Mirada Sur: Votos, sorpresas, infartos y balazos
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Milei echa a su canciller por voto sobre Cuba
Una nueva tormenta golpeó esta semana al gobierno de Javier Milei en Argentina. El presidente decidió sacar de su cargo a la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, luego de que el embajador de ese país en la ONU acompañara la condena al embargo de Estados Unidos contra Cuba. Mondino era una figura central del gobierno, y de las ideas liberales en Argentina, pero estaba cuestionada por su relación tensa con la hermana de Milei (a la que el mandatario llama “El Jefe”), y por no ser más dura con el establishment diplomático del país.
De hecho, los medios argentinos se preguntaban ayer si la decisión en la ONU, que se vota desde hace años, y sólo tuvo los votos contrarios de Estados Unidos e Israel, fue una decisión de Mondino, o del embajador ante el organismo, quien ya había sido removido previamente de su cargo, pero todavía lo ejercía.
Mondino aseguró que “he hecho todo lo posible -y lo volvería a hacer- para cumplir con su mandato”, en referencia a Milei. “Sé que tiene ideas firmes y sobre todo que tiene el coraje para mantenerlas. Sólo puedo decir que hay muchísimo trabajo por delante y le acompañaré desde el lugar que sea”. La excanciller será reemplazada por Gerardo Werthein, quien en la actualidad es embajador de la Argentina en Estados Unidos. El empresario y aliado cercano a los hermanos Milei, asumiría su cargo una vez que finalicen las elecciones en los Estados Unidos, que ocurrirán el martes 5 de noviembre.
El episodio vuelve a poner sobre la mesa un problema que viene siendo endémico en el gobierno de Milei. Que por un lado, parece estar encaminando la economía, y tomando medidas muy valientes en materia política, pero que suele enfrentar y hasta destratar a figuras con trayectoria intachable en las ideas de la libertad. Teniendo en cuenta la cantidad de rivales y enemigos que está enfrentando Milei al mismo tiempo, muchos se preguntan si no terminará saliendole caro el generar enfrentamientos permanentes dentro de su propio bloque ideológico.
Elecciones en Brasil sorprenden a analistas
Brasil votó el pasado domingo en unas elecciones municipales que eran vistas como un duelo personal entre el actual presidente izquierdista Lula da Silva, y su predecesor conservador, Jair Bolsonaro. El resultado mostró un claro retroceso del PT, de Lula, que apenas ganó en una capital estadual. Pero tampoco Bolsonaro logró victorias estruendosas, y los analistas han coincidido en que las figuras de los dos dirigentes se encuentran en caída en la opinión pública. Esta semana han habido versiones, incluso, de que Lula podría no presentarse a la reelección el año próximo, ya que tendría 81 años, y su popularidad está muy menguada.
Hay que recordar que Bolsonaro tampoco podría presentarse ya que se encuentra inhabilitado por la Justicia. Esto abre el camino a una serie de dirigentes que hoy batallan por ocupar el lugar de estos dos titanes de la política brasileña. La lenta salida de estos dirigentes parecería estar teniendo un efecto positivo, y es la reducción de la polarización política en el país. Pero para tener una “mirada local” de la elección, molestamos a Magno Karl, del centro de estudios Livres, quien se tomó unos minutos para comentarnos lo siguiente:
“Las elecciones locales rompieron las expectativas de quienes esperaban que la agenda nacional (Lula x Bolsonaro) dominara los debates. Al final los ganadores terminaron siendo políticos que no están fuertemente asociados con ninguno de esos bandos”. “De 26 capitales de estado, el Partido de los Trabajadores de Lula ganó sólo en una de ellas, Fortaleza, y fue una contienda muy reñida. Aunque el PT nunca ha tenido un gran desempeño en las elecciones municipales, ésta fue un verdadero desastre para ellos. No sólo porque no ganaron lo suficiente, sino también porque a la izquierda, en general, no le fue bien”.
