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El público en general está cada vez más entusiasmado y preocupado por los avances de la inteligencia artificial (IA). Muchos de nosotros llevamos tiempo encontrando y utilizando la IA en una serie de productos sin darnos cuenta, como los motores de búsqueda y los chatbots.
Sin embargo, la popularidad y el avance de productos de IA generativa disponibles públicamente, como ChatGPT, Gemini y Dall-E, han captado la atención tanto del público como de los responsables políticos. En el Congreso anterior, tanto la Cámara de Representantes como el Senado publicaron sugerencias para que los responsables políticos considerasen qué legislación se necesita, si es que se necesita alguna. La plataforma del Partido Republicano se comprometió a revocar la orden ejecutiva de la administración Biden sobre IA, y muchos legisladores de estados rojos y azules ya han presentado proyectos de ley relacionados con esta tecnología emergente.
¿Qué deberían tener en cuenta los responsables políticos y qué es probable que ocurra en la próxima fase del debate político sobre la IA?
Centrar la política de IA en apoyar los beneficios de la tecnología, no sólo en eliminar los perjuicios
Las nuevas tecnologías son a menudo perturbadoras, y los responsables políticos buscan inicialmente una respuesta legislativa que garantice primero la seguridad, incluso a expensas de un mayor acceso, innovación yexpresión.
En el caso de la IA ha surgido inicialmente un pánico similar, con escenarios catastrofistas propios de las películas de ciencia ficción. Se presta menos atención al impacto de la IA y a los innumerables beneficios que aporta, desde devolver la voz a las víctimas de derrames cerebrales hasta predecir la evolución de losincendios forestales. En enero de 2025, el 55% de los directores de operaciones de una encuesta realizada por PYMNTS indicaron que utilizaban la IA para mejorar laciberseguridad.
Sin embargo, gran parte del debate político en todo el mundo se ha centrado en prevenir los aspectos negativos. Esto tiene importantes consecuencias potenciales no deseadas para las aplicaciones beneficiosas.
Como ya se ha mencionado, la plataforma del Partido Republicano pide que se revoque la orden ejecutiva sobre IA de la era Biden. Esta orden ejecutiva representaba un enfoque mucho más preventivo y regulador de la tecnología, como se ha visto típicamente en Europa.
Aunque la administración entrante de Trump no ha declarado qué podría sustituir a la orden ejecutiva sobre IA, podría apoyarse en marcos anteriores relacionados con la IA, incluidos los de las administraciones anteriores de Trump y Obama, que se centraron en apoyar el desarrollo positivo en lugar de establecer regulaciones basadas en aspectos generales de la tecnología. Este enfoque se alinea más con lo que ha permitido a Estados Unidos prosperar como líder en tecnología e innovación al proporcionar un enfoque de toque ligero a las tecnologías de propósito general. Además, trata de responder a problemas o aplicaciones específicos cuando es necesario, en lugar de utilizar un enfoque descendente.
La aplicación de una normativa ligera a la IA permitirá probablemente a los innovadores y consumidores estadounidenses acceder a los beneficios de esta apasionante tecnología, en lugar de regular su desarrollo mediante limitaciones de la potencia de cálculo o requisitos de revisión antes de su lanzamiento.
Las leyes existentes sobre temas como la discriminación o el fraude abordan muchas de las preocupaciones en torno a la IA. En consecuencia, en lugar de aprobar nuevas leyes o restricciones que puedan tener consecuencias imprevistas y limitar importantes avances en la atención sanitaria y otros campos, los responsables políticos deberían considerar si las leyes existentes ya abordan sus preocupaciones.
Reconocer que la IA es un mercado competitivo a nivel mundial
Aunque muchas empresas tecnológicas líderes invierten en inteligencia artificial, Estados Unidos no es el único país que desarrolla esta tecnología. Y aunque las empresas de Europa y otras sociedades libres son competidores potenciales, no debe ignorarse el riesgo de lo que podría ocurrir si las tecnologías son desarrolladas y avanzadas por sociedades sin valores democráticos, como China. De este modo, Estados Unidos debe tener una política hacia la IA que fomente una variedad de innovaciones y no imponga regulaciones y restricciones al desarrollo tecnológico que dificulten la competencia en el mercado global.
Hay medidas positivas que los responsables políticos estadounidenses podrían adoptar para apoyar una mayor competitividad global de la innovación estadounidense en IA. Esto incluye garantizar que la política no impida el desarrollo de código abierto, una postura que apoya el vicepresidente electo J.D. Vance. Además, los legisladores deben asegurarse de que la normativa no se elabore de forma que sólo los grandes operadores puedan permitirse cumplirla o tengan los recursos para hacerlo, perjudicando así a las nuevas empresas.
Por otra parte, los reguladores deben evitar afirmaciones erróneas de monopolio en esta fase inicial del mercado o posturas que limiten las adquisiciones, que podrían disuadir importantes inversiones o investigación y desarrollo e incluso proporcionar una ventaja a competidores chinos como Huawei.
Aunque el riesgo para la seguridad nacional de la IA se cita a menudo como causa para una mayor regulación, una política que apoye la innovación estadounidense puede fomentar el alcance positivo de los valores democráticos en esta tecnología y proporcionar una opción para los aliados de todo el mundo.
Neutralizar el riesgo emergente de un mosaico estatal de IA
En Europa se ha impuesto un enfoque más regulador de la política de IA y de la política tecnológica en general. Por desgracia, muchos estados de Estados Unidos también se lo han planteado. Este enfoque corre el riesgo de crear un mosaico que podría interrumpir la innovación. El año pasado, más de 40 estados estudiaron legislación relacionada con la IA, desde estudios sobre el impacto potencial de la tecnología hasta el importante régimen regulador de Colorado.
En algunos casos, los estados pueden apoyar la innovación eliminando sus propias barreras normativas o creando certidumbre sobre cómo se aplican las leyes existentes a los malos actores que utilizan la IA para cometer fraude u otros abusos; sin embargo, los marcos normativos estatales generales para la IA crean múltiples problemas más allá de las fronteras del estado. Incluso unos planteamientos reguladores aparentemente menores a nivel estatal podrían crear un problema sin una reciprocidad clara al exigir a las empresas que busquen la certificación en cada estado antes de lanzar plenamente o incluso desarrollar su producto.
En consecuencia, el marco general de la política de IA deberá decidirse a nivel federal, como antes lo hizo Internet. Una regulación general de la IA a nivel estatal significaría que la ley estatal más restrictiva se convertiría de facto en legislación federal y crearía conflictos que impedirían que los productos estuvieran disponibles.
Conclusión
El enfoque “ligero” de la tecnología ha permitido que la innovación y el espíritu empresarial florezcan en Estados Unidos, y sus usos apoyan la difusión de los valores democráticos. Cuando la nueva administración y el Congreso consideren la política sobre IA, deberían buscar oportunidades para apoyar la innovación beneficiosa que aporta y responder a los perjuicios.
Sin embargo, frente a la regulación europea y estatal, probablemente se necesitará una declaración proactiva de la política prevista para superar los problemas que podrían surgir e impedir que las empresas estadounidenses compitan con fuerza en la escena mundial.
*Este artículo fue publicado en elcato.org el 21 de enero de 2025
