12.697 millones de dólares: Bolivia registra la mayor deuda externa de los últimos 50 años
La deuda actual al mundo representa el 31% del Producto Interno Bruto del país.
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Bolivia se anota la deuda más alta de su historia económica. El primer registro oficial de saldo de la deuda externa, extraído de Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (Udape), es de 1970 y eran 524 millones de dólares. 51 años después, alcanza los 12.697 millones de dólares, según el Informe de la Deuda Pública Externa al 31 de diciembre de 2021, publicado días atrás por el Banco Central de Bolivia.
La expansión de la deuda se dio pese a que la economía boliviana vivió una gran bonanza económica que permitió el ingreso de 310.000 millones de dólares en 14 años de Gobierno del MAS, impulsado por el alto precio de materias primas, según informó el diario El Deber en sus ediciones impresa y digital.
Un documento del Banco Mundial advierte que concluido el boom de las materias primas en 2014, Bolivia recurrió a un elevado gasto público y un creciente crédito interno para mantener un alto crecimiento económico. Estas medidas resultaron en el aumento de la deuda pública y la reducción de las reservas internacionales y los ahorros acumulados en la bonanza.
Describe que, en los primeros meses de 2021, la economía mostró signos de recuperación debido a la mejora del entorno internacional y la relajación de las medidas de aislamiento adoptadas al inicio de la pandemia. No obstante, el Banco Mundial advertía que el alto endeudamiento público y las modestas reservas internacionales pueden limitar los esfuerzos para dinamizar la economía solo mediante políticas expansivas, en especial si el sector privado no juega un rol más activo y sostenido.
El ascenso de la deuda externa vuelve al debate luego de que la Cámara de Diputados aprobara un crédito de 400 millones de dólares a la CAF-Banco de las Américas para apoyo presupuestario.
En diciembre de 2019, el entonces ministro de Economía, José Luis Parada, concluyó que durante el gobierno del MAS se perdieron más de 10 años de bonanza económica, dado que administraron 5,5 veces más recursos que en períodos similares. Detalló que en los 14 años de gobierno de Evo Morales se gastaron 310.000 millones de dólares, 5,5 veces más que en períodos similares. “Pero la población boliviana no sintió 5,5 veces un mejor sistema de salud, ni 5,5 veces más educación o seguridad ciudadana”, expresó la ex autoridad.
En septiembre de 2021, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Luis Arce, durante su intervención en el foro internacional, propuso avanzar en acuerdos con los organismos financieros multilaterales para el refinanciamiento o el alivio de la deuda externa a nivel global y para apoyar políticas sociales para poblaciones en situación de vulnerabilidad.
Deuda sobre el PIB se redujo
En el reciente informe de la Deuda Pública Externa, el ente emisor asegura que, gracias a la capacidad del país para cumplir sus compromisos con los acreedores internacionales y una adecuada gestión de la política económica, se redujo la deuda externa con respecto al Producto Interno Bruto (PIB), parámetro de organismos internacionales para calificar si la deuda es manejable con relación al tamaño de la economía. Así, el BCB indica que la deuda disminuyó del 33% del PIB en 2020, al 31,2% del PIB en 2021, lo que muestra, según el ente, una mejora en la capacidad de endeudamiento del país.
Además, que la liquidez expresado en el servicio de la deuda sobre el nivel de exportaciones también mostró una mejora del 11,1% en 2020, al 7,2% en 2021, “lo que expone una apropiada capacidad del país para cumplir con sus acreedores”, indica el Banco Central.
El informe también menciona que debido a la dinamización de la inversión pública, en 2021 el país recibió créditos por 1.366 millones de dólares provenientes de organismos multilaterales, bilaterales y privados, donde se destaca la mayor participación de acreedores -BID, CAF, Fonplata, la República Popular de China y Francia, entre los más importantes; y cuyos recursos externos fueron destinados al financiamiento de los sectores de infraestructura vial, multisectorial, salud, y saneamiento básico.
