muy protegido sector agrícola. Ya que pese a todos los esfuerzos por garantizar una producción ambientalmente sostenible por los países sudamericanos, siempre parece haber una nueva exigencia que impide el acuerdo. Por otro lado, crece en América Latina la sensación de que la agenda ambiental que con tanto fervor impulsan los países europeos, termina siendo una herramienta hipócrita que impide su desarrollo. El ejemplo más claro de este creciente malestar es la reacción hace unos días del presidente de Guyana, país que ha descubierto fabulosas reservas de petróleo, ante una pregunta de un periodista británico, sobre si es ambientalmente razonable extraer ese producto. Si usted no vio el video, no se lo pierda.

Foto: Cuenta oficial de Twitter de Lula da Silva

Machado advierte que puede ir presa
Esta semana nos hubiera gustado dar un descanso a las noticias sobre Venezuela, pero la realidad no lo permite. La situación escala cada día en gravedad, y en las últimas horas la principal líder opositora, María Corina Machado, advirtió que corre el riesgo de ser detenida en cualquier momento. “Mis equipos en todo el país corren el riesgo de próximas desapariciones forzadas y yo misma podría ser objeto de una detención injustificada”, alertó. Esto tras el anuncio del dictador Nicolás Maduro del envío al “Parlamento” de una ley llamada “contra el fascismo”, que agudiza de forma exponencial la represión contra cualquier oposición política en Venezuela.

Activistas de derechos humanos consideran que esta ley, que será sometida a una segunda discusión antes de su sanción definitiva, implica más “represión”, pues “atenta contra el derecho a la manifestación y las concentraciones públicas”, señaló el defensor de derechos humanos, Marino Alvarado. La ley incluye cosas tan ridículas como la penalización de elementos subjetivos como el ‘conservadurismo moral’ o la criminalización del “neoliberalismo”, así como la prohibición de centros de estudios y ONG´s que no respondan al gobierno.

Machado envió una carta a los 18 países más la UE que participaron en una conferencia sobre Venezuela en Bogotá, el 25 de abril pasado, enfocada en el alivio de sanciones a cambio de condiciones electorales. “Se me sigue impidiendo salir del país e incluso tomar vuelos dentro de Venezuela, mientras que muchas de las personas que me brindan apoyo en mis actos de campaña son objeto de retaliación”, denunció María Corina Machado, destacando además el arresto de ocho colaboradores y la orden de captura sobre otros siete, seis de ellos refugiados en la embajada argentina.

A esta altura, poca gente cree que el proceso electoral en Venezuela, que Maduro se comprometió sería transparente a cambio del levantamiento de sanciones, vaya a tener ningún viso de legitimidad. La gran duda es qué pueden hacer las fuerzas democráticas para enfrentar esta nueva ola represiva de un gobierno que, como dijo hace poco el presidente Bukele, ha llevado a un país riquísimo en recursos naturales y humanos, a la peor crisis humanitaria de su historia.

Foto:  Cuenta oficial de Twitter de María Corina Machado

Violencia vuelve con todo a Ecuador
La tensión en Ecuador no cede. Aunque el gobierno activó varias medidas drásticas para combatir una de las peores crisis de seguridad que le ha tocado vivir al país, las bandas criminales siguen causando terror y muertes. Las acciones implementadas por el presidente Daniel Noboa venían mostrando buenos resultados y la ola de violencia parecía estar siendo contenida. Sin embargo, un nuevo desborde criminal volvió a hacer sonar las alarmas. Desde el viernes Santo al domingo de Pascuas, 80 personas murieron asesinadas.

Puerto López, un balneario de la provincia Manabí, muy popular por ser un área de avistamiento de ballenas, fue el escenario de una verdadera masacre. Unos 20 hombres armados, miembros de la banda los Choneros, mataron a 5 turistas. Al parecer los habrían confundido con rivales de otras pandillas enemigas. Es la tercera vez que algo así ocurre en el pueblo en menos de un año. El sábado, mientras se celebraba un encuentro de volleyball en Guayaquil, dos delincuentes armados con fusiles de asalto AK47, la emprendieron a balazos contra la multitud, matando a diez personas.

