OpiniónPolítica

De fracasos, dolor y esperanza en tus 199 años

Escucha la noticia

Quiero pedirte unos minutitos de tu tiempo para explicarte la crisis que vive Bolivia y las soluciones que podrían darse para resolverla. Vamos a partir de lo más urgente a lo más importante y trascendental. Lo más urgente, obviamente, es la crisis económica, cuyas causas vienen por el fracaso del modelo social comunitario productivoque, desde el 2014, se ha dedicado a gastar los ahorros que tenía el país. En este momento ya no quedan recursos para sostener este modelo que, si no hay condiciones internacionales favorables en precios para las materias primas que exporta este país, no tiene futuro. La realidad es que esas materias primas ya no las tenemos en el nivel que las teníamos antes y no hay luces en el futuro de que las volvamos a tener pronto.

¿Por qué se da la crisis económica? Porque terminamos siendo un país que gasta más de lo que produce. ¿Por qué gasta más de lo que produce? Porque mantiene los precios locales de un bien esencial como son los combustibles que se compra en el extranjero en dólares cada vez a precios mas altos y porque se ha dedicado a mantener un tipo de cambio que hoy en día ya no es sostenible y por eso vemos un tipo de cambio paralelo en la calle duplicando ya el valor del tipo de cambio oficial con un impacto profundo y notorio en el gasto que se hace desde el estado para sostener el precio de los combustibles, que es un producto que se importa y, al ser importado, debe ser pagado en dólares.

¿Por qué no se puede soltar fácilmente el tipo de cambio? Porque, obviamente, seguir sosteniendo la subvención ante un tipo de cambio más alto va a requerir más bolivianos para los mismos dólares con los cuales se compraba el combustible en el extranjero. Y hoy, en agosto del 2024, ya no quedan proveedores que puedan aceptar el pago en moneda boliviana. Y tampoco existen las condiciones para que la economía genere mas en bolivianos. Por lo tanto, la subvención se ha visto profundamente encarecida y hoy por hoy es notoriamente insostenible.

Sumado a eso, en la parte de la crisis económica, tenemos un estado que es ineficiente, que tiene empleadas alrededor del 10% de la población económicamente activa o más, con un nivel de improductividad total. Por lo tanto, tenemos un gasto adicional en salarios y en actividades que no son productivas, lo cual no permite generar al Estado mayores recursos para sostener la economía. Crisis económica con un problema profundo que no se resuelve de una manera sencilla. Al final, vamos a hablar de las soluciones para la crisis económica, pero también es importante aclarar que todo el análisis que se hace desde fuera del Estado se hace por aproximación, ya que una de las grandes falencias del fracasado modelo, es que no es transparente respecto a la información económica para que la ciudadanía pueda analizar y proponer.

El segundo problema tiene que ver con una crisis de representación política que ya se ha visto planteada y zanjada desde la política tradicional con un acuerdo entre los políticos de siempre y el órgano electoral por no tener elecciones primarias, por lo cual, ante este acuerdo, todo aquel que tenga la capacidad de conseguir un vehículo, es decir, un partido político para presentarse como candidato a las elecciones presidenciales, lo va a hacer. Entonces, la realidad del asunto es que iremos a las próximas elecciones con alrededor de 10 a 12 candidatos a la Presidencia del Estado. Y esto, si bien representa una profundidad adicional a la crisis, traslada el problema de la unidad de la oposición a la ciudadanía. Es decir, van a haber 10 a 12 candidatos, por lo cual la forma en la cual se deberá actuar tendrá que venir desde el lado de la población a través de una inteligencia colectiva a la hora de definir sus votos, donde la cordura quedará en manos de los bolivianos, generando una unión detrás de una propuesta, Dios mediante.

Ojalá los candidatos, a medida que se acerque el proceso electoral, se den cuenta de que sus posibilidades son mínimas y comiencen a desistir de sus candidaturas como un apoyo a la ciudadanía que está buscando un cambio, un cambio en la gestión política y económica

Posterior a eso, se presenta una crisis social que viene dada por una disparidad en la forma en la cual se distribuyen los recursos y en la forma en la cual se distribuye la representación política. Esto se evidenció encon el conflicto por el censo en el 2022, finalmente realizado en 2024, del cual se esperan resultados en algunos meses más de este caótico 2024. Este proceso, aunque torpe y a tropezones, está encaminado y en el cumplimiento de la ley gestionada en 2022. Para el cierre del año 2024 debería darse una nueva distribución de recursos y una nueva distribución en la asignación de escaños parlamentarios en el Congreso para las próximas elecciones.

Sumado a esto, la necesidad de garantizar elecciones libres que permitan dar seguridad a la ciudadanía de que se respetará la voluntad popular y la soberanía popular asociada con aquellos que gobiernan este territorio. En este sentido, existen dos grandes elementos que deben ser analizados y discutidos: el primero, la necesidad de un nuevo padrón electoral, que a mi criterio es una necesidad secundaria. Es importante depurar el padrón o gestionar uno nuevo con garantías y seguridad en él mismo. Sin embargo, es más importante en este momento, el segundo elemento, la modificación de los mecanismos del control electoral, porque el control electoral es el lugar donde se hace el fraude. El mecanismo actual, a través de los partidos políticos, no tiene la capacidad de controlar los resultados en todo el territorio nacional. Y lo que sucede es que puede estar el padrón bien, pero aun así se pueden alterar las actas. Como sabemos, la normativa en Bolivia no permite recuentos de votos, sino recuentos sumatorios de las actas de los procesos electorales. Entonces, tenemos un elemento adicional para el análisis de los problemas de nuestro país. El problema del padrón y el problema del control electoral.

