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Bicefalía estratégica o catastrófica

Emilio Martinez

Escritor y analista político

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Se dejó hacer a Lara en el proceso electoral, como imán atractor de votos del populismo de izquierda, mientras Paz se concentraba en un voto moderado o centrista. En definitiva, esa bicefalía estratégica, aunque generase ciertas fricciones y confusiones discursivas, le permitió a la fórmula ganadora pescar en ambos ríos: el electorado masista y el opositor, mientras que Tuto estaba limitado a este último.

Por discutible que parezca esa metodología (los medios elegidos pueden degradar la calidad de los fines buscados), fue efectiva. La pregunta es si ahora, desde el nuevo gobierno que comenzará en pocos días, tendrá sentido continuarla o si se convertirá en una bicefalía catastrófica.

¿Seguirán “dejando hacer” a Lara para contentar en el plano simbólico, circo mediante, a los votantes provenientes de la cultura masista? ¿Se le dará rienda suelta a sus bufonadas para que sea el blanco de las críticas, desviando los dardos que puedan caer sobre la próxima gestión, cuando se produzcan errores inevitables?

Estas podrían ser algunas de las tentaciones de la administración emergente, que hay que contrastar con una serie de razones de peso que indican que persistir en la estrategia bicéfala puede conducir a la catástrofe.

Sucede que estamos en medio de una crisis macroeconómica de proporciones, que requiere la aplicación pronta y coherente de un plan integral, donde no será suficiente dar buenas señales iniciales si después se desdibujan con diversas concesiones al prebendalismo “vicepopulista”.

Si recordamos un poco la historia de las hiperinflaciones regionales, más allá del caso conocido de Bolivia en los ’80, veremos que por esa época los presidentes de Argentina y Brasil bregaban con el mismo problema, con una serie de planes (Austral, Primavera, Cruzado, Bresser, Verão) que no lograron contener la escalada de precios, por mezclar algunas medidas de austeridad insuficientes con instrumentos keynesianos (línea doctrinal del probable ministro Lupo) y heterodoxos.

La coherencia, por tanto, será fundamental, y es aquí donde se abren preguntas acerca del rol que desempeñará el ex capitán Lara, quien posiblemente no se resignará a ser la “quinta rueda del carro” y estará en un lugar clave desde donde obstruir o entorpecer las reformas legislativas liberales.

Lo más recomendable sería implementar una política de “cordón sanitario” en el Parlamento, que reduzca el papel del vicepresidente a su mínima expresión posible, pero esto requiere de una sintonía que apunte en ese sentido, entre una porción mayoritaria del nuevo oficialismo y la “oposición constructiva” planteada por Quiroga.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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Emilio Martinez

Escritor y analista político

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