Unos días antes en Manabí, habían matado a la alcaldesa más joven del país, Brigitte García. Tenía 27 años y tres balas en el cuerpo cuando fue hallada por la policía junto al cadáver de su pareja, en el interior de un vehículo. La provincia de Manabí es una zona de mucha conflictividad. Según las autoridades locales, en lo que va 2024, se registraron 120 muertes violentas. Su ubicación geográfica favorece a los traficantes que aprovechan sus puertos sobre el Pacífico para dar salida a la droga que viene desde Colombia y Perú.

Preocupación. Daniel Noboa es el presidente con mayor popularidad de América Latina. En gran medida, por su postura ante la violencia desatada por las bandas criminales que tienen en jaque a un país que hasta hace poco era ejemplo de desarrollo en la región. De hecho la principal preocupación de los ecuatorianos hoy por hoy es la delincuencia. Por eso el 21 de abril habrá un plebiscito, planteado por el propio Noboa, que buscará modificar cinco puntos de la Constitución. Entre los cambios se plantea integrar a las Fuerzas Armadas para apoyo de la Policía; elevar las penas a delitos como el terrorismo y su financiación, narcotráfico, crimen organizado y asesinato; eliminar los beneficios penitenciarios a los condenados por crímenes graves.

Los electores deberán decirle “Sí” o “No” a las 11 preguntas del plebiscito, que también aborda temas como reformas laborales y extradición.
Desde enero de este año rige en todo el territorio el estado de excepción, declarado por Noboa al estallar una serie de motines simultáneos en varias cárceles del país, con decenas de presos y guardias muertos.

Crisis con México. En medio de este panorama, el gobierno ecuatoriano declaró persona no grata a la embajadora de Mexico en Quito, por “las desafortunadas declaraciones del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sobre las elecciones de 2023 en Ecuador”, según expresa un comunicado oficial.  En su tradicional audición La Mañanera, el presidente mexicano expresó que en Ecuador hubo una especie de plan macabro urdido para desbancar a “la candidata progresista que lideraba las encuentas por más de 10 puntos”. Refirió al asesinato de Fernando Villavicencio como parte de ese plan y aseguró que esa fue la razón por la cual la candidata perdió las elecciones.

Foto: Cuenta oficial de Twitter de Daniel Noboa

¿Es la desigualdad el gran problema?
“América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo. En los casos más extremos de desigualdad, el 10% de la población de países como México, Colombia, Perú o Brasil concentra más de la mitad del ingreso disponible anual; mientras que el 50% más pobre se apropia de solamente 10% o 15% del ingreso disponible anual”. Así comienza un informe realizado por un medio de izquierda en Uruguay hace pocos días. Pero la narrativa es muy común, y artículos y opiniones similares se leen muy a menudo en toda la región. Palabras como “apropiarse” o que “el 1% de los super ricos acapara” la riqueza.

Ahora bien, ¿qué tan relevante son estos indicadores para medir el progreso de una sociedad? ¿Es realmente la medición de desiguladad algo relevante para organizar las políticas públicas de un país? La respuesta inmediata sería un sí, a quien no le gusta vivir en una sociedad justa e igualitaria. Pero cuando se revisan los datos, la certeza puede cambiar. Por ejemplo, según el índice Gini, que es lo que se usa a nivel global para medir la desigualdad, Bangladesh o Etiopía, tienen mejor posición en el ranking de Gini que Estados Unidos o Hong Kong. Y países tan diferentes como Irak o Irlanda, tienen exactamente el mismo Gini. ¿A usted le daría igual vivir en cualquiera de esos dos países?

Nuestro amigo Gonzalo Schwarz, CEO del Archbridge Institute ha estudiado por años el tema de la desigualdad. Y ha llegado a la conclusión de que no es una medida efectiva para medir el progreso de una sociedad, y que muchas veces es usada por actores con un perfil ideológico socialista, para fomentar el resentimiento, y la creencia de que el rol de un gobernante es decidir quién gana y quién pierde en la economía de un país. Su conclusión es que es mucho más constructivo potenciar la movilidad social en un país, que enfocarse sólo en la desigualdad. Aprovechamos la relevancia actual del tema, para trasladarle algunas preguntas.

–  Periódicamente aparecen rankings sobre América Latina que destacan que es la región más desigual del mundo. ¿Qué tan relevante es eso para el desarrollo de las personas?

