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Perú: de auto golpes y vacados

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En una suerte de crónica de su vacancia anunciada y luego de haber sobrevivido a varios intentos previos, finalmente, el ex Presidente Peruano Pedro Castillo ha sido vacado utilizando la ruleta rusa constitucional que prevé la Constitución del país vecino cuando permite al Congreso declarar la vacancia del Presidente por: “su permanente incapacidad moral o física”.

Según varios Constitucionalistas entendidos en ese instituto, esa figura fue introducida por el Constituyente para cuando el Presidente sufra de grave quebranto de su salud que le impida ejercer el cargo y, tratándose de la otra posibilidad sobre lo moral, se presta en la realidad a cualquier interpretación sumamente subjetiva, simplemente condicionada a las mayorías congresales que como aquí también ocurre, pueden prestarse a cualquier dislate en función a intereses coyunturales personales. Es pues, una ruleta rusa que termina percutiendo contra cualquier mandatario en la medida que goce o no de ese apoyo en función a múltiples factores no siempre no muy sanctos y, es causa importante aunque no única, de la crónica inestabilidad política peruana.

Pero más allá de esas “delicatessen” jurídicas; en la oportunidad resulta imposible obviar que centrando el análisis en lo último ocurrido esta semana y sin omitir los antecedentes que percutieron lo sucedido, el ex Presidente intentó claramente un golpe de estado, se “auto golpeó” en la práctica, lo que sale probado más allá de toda duda razonable del atento análisis de su mensaje público de aproximadamente 10 minutos brindado esa mañana.

Hay qué sin embargo precisar que la arquitectura constitucional peruana le permite al Presidente disolver el congreso cuando éste haya censurado o negado confianza a 2 consejos de Ministros, debiendo inmediatamente convocar a elecciones congresales a realizarse en los siguientes 4 meses.  No obstante, en el caso concreto, su mensaje público brindado por el vacado en horas previas, no me deja lugar a dudas de su desesperada intentona golpista. Su defensa ahora dice que habría sido drogado, pero como la buena estrategia de litigio enseña: todo lo que se alega, debe ser probado…

Empezó con el clásico discurso de auto victimización y racismo; señaló la cantidad de proyectos de ley enviados desde el ejecutivo que no fueron tratados por el legislativo; acusándoles de imponer una dictadura congresal con el aval del Tribunal Constitucional, resolviendo, entre otras: a) la disolución temporal del Congreso, gobernaría por Decreto Ley; b) el establecimiento de un gobierno de emergencia excepcional; c) convocar en breve plazo no precisado a elección congresal, con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución; d) toque de queda nacional; e) declaró la reorganización del Sistema de Justicia: Poder Judicial, Ministerio Público, Junta Nacional y el Tribunal Constitucional; f) ordenó la entrega en 72 horas de las armas que estén en posesión ilegal, disponiendo que por Decreto Ley creará el tipo penal respectivo, bajo pena de cárcel; g) comunicará a la OEA su decisión según el art. 27 de la CADH; y, h) proclamó el respeto de la propiedad privada y la prohibición de monopolios; entre otras.

Inmediatamente la mayor parte de sus Ministros presentó su renuncia al cargo y su Vice -hoy Presidenta- censuró en la red del pajarito azul su cuestionable decisión; con lo que posteriormente, el Congreso con 101 votos conformes, 6 en contra y 10 abstenciones, procedió a vacarle del cargo, alegando usurpación de funciones públicas, impedir el funcionamiento del estado y violentar el orden constitucional. Terminó aprehendido cuando estaba rumbo a la Embajada Mexicana.

Más allá de los antecedentes de la crónica crisis política que ha venido arrastrando el país vecino, la pésima imagen de su Congreso y clase política en general y obviamente los dislates del ex Presidente cuyas habilidades para ejercer ese alto cargo relucían usualmente; cabría resaltar que ese salto al vació intentado por Castillo ha puesto en prueba a la débil institucionalidad peruana que pese a todo ha dado saludables muestras de reacción. El trabajo del Ministerio Público y su justicia en el caso concreto están mostrando cierta independencia, su Policía y Fuerzas Armadas también, pues apostaron por la institucionalidad qué aunque maltrecha, ha sobrevivido la intentona golpista anotándose buenos goles a favor. Amanecerá y veremos…como discurren los acontecimientos, pero es evidente que Castillo fue: “TAN BUENO EN EL CONTRAGOLPE, QUE SE TERMINÓ NOQUEANDO A SÍ MISMO”. Lo escribió Ari FLEISCHER.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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