OpiniónEconomía

Dentistas y economistas

Pablo Mendieta Ossio

Economista en el campo de políticas públicas

Escucha la noticia

Por el rápido avance técnico, hoy se aplica más que antes el dicho: “Quien mucho abarca, poco aprieta”.

Cuando era pequeño si tenía alguna molestia dental, mi madre me llevaba donde nuestro vecino y amigo dentista, el Dr. Jorge Lora (+). Él se encargaba en su consultorio de la peatonal de Potosí, conocido como Boulevard, de hacer los tratamientos del caso, que iban desde simples curaciones hasta tratamientos de conductos.

Hoy cuando uno tiene problemas dentales la figura del dentista es menos usual. Hay profesionales especializados: periodoncistas, endodoncistas, esteticistas, ortodoncistas, entre los principales. Por eso, los consultorios dentales son atendidos por más de un especialista.

Así como sucede en odontología, lo propio pasa en otros ámbitos de las ciencias como la economía, de la cual sólo daré unos ejemplos.

Tenemos a los especialistas en organización industrial, una rama que se dedica al análisis de los mercados y sus participantes, incluyendo regulaciones, políticas antimonopolio y fijaciones de tarifas. En mi opinión, es una de las áreas con menos especialistas, lo cual dificulta tener de forma técnica y profesional regulaciones que promuevan la eficiencia y reduzcan las fallas del mercado.

Por otra parte, están economistas especializados en los ámbitos de salud, educación y pobreza. Quienes están formados en estas áreas poseen los criterios técnicos para fomentar políticas de salud, mejorar la educación y conocer qué estrategias focalizan los esfuerzos contra la pobreza. Aunque el número de especialistas ha crecido en el país, todavía su impacto en las políticas públicas ha sido limitado.

Otra rama es la economía financiera, que en otros países es altamente valorada. Es cierto que en nuestro país una especialidad parecida es Ingeniería financiera, que también tiene alta convocatoria, pero comparativamente el nivel de análisis económico aplicado a las finanzas es todavía insuficiente.

También existen economistas especializados en el ámbito laboral, que se dedican a comprender cómo funciona el mercado de trabajo. Esta rama es valiosa en un entorno como el nuestro, donde el mercado está segmentado en formal/informal y sus regulaciones son contraproducentes para el empleo digno. Muy pocos se dedican a esta área.

En línea con los tiempos, una rama creciente es la de economía ambiental. Quienes se dedican a ella apuntan a comprender qué está pasando en los ecosistemas y cómo mitigar el cambio climático. Poco a poco crece en el país.
Para finalizar mis ejemplos, está la macroeconomía que incluye el análisis y el diseño de las políticas fiscales, monetarias, cambiarias y externas. Hay varios macroeconomistas en el país porque las décadas de los ochenta y noventa hicieron que su trabajo se destaque en medio de las reformas de esos años.

No tengo espacio para detallar otras áreas como la economía conductual, pública, naranja, métodos cuantitativos, historia económica, etc.

Cada una de estas ramas requiere estudios especializados como experiencia específica, algo similar a las especialidades en odontología; y, ni qué decir, en toda la medicina.

Menciono esto porque las redes sociales y también los medios, nos han tentado a los economistas (como a otros que no lo son) a abarcar más ramas de las que tenemos conocimiento y/o experiencia. Para ser sinceros, también la baja oferta laboral nos ha empujado a tratar de dominar (con poco éxito) más ramas y tener especialidad en todo y nada.

Pero la triste realidad es que no existen los “generalistas”, aquellos que pueden hablar de todas las ramas. Eso me recuerda al crudo diagnóstico del filósofo escocés Thomas Carlyle: “Enseña a un loro a decir oferta y demanda; y tendrás a un economista”, sentencia que luego fue popularizada por el economista Irving Fisher hace más de un siglo.

Requerimos aumentar la división del trabajo pregonada por el padre de la economía, Adam Smith, en 1776, para ser más eficientes en la profesión, en lugar de proveer análisis superfluos, generales, inútiles y llenos de obviedades.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


Cuentanos si te gustó la nota

75% LikesVS
25% Dislikes

Pablo Mendieta Ossio

Economista en el campo de políticas públicas

Publicaciones relacionadas

Abrir chat
¿Quieres unirte al grupo de Whatsapp?
Hola 👋
Te invitamos a unirte a nuestro grupo de Whatsapp