Un último elemento pasa por la crisis de las instituciones y la desconfianza que existe principalmente en el sistema judicial y la destrucción de la institucionalidad que ha sido encabezada por los últimos años de gestión, gestando un año 2024 histórico. El parlamento ha quedado prácticamente reducido a su mínima expresión. Si bien no se ha cerrado el parlamento, prácticamente se ha dejado de sesionar con normalidad y se han autoprorrogado a los magistrados del Tribunal Constitucional, generando un resquebrajamiento de toda la institucionalidad boliviana.

Entonces, ¿por dónde pasan las soluciones para Bolivia? Las soluciones para Bolivia pasan por la necesidad de un cambio en el modelo económico que debe liberalizar la economía, principalmente eliminando o reduciendo gradualmente la subvención a los hidrocarburos, eliminando la intervención del Banco Central en el control del tipo de cambio y reduciendo el tamaño del Estado a un nivel de eficiencia mucho mayor. Esto va a significar la reubicación de muchas personas que necesitan ir a espacios productivos para generar valor para el país, incrementando nuestra productividad y, en consecuencia, nuestras exportaciones.

Por la parte de la crisis política y de representación, habiendo un acuerdo ya marcado por las organizaciones políticas respecto a cómo se debe encarar el proceso eleccionario sin elecciones primarias y con la cantidad de candidatos que los vehículos permitan, la única alternativa pasa por entregarle a la ciudadanía la responsabilidad de elegir a quien mejor propuesta tenga para resolver los problemas de Bolivia y esperar un cierto nivel de patriotismo de los candidatos en la búsqueda de generar una cierta unidad.

Un elemento clave detrás de la representación política es que las personas que se propongan ser electas sean aquellas que tengan la voluntad de ponerse el país al hombro y acordar los destinos de este país en espacios concertados entre actores de oposición y actores de oficialía. Solamente a través de la negociación respecto a la magnitud de las reformas económicas y políticas se podrá dar el cambio que Bolivia necesita.

En los términos de la crisis en relación a la representación política en términos de control electoral y fraude, lo prioritario es transformar el mecanismo de control electoral hoy por hoy normado en la responsabilidad que tienen los partidos políticos para controlar las elecciones, trasladándolo a la ciudadanía. Eso se realiza con un cambio urgente en la normativa electoral, entregando dos grandes alternativas: una, la modificación de la norma electoral que permita el recuento de votos, y otra, un mecanismo que permita a la población realizar por sus propios medios el control electoral correspondiente y trasladar a la ciudadanía el control electoral. Idealmente hablar de procesos de votación electrónica con auditorias en tiempo real de organismos internacionales, pero creo que no estamos listos para esa discusión.

Finalmente, la crisis institucional en la cual nos ha sumergido el gobierno actual pasa por reformas de la justicia en dos frentes: descentralización de la justicia a los niveles departamentales o, inclusive, municipales. Y una segunda alternativa que pasa por la reimplementación de los juicios con jueces ciudadanos, eliminando de esta manera la potencial corrupción que existe detrás de los juzgados, donde las decisiones las toma simplemente un juez de turno. Como verán, las alternativas son bastante complejas, pero en todo caso hay propuestas de solución para cada una de ellas. Para poder encaminar esta situación, y fundamentalmente hablando de lo urgente que es la toma de medidas drásticas en términos económicos, se requiere el adelantamiento del proceso electoral porque esperar el tiempo que hoy demanda llegar a la conclusión del mandato de Luis Arce es demasiado largo.

Más tiempo no permitirá aterrizar mejor toda la necesidad de cambio que el país requiere. Porque ya no va a ser posible una unión dentro de la oposición y termina pesando más la importancia de tomar decisiones rápidas que una potencial unidad que no se va a dar. Sin embargo, la renuncia del presidente del Estado no es un camino viable porque finalmente la renuncia implicaría que asuma el mandato una persona de la misma línea y, en realidad, toda la sucesión constitucional está manchada por aquellos que han conducido este país al desastre. ¿Cuál es el camino para adelantar las elecciones? El camino correcto es el planteamiento de una ley especial que adelante las elecciones, que el presidente actual sea quien decida dar un final anticipado a el mandato que se le ha encomendado y que entregue el poder de manera anticipada, sin renunciar, porque cualquier tipo de renuncia será manchada nuevamente con la cantaleta del golpe. La reforma de la norma electoral para modificar los mencanismos de control electoral es tarea urgente de los Asambleistas actuales

 


Cuentanos si te gustó la nota

100% LikesVS
0% Dislikes

Publicaciones relacionadas

Abrir chat
¿Quieres unirte al grupo de Whatsapp?
Hola 👋
Te invitamos a unirte a nuestro grupo de Whatsapp