– La desigualdad económica es  simplemente una medida, una señal informativa de algo que pueda estar pasando en el país, ya sea para bien o para mal, pero no nos dice mucho. Por ejemplo, según los últimos datos del Banco Mundial El Salvador tiene un coeficiente de Gini, usado para medir la desigualdad, más bajo que Estados Unidos. Armenia tiene el mismo coeficiente que Dinamarca, Pakistán es menos desigual que Canadá. Esto no nos dice mucho ya que no toma en cuenta la prosperidad de cada país medida en PIB per cápita, la calidad de vida, el nivel de pobreza, el nivel de educación, de criminalidad, que tan fuertes son las instituciones. Todas son medidas o temáticas que tienen más importancia en un país que simplemente un nivel de desigualdad. Los estadounidenses no emigran a El Salvador. Los canadienses no van a vivir a Pakistán. La desigualdad económica puede generar conflicto social o problemas económicos pero es importante entender qué está generando esos problemas y no simplemente confiar en esa señal.

– Uno de los términos de moda ahora es decir que tal quintil más rico “se apropia” de tal porcentaje de la riqueza. ¿Es así? 

– Muchas mediciones se enfocan en medir esa relación. Cuánto del ingreso total de un país corresponde a qué porcentaje de la clase alta, media o baja. Nuevamente, eso no nos dice nada y no explica qué está detrás de esas diferentes medidas. Puede ser que la clase alta tenga un porcentaje más alto del ingreso, pero que no sea porque haya sido apropiado o robado de las otras clases. Ahora, hay barreras que pueden generar una mayor desigualdad injusta. Por ejemplo, un mal sistema de educación penaliza a los más pobres. Los más ricos pueden mudarse a un barrio que tenga un mejor colegio público o llevar a sus hijos a un colegio privado. Los más pobres no tienen esa flexibilidad. Otro ejemplo son las barreras al emprendimiento que la clase media o alta puede superar porque tengan más recursos para abrir u operar sus negocios pero los pobres no tienen la facilidad de superar esas barreras. Lo mismo con la corrupción, un país al que le faltan instituciones de gobierno fuertes y donde existe más corrupción perjudica más a los pobres que a los ricos. Los ricos pueden sobornar más, pueden comprar el acceso a sistemas judiciales de baja calidad, pero los pobres no pueden. Los problemas que generan esas barreras debiesen ser el principal foco de estudio. La desigualdad o distribución de riqueza en una sociedad son simplemente señales, síntomas de diferentes enfermedades o en algunos casos una distribución apropiada y justa de acuerdo al trabajo y productividad de las personas.

Las barreras al florecimiento individual donde no hay estado de derecho e igualdad ante la ley,  son las diferencias que promueven más desigualdad y por lo tanto hay que atacar esas barreras y problemas de raíz. En muchos países de América Latina esas desigualdades son generadas por una elite económica que se beneficia de una burocracia extrema y sobre regulación que da lugar a monopolios y falta de competitividad. Nuestras instituciones débiles hacen que sea más fácil que los ricos tengan acceso más directo al poder y a pedir privilegios especiales.

– ¿Por qué crees que la movilidad social es más relevante como factor social que la igualdad?

– La desigualdad es un factor estático de juego de suma cero, donde para que uno mejore el otro tiene que empeorar. Las soluciones para reducir la desigualdad se enfocan en subir impuestos a los ricos u ofrecer más planes sociales a los pobres. Eso no ayuda a nadie sosteniblemente en el tiempo. La movilidad social es más positiva, todos podemos subir en la escala económica y mejorar nuestros ingresos al mismo tiempo sin que alguien tenga que bajar. Es más aspiracional, permite proyectarnos a futuro, a superar la pobreza pero intentar seguir subiendo en la escala económica sin importar dónde están los demás. Y es un concepto que incluye muchas más facetas de la vida que simplemente una distribución de ingreso. Importa la familia, la educación, el mercado laboral, las instituciones, el entorno donde crecemos, y muchos otros factores.

Foto: Creative commons

Newsletter publicado originalmente en Mirada Sur

Martín Aguirre, Director El País, Uruguay, y Advisory Council member, Center for Latin America
Rodrigo Caballero, editor

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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