El pago del servicio de la deuda pública externa en 2022 alcanzó un total de 826,7 millones de dólares, de los cuales 503,8 millones corresponden a amortizaciones de capital y 322,9 millones a pagos de intereses y comisiones. Este importe es superior en 10,8 millones de dólares en relación a los pagos efectuados en 2020, producto de un mayor pago por concepto de amortización.
Déficits inflan la deuda
En criterio del economista Antonio Saravia, si se empieza el análisis en 1990 se verá que la deuda externa anual se mantuvo relativamente estable entre 4.000 y 5.000 millones de dólares hasta 2005. “El PIB siguió creciendo durante ese período, el ratio deuda externa/PIB cayó desde 83% en 1990 hasta 52% en 2005. Definitivamente un gran avance. Encima, en 2005 y en 2006 nos cayó un perdonazo que nos alivió fuertemente la deuda multilateral. Así, en 2007 llegamos a un mínimo histórico de deuda externa 2.200 millones de dólares que representaba alrededor del 15% del PIB de ese año. Excelente”, expresó.
A partir de ese periodo, la cosa se empezó a poner fea porque la deuda externa empezó a subir y experimentó un crecimiento fuerte desde 2017. “La deuda externa creció casi seis veces entre 2007 y 2021. En dicho periodo, llega a 12.700 millones de dólares, un 31% del PIB”.
Saravia dijo que los límites referenciales de organismos internacionales para la deuda externa son del 40 al 50% del PIB. “El gobierno argumenta que, dado que nuestro ratio está al 31% del PIB, todavía tenemos margen de endeudamiento. Pero los mercados dicen otra cosa. Una muestra clara es que cuando salimos a colocar 2.000 millones de dólares en bonos soberanos solo conseguimos 800 millones y a tasas muy altas. Al país se le ha bajado además la calificación de riesgo lo cual significa que no somos buen sujeto de crédito”, expresó Saravia.
Considera que Bolivia no muestra señales de que pueda generar importantes ingresos en el futuro porque ya no tiene gas y desde que se acabó la bonanza -el 2014 – ha estado viviendo esencialmente de deuda. “Llevamos nueve años de déficits fiscales consecutivos. El Gobierno esencialmente sustituyó el ingreso por gas, que se acabó en 2014, por deuda. No se tiene un ‘Plan B’, pero el Gobierno no quiere que se note que se acabó la fiesta. “Hay que reducir el gasto. No podemos seguir acumulando déficits porque son los que inflan la deuda”, recomendó el académico.
Para el también economista Róger Banegas, según diversos organismos internacionales la métrica y el parámetro de referencia de endeudamiento público es hasta el 40%, y eso significa que Bolivia tiene un margen de maniobra para endeudarse que está en menos del 10% del PIB, alrededor de 4.000 millones de dólares.
“La principal dificultad que se ha tenido es que no se ha podido conseguir los fondos necesarios para la reactivación económica. De hecho hubo un intento fallido en colocación de bonos internacionales, porque lo que se hizo fue renegociar con institucionales y nacionales”, expresó Banegas, al aludir que si bien existe este margen de maniobra por las condiciones de mercado y el riesgo de Bolivia está bastante complicado conseguir recursos externos.
Sobre este tema, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, dijo que “el país no estaba obligado a colocar los bonos por $us 2.000 millones, y que se consiguió aplazar los pagos para 2022 y 2023, lo que constituye un alivio para la economía nacional”.
Proyección estatal
El Presupuesto General del Estado (PGE) 2022 perfila un crecimiento económico en torno al 5,1% por la dinamización que impulsará la inversión pública, la tasa de inflación estará en 3,4% lo cual garantiza la estabilidad de precios de la canasta familiar y las transferencias a los gobiernos locales se incrementarán en 4,7% con relación a 2021. El déficit fiscal presupuestado del 8% del PIB, es inferior al proyectado para 2021 de 9,7%, y se genera por la inversión pública, según justifica el Gobierno.
De acuerdo con el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, el Gobierno extrema esfuerzos para preservar la estabilidad de precios tomando en cuenta el ambiente de incertidumbre con elevadas tasas de inflación y el anuncio de recesión de algunas economías globales por el contexto adverso. Este miércoles, sobre el crédito de la CAF, justificó que se destinará a inversión pública.