“Ideológicamente, fue malo para la izquierda y para Lula, mucho peor que para la derecha o para Bolsonaro (por regla general, el Centrão está más cerca del centro derecha que del centro izquierda), pero políticamente todo es una cuestión de incentivos, e incentivos significan “quién liderará la carrera presidencial en 2026”. Entonces, si Lula lidera en 2026, el daño está controlado, porque el centro lo va a apoyar de todos modos”.
Según Magno, el principal ganador fue el grupo de partidos llamados “Centrão” desde finales de los 80, porque pueden inclinarse por la derecha o por la izquierda (lo que sea política o financieramente lucrativo en ese momento). “Por ejemplo, el PSD, un partido que apoyó a Dilma, Temer, Bolsonaro y Lula, ganó la carrera por la alcaldía en 4 de las 7 capitales de estado del sur y sureste del país”.
Uruguay rumbo a un balotaje de infarto
Uruguay no suele aparecer mucho en las noticias. Esto, que no molesta particularmente a los uruguayos, se debe a su estabilidad política y económica, que no suele generar fuertes titulares de prensa. La elección del pasado domingo fue muy en esa línea, ya que los dos candidatos que ganaron el pasaje al balotaje, son dos figuras moderadas y centristas. Por un lado el candidato del partido de izquierda Frente Amplio, Yamandú Orsi, y por otro el de la llamada Coalición Republicana, Alvaro Delgado. Esta coalición fue un desarrollo impulsado por el actual presidente Luis Lacalle Pou para sumar fuerzas entre un grupo de partidos que van desde la centro izquierda a la derecha, y que busca retener el poder.
El resultado mostró al Frente Amplio con 43% de los votos, y a los partidos de la coalición, sumados, en un 47%. Ahora todo se decidirá el próximo 24 de noviembre, en una segunda vuelta electoral que tiene varios ingredientes llamativos. Por ejemplo, ningún partido tendrá mayoría en el Parlamento.
Pero para tener una “mirada local” relevante, nos contactamos con Hernán Bonilla, fundador y director del Centro de Estudios para el Desarrollo de Uruguay, a quien hicimos un par de preguntas.
-¿Quién ganó en las elecciones del pasado domingo?
-Las elecciones del domingo en Uruguay mostraron un panorama muy parejo entre el oficialismo y la oposición, con una leve ventaja para el oficialismo. La Coalición Republicana, por la que gobierna el presidente Lacalle Pou, obtuvo 47% de los votos, mientras que el Frente Amplio obtuvo el 44%. Luego hay otros partidos menores, uno de los cuales logró ingresar al Parlamento. Ahí lo que nos muestra esto es una paridad importante, pero esos tres puntos adicionales de la coalición son relevantes a la hora de evaluar la segunda vuelta, que va a ser muy competitiva, muy pareja, entre Álvaro Delgado y Yamandú Orsi. ¿Por qué va a ser pareja? Porque no necesariamente todos los votantes de esos partidos van a votar por Álvaro Delgado. En cambio, es pensable que todos quienes votaron en el Frente Amplio lo van a volver a hacer. ¿Qué es lo esperable? Una elección muy pareja en la que va a ser sumamente estrecha la definición.
– Los medios internacionales dicen que sin importar quien gane, el rumbo de Uruguay será más o menos el mismo. ¿Es así?
