Cercado
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Recientes operaciones multinacionales contra el tráfico de drogas apuntan a Bolivia como país productor de grandes cantidades de cocaína y han establecido un primer cerco que abarca a Chile, Perú, Paraguay, Brasil y Colombia, y otro más lejano geográficamente, pero no menos importante, en Estados Unidos y Europa.
La primera consecuencia es el derrumbe de la narrativa de los gobiernos del MAS que aseguraba que Bolivia es solo un país de tránsito del tráfico internacional de estupefacientes con destino a los grandes centros de consumo.
Hay otras como el freno a la llegada de inversiones extranjeras por la inseguridad jurídica que produce el que Bolivia sea un nodo del narcotráfico y agudización de la inseguridad ciudadana, por ejemplo, con recurrentes ajustes de cuentas.
Los cercos también afectan al negocio de elaboración de drogas en suelo boliviano, aunque el narcotráfico ha demostrado una y otra vez que tiene la capacidad de cambiar de centros de producción porque la demanda así lo exige.
El sábado 19 de febrero, el diario Página Siete publicó una sistematización de las investigaciones coordinadas entre policías de varios países que muestran los cercos que se han levantado alrededor de Bolivia con la categoría indigna de ser un país productor de drogas a gran escala.
La operación multinacional dirigida por Europol, el 15 de febrero, permitió descubrir una infraestructura de producción de drogas con sede en Bolivia, con líneas logísticas y de suministro en Brasil, Paraguay y Uruguay.
Participaron la Policía Federal de Brasil, la Guardia Civil española, la Policía de Paraguay y la DEA de Estados Unidos. Hubo al menos 30 arrestos en Río de Janeiro, Sao Paulo, Santos e Volta Redonda, en Brasil, y siete en Barcelona, España. Las incautaciones incluyeron drogas, vehículos, armas de fuego, dinero en efectivo y cuentas bancarias en Brasil, Paraguay y España.
Europol informó que la organización narco afectada por el operativo podía realizar envíos de varias toneladas de cocaína a Europa “cada pocos meses”. La investigación también descubrió que los centros de comando y control se encuentran en Dubái.
Días antes, la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), desarticuló una banda internacional de narcotraficantes liderada por una boliviana que se encargaba de supervisar el ingreso de drogas por Arica y Parinacota, y el traslado hasta Santiago.
El operativo denominado Manto Blanco se saldó con la incautación de más de una tonelada de cocaína base, clorhidrato de cocaína y ketamina, dos automóviles, una motocicleta, teléfonos celulares y dinero en efectivo. De los siete detenidos en el operativo, cinco son de nacionalidad boliviana.
Entre julio de 2019 y fines de 2020 la DEA dirigió una operación extranacional que produjo la detención simultánea en Colombia y Perú, el 9 de marzo de 2021, del exmayor de Policía Omar Rojas Echeverría y Jorge Roca Suárez, alias Techo de Paja, además de otros bolivianos acusados de tráfico de drogas y armas a Estados Unidos.
Un agente encubierto y un informante de la DEA realizaron reuniones con los narcos en Bolivia, entre ellos, con el exjefe antidrogas Maximiliano Dávila, para la internación de 1,3 toneladas de drogas a Estados Unidos con protección policial en terminales aéreas del país.
Dávila fue aprehendido el 22 de enero en la frontera con Argentina, cuando busca huir del país, y ahora está detenido en la cárcel de San Pedro de La Paz acusado de legitimación de ganancias ilícitas por actividades relacionadas al narcotráfico.
Ese 22 de enero fue la última salida del jefe del MAS fuera del Chapare. Viajó a Asunción del Paraguay invitado por la Confederación Sudamericana de Fútbol. Después, no fue a México a la presentación del libro “Evo: operación retorno” ni a la efeméride de su natal Oruro.
Desde su trinchera tropical denunció que el “imperialismo y sus agentes en Bolivia” le espían, quieren descuartizarlo políticamente y podrían sembrarle pruebas de actos ilícitos, mientras 36 de sus exministros le “curaron en salud” con un pronunciamiento de respaldo, sin que haya una denuncia formal en contra del expresidente.
El país, categorizado como productor de drogas, está cercado por policías extranjeras y agencias antinarcóticos que buscan ahogar el narconegocio que parte desde Bolivia, pero también han establecido una especie de cerco sicológico alrededor del caudillo que no se mueve del Chapare hace un mes.
Dirigentes cocaleros hoy parlamentarios, 36 exministros, autoridades de gobierno y Morales insisten que no hay por qué preocuparse, pero hace un mes, desde que Dávila fue detenido, permanece sin salir del Chapare. Cercado, sitiado, confinado, recluido… ¿Cuándo retomará su agenda política que supone realizar viajes dentro y fuera del país?