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En un mirada simplista y reduccionista, muy probablemente nublado por el paradigma de la simplicidad, el presidente de la Federación Rusa; Vladimir Putin, observó su musculatura militar (el supuesto segundo mejor ejército del mundo), su economía, sus recursos naturales, su tecnología y porque no, su hegemonía cultural, con semejante panorama alentador, le surgió el anhelo imperialista y quiso devorarse a Ucrania de un bocado, lo que él, y seamos francos, nadie esperaba, es que el Estado agredido le plantara cara al matón del barrio y contra todo pronóstico, primero gracias a la gallardía que roza la locura de los ucranios y segundo gracias a la armas occidentales, les están imponiendo terribles bajas y perdidas a Rusia, dejándola irónicamente en una situación de vulnerabilidad frente a su verdadero némesis, la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Sumemos a ello que el tiro les ha salido por la culata, los ucranianos están más armados que nunca y los aliados occidentales más unidos y en galopante carrera armamentista.
¿Fue aun aventura?, por supuesto, un error de cálculo terrible con pronóstico todavía reservado, ¡tienen en vilo al mundo y dicen que no les va a temblar el pulso para usar armas de destrucción masiva si se sienten amenazados!, a día de hoy la situación se ha salido de control, los rusos pudieron haberse retirado cuando los ucranios imploraban un alto al fuego, justo en el momento en que habían perdido poco y también habían sido humillados un poco, hoy por hoy, han perdido mucho y han sido humillados mucho. El Status quo actual es el de un David envalentonado que está imprimiendo una contra ofensiva que ha dado cátedra magistral de guerra relámpago, los rusos por su parte, por fin han llamado a las cosas por su nombre: una guerra en todo el amplio sentido de la palabra, producto de ello están poniendo botas reservistas sobre el terreno, habrá que ver el desempeño de estos nuevos reclutas, por ahora, nos toca dar el margen de la duda.
En situaciones convencionales de paz, esta puede llegar a ser una quimera, recordemos que los seres humanos somos conflictivos por naturaleza, producto de ello muchas de las naciones se debaten entre crisis de Estado, Ausencia de Estado o Estado fallido. En situaciones de guerra, la paz se impone con la fuerza, por lo que es presumible que el conflicto siga en escalada, hasta que uno de los dos bandos sea nockeado o alguien decida tirar la toalla, me resulta impensable un acuerdo de paz bajo los términos de Statu quo ante bellum, es decir volver al estado de las cosas como era antes de la guerra.
A mi parecer, el error de cálculo de la Federación Rusa se da porque sus estrategas analizaron variables por separado, como si fueran islas independientes, cuando en la realidad están unidas y forman parte de un todo que se encuentra en permanente movimiento, hablamos del indeterminismo cuántico que da lugar al nacimiento del paradigma de la complejidad que muy acertadamente nos ha planteado el insigne Edgar Morín.
Por nuestra parte y a modo de epílogo, podemos afirmar con vehemencia que somos testigos de un parto doloso que está dando lugar al nacimiento a un mundo nuevo, uno complejamente interconectado, dónde se cumple la metáfora del efecto mariposa que proclama que su simple aleteo puede generar un huracán en el otro extremo del mundo.