– Dos grandes respuestas. Una sobre la estabilidad y la previsibilidad general que tiene Uruguay más allá de quien gane, que eso es efectivamente cierto en términos generales. Uruguay se salvó en la elección del domingo de una propuesta de reforma constitucional sumamente demagógica y populista que hubiera cambiado radicalmente esa imagen de Uruguay como país estable, predecible y de reglas de juego claras. Nos salvamos de eso, que hubiera eliminado el ahorro privado, las AFAP, hubiera bajado 5 años la edad de retiro, era realmente una reforma muy demagógica y muy populista. Dado que nos salvamos de eso, uno podría decir en términos generales que el rumbo general de Uruguay y sobre todo en la comparación internacional, como un país estable y predecible. Eso no quiere decir que da lo mismo quien gane. Uno podría señalar, por ejemplo, que el bloque de la Coalición Republicana propone no aumentar los impuestos y bajarlos incluso si es posible. El bloque del Frente Amplio propone aumentos de impuestos. En el concierto internacional que le puede interesar a los amigos de Mirada Sur, hay sectores del Frente Amplio que les cuesta mucho reconocer que Venezuela es una dictadura o que directamente niegan que Venezuela es una dictadura. Hay diferencias también en cuanto a la apertura de la economía, sobre la seguridad. O sea que en términos de las políticas públicas que aplicaría cada bloque, sí uno puede encontrar diferencias.
Bukele lanza al ejército contra las maras
En un impresionante operativo conjunto, más de 2.000 soldados y 500 policías cercaron el barrio “Colonia 10 de Octubre”, en San Salvador, con la orden de neutralizar un foco de las temidas maras contra las que viene luchando el gobierno de Nayib Bukele. A través de su cuenta oficial en X, Bukele informó de la maniobra y aseguró que la misión tiene como objetivo “extraer hasta el último pandillero que se encuentre en el área”, e ilustró el texto con un video en el que se muestra el imponente despliegue de sus fuerzas. La maniobra fue comandada por el ministro de Defensa, vicealmirante René Francis Merino Monroy.
Merino Monroy aseguró a la prensa tener “indicios de que (los delincuentes) se quieren establecer en este sector y por esa razón el señor Presidente ha tomado a bien ordenar el establecimiento de este cerco”.
Trasfondo. Este no es el primer “cerco de seguridad militar” que se instala en el país en lo que va de 2024 a fin de capturar a pequeños grupos de mareros que, a pesar de la política de mano dura implantada por el gobierno, continúan operando en El Salvador. Ya hubieron otro tres antes, implementados en otras zonas del país y desarrollados dentro del régimen de excepción, que rige desde marzo de 2022. El régimen de excepción es una medida mediante la cual se suspenden garantías constitucionales como el derecho a la defensa y el derecho de reunión, a la vez que otorga a las autoridades la posibilidad de intervenir comunicaciones de sospechosos.
Hasta la llegada de Bukele, el país venía de un período de más de 3 décadas en el cual las pandillas, entreveradas con la población en diversas comunidades, se dedicaron a extorsionar a empresarios y a la población en general, asesinando al que se negara a cumplir con sus exigencias.
Bukele asumió la presidencia con una idea fija: librar a su país del crimen organizado. Y en esa cruzada, que es casi un obsesión para el mandatario millenial, ha logrado resultados impactantes. El éxito que cosechó en materia de seguridad llevó su popularidad a las nubes y determinó que fuera reelecto de forma virtualmente unánime, a pesar de la prohibición constitucional que impedía la reelección inmediata de un presidente.
Pero también hay otra cara de la moneda. Organizaciones humanitarias internacionales llevan recibidas más de 6.400 denuncias de violaciones a los derechos humanos. La mayoría de ellas hablan de detenciones arbitrarias y torturas. Y se han reportado más 300 muertes de detenidos, muchos de ellos con evidentes signos de violencia.
Polémica por supuesto ataque a Evo Morales
¿Qué fue lo que pasó en Bolivia? ¿Intentaron asesinar a Evo Morales?¿O Evo Morales inventó la historia de un atentado para victimizarse? Certezas no hay. Pero sí acusaciones cruzadas, tiros y una persecución por las rutas del altiplano.
