EEUU endurecerá sentencias por delitos con uso de inteligencia artificial

Sentencias más duras y nuevos procedimientos de vigilancia son algunas de las medidas que contempla tomar el Departamento de Justicia estadounidense contra empresas o individuos que utilicen la inteligencia artificial para cometer delitos de cuello blanco. Es un nuevo paso para intentar regular una tecnología que avanza con tal velocidad que despierta preocupación no solo en el campo de la ética y la moral sino también en lo judicial.

“Todas las nuevas tecnologías son un arma de doble filo, pero la IA puede ser la hoja más afilada hasta el momento”, asegura Lisa Monaco, fiscal general adjunto, según una reseña de ABC News. Quieren evitar cosas como la que pasó meses atrás en Turquía, cuando un hombre llamó desde 10 teléfonos diferentes a empresarios y altos funcionarios públicos haciéndose pasar por el presidente Recep Tayyip Erdoğan, con el fin de obtener beneficios económicos.

Desde el Departamento de Justicia no ocultan que la inteligencia artificial también puede ser “un gran peligro cuando los delincuentes la utilizan para potenciar sus actividades ilegales, incluido el crimen corporativo”, y menos al descubrir que un exingeniero de software de Google habría estando robando “secretos comerciales de inteligencia artificial” de la empresa con sede en California, mientras “trabajaba en secreto con dos empresas radicadas en China”.

Fraudes más sofisticados

Los delitos de cuello blanco tomaron impulso con los avances de la inteligencia artificial. Al ser delitos no violentos, en el ciberespacio hay un nicho importante para cometerlos. Tanto así que 93 % de los directores ejecutivos canadienses encuestados por KPMG creen que la inteligencia artificial los hará más vulnerables a las infracciones.

ChatGPT, Dall-E y Midjourney son las herramientas más utilizadas para automatizar ataques, desarrollar nuevas técnicas de phishing o explotar vulnerabilidades en los sistemas informáticos. Y todo esto apenas está comenzando. En Estados Unidos, el Departamento de Justicia asegura que los fiscales “buscarán sentencias más estrictas, tanto para los acusados ​​individuales como para las empresas” que tengan vinculación con los llamados delitos de cuello blanco.

Los delincuentes también pueden usar algoritmos para manipular datos o descifrar contraseñas. El resultado: acceso no autorizado a información confidencial, informes financieros fraudulentos o robo de identidad. Para 2019 en Reino Unido ya se reportaban prácticas fraudulentas con inteligencia artificial. Ese año estafadores usaron un programa para imitar la voz de un director ejecutivo y exigir a un empleado una transferencia fraudulenta desde la empresa por 220.000 euros (243.000 dólares) a una cuenta húngara, como reportó para ese entonces el Wall Street Journal.

Futuros ciberataques terroristas

Los riesgos podrían elevarse a un nivel de mayor preocupación. Para Breon Peace, fiscal federal en Brooklyn, las imágenes y vídeos “deepfake” generados por inteligencia artificial podrían usarse para engañar a los sistemas bancarios que verifican las identidades de sus clientes. “Eso, a su vez, podría permitir a criminales y terroristas abrir cuentas a gran escala, socavando el sistema de controles que hemos desarrollado durante décadas”, dijo en enero.

Con las tensiones geopolíticas actuales en Europa derivadas de la guerra de Rusia contra Ucrania, y en Medio Oriente por el conflicto entre Israel y Hamás, el panorama pinta complicado para Estados Unidos, el principal aliado y proveedor de los bandos pro occidentales. La nación norteamericana espera protegerse a pesar de que la tecnología avanza más rápido que las legislaciones.