Operación multinacional coordinada por Europol descubrió centro de producción de drogas en Bolivia
Participaron policías de Brasil, Estados Unidos, Paraguay y España.
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Una extensa investigación en la que participaron la Policía Federal de Brasil, la Guardia Civil española, la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y la Policía de Paraguay, coordinada por Europol, terminó con el desmantelamiento de una importante organización criminal involucrada con el tráfico de cocaína y lavado de dinero que tenía su centro de producción de sustancias controladas en Bolivia.
La red criminal transportaba cocaína en contenedores marítimos. Desde septiembre de 2020, las autoridades de Bélgica, Brasil, Italia, los Países Bajos y España han incautado unas 10 toneladas de cocaína y alrededor de 1,85 millones de euros, informó el periódico Los Tiempos.
El operativo múltiple que se realizó el 15 de febrero de 2022 terminó con alrededor de 40 ubicaciones buscadas en Brasil, Paraguay y España. Al menos 30 arrestos en Río de Janeiro, São Paulo, Santos e Volta Redonda, Brasil, y siete en Barcelona, España.
Las incautaciones incluyeron: drogas, vehículos, armas de fuego, dinero en efectivo y varias cuentas bancarias en Brasil, Paraguay y España.
Europol informó que las actividades de investigación revelaron que la organización criminal podía realizar varios envíos de cocaína de varias toneladas a Europa cada pocos meses. Las autoridades descubrieron una infraestructura de producción con sede en Bolivia, con líneas logísticas y de suministro en Brasil, Paraguay y Uruguay. La investigación también descubrió los centros de comando y control de la organización en Dubái.
Los miembros de la red utilizaron comunicaciones encriptadas para coordinar sus actividades delictivas. Esto incluyó SKY ECC, una plataforma que se eliminó en 2021. Los sospechosos utilizaron estas plataformas de comunicaciones encriptadas para suministrar drogas a Europa y lavar los activos criminales. La organización criminal montó una red de empresas para permitir la importación de drogas desde Sudamérica y el lavado de las ganancias relacionadas. Testaferros en la nómina de la organización controlaban esta red de empresas.
El intercambio y la recopilación proactiva de inteligencia criminal, con el apoyo de Europol, llevó al descubrimiento de una red de distribución con base en Valencia y Barcelona que se encargaba de recibir los cargamentos de cocaína y distribuirlos en el mercado europeo. Las autoridades brasileñas y españolas interceptaron varios de estos envíos e identificaron a algunas de las empresas involucradas en el esquema criminal.