La lucha por el liderazgo dentro del Movimiento al Socialismo (MAS) entre el Presidente Luis Arce y el ex mandatario Evo Morales, de cara a las elecciones presidenciales de 2025, escaló esta semana a niveles cinematográficos. Una noticia bomba llevó la atención de la región a las rutas bolivianas, donde el ícono de la izquierda indigenista denunció un intento de asesinato contra su persona. El propio líder cocalero aseguró que a las 6:15 de la madrugada del domingo, hombres encapuchados atacaron su vehículo a balazos, mientras transitaba por una carretera de la región del Trópico de Cochamba, de camino a la emisora de radio desde la cual realiza su audición semanal.
Para respaldar sus palabras, difundió un video, filmado desde el interior de su vehículo, en el que se ve una escena de persecución digna de una película de acción, con derecho a orificios de bala en el parabrisas de la camioneta en la que Morales viaja como copiloto, gritos y sangre fresca corriendo por la cabeza de su chofer. El ex presidente resultó ileso y el conductor con una leve herida provocada por el roce de una bala. “Esto estaba planificado, era para matar a Evo” aseguró más tarde Morales. “Lucho (Luis Arce) ha destruido Bolivia y ahora quiere eliminar nuestro proceso acabando con la vida de Evo”, concluyó.
La otra versión. Pero desde la otra vereda, el gobierno, con Luis Arce a la cabeza, aseguró que no hubo atentando, sino apenas un teatro montado por Morales. El ministro de gobierno boliviano, Eduardo del Castillo, detalló su versión de lo ocurrido. Dijo que en la región del Trópico de Cochabamba, donde ocurrió el hecho, existe la mayor cantidad de laboratorios de cocaína del país y que, desde hace un tiempo, el gobierno intensificó los controles carreteros en la zona. Así, en la madrugada del domingo, dos móviles policiales “Se estacionan en la carretera a las 5 de la mañana para detener a los vehículos que circulaban por esa pista y realizarle las requisas correspondientes. Habían pasado un total de 15 vehículos sin novedad. Este era el vehículo 16 que pasaba. Cuando se les solicita que se detengan, identificándose como policías, empiezan a disparar. Y atropellan a un efectivo de la fuerza especial de lucha contra el narcotráfico que se encuentra ahora debatiendo entre la vida y la muerte, en coma. Los oficiales persiguen al vehículo y reciben más disparos” y se ven obligados a refugiarse. “Luego supimos por redes sociales que se trataba de Evo Morales”.
El ministro agregó que la zona en cuestión “es controlada por el señor Morales. Cuando los vehículos entraron a refugiarse, él (Evo) manda retirar los vehículos atacados por el auto de Morales para borrar las pruebas. La turba de seguidores de Morales secuestra los vehículos y los incendia”. Por último lanzó la pregunta: “¿Qué escondía Morales, por qué no se detuvo en el operativo y por qué la emprendió a tiros y huyó?
Trasfondo. La tensión entre Arce y Morales, antiguos aliados dentro del MAS y ahora enfrentados salvajemente por el liderazgo dentro del partido de gobierno, no para de escalar. De hecho hoy se cumplen 17 días desde que se inició lo que el Ministro de Gobierno calificó como un “bloqueo inhumano que le ha generado al país una pérdida de más de 1.300 millones de dólares, que busca la impunidad de una persona”. Con el bloqueo se refiere a los cortes de rutas en las principales vías del país y por la cual las autoridades iniciaron una serie de operativas a fin de restablecer la libre circulación. En dichos operativos aseguran haber encontrado, en los múltiples puntos de bloqueo, personas armadas con fusiles de grueso calibre.
Los cortes son responsabilidad de los grupos seguidores de Morales, quienes reclaman el cese de la persecución judicial contra su líder. Es que el ex mandatario está siendo investigado en el marco de un supuesto caso de trata y tráfico de personas. También por el abuso sexual de una menor, con la cual habría tenido una hija durante su período de mandato.
Nota publicada originalmente en Mirada Sur
Martín Aguirre, Director El País, Uruguay, y Advisory Council member, Center for Latin America
Rodrigo Caballero, editor