OpiniónEconomía

El dolor de ser migrante

Pablo Mendieta Ossio

Economista en el campo de políticas públicas

Escucha la noticia

Hace una semana se publicó el “Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2024” a cargo de una oficina de las Naciones Unidas. Una cifra relevante es que apenas una de cada 30 personas en el mundo es migrantes; es decir, 280 millones de personas.

Lo curioso es que a nivel internacional la migración genera pasiones y repulsiones más grandes que su magnitud como lo evidencia el muro en la frontera de México y Estados Unidos, la actitud contra la migración en Europa e incluso el rol de la migración haitiana en la elección de República Dominicana.
Esa impresión ocurre porque hay una brecha entre las percepciones y la realidad. Se hico una encuesta en Italia y la población local creía que más del 25% era migrante cuando esa proporción estaba en torno al 10%.

La factual es que a la mayor de las personas en el mundo no les gusta migrar. Irse a otro lugar implica dejar atrás lugares, tradiciones, amigos, familia y toda una red de apoyo social en la cual se desenvuelven.

Todo un capítulo del excelente libro “Buena economía para tiempos difíciles” de los Premios Nobel de Economía Esther Duflo y Abihit Banerjee está dedicado a entender este fenómeno y desmitificar algunos puntos.

Uno de ellos y que ya mencioné es que a la gente no le gusta migrar. Por el contrario, existen experiencias extremas que muestran que la gente no prefiere moverse de un lugar a otro aún con réditos económicos, como lo fue la explosión de lava en Finlandia en 1973 o las temporadas agrícolas en Bangladesh.

Es más, estudios muestran que ni las perspectivas de mejores ingresos, ni la información sobre las disparidades laborales animaron masivamente a las personas a migrar. La mayor parte prefirió quedarse en sus lugares de origen.
En realidad, la migración parece ser más ocasionada por la violencia, la inseguridad y la inestabilidad en los lugares de origen, que simplemente por los ingresos y el atractivo de los lugares de destino. En varios casos es la muestra del fracaso de los países o regiones de origen.

Cuando participé en un evento académico en Perú hace más de 10 años, hice una breve introducción sobre Bolivia. Cuando llegué a las remesas, indiqué que su alta magnitud se debía a de que el país fue más exitoso “exportando” ciudadanos bolivianos que bienes y servicios.

El único rédito de exportar ciudadanos es que a veces son los más efectivos en traer recursos frescos (divisas) al país. El caso más famoso ha sido el de El Salvador, puesto que existen más salvadoreños fuera de su país. Y la cantidad de remesas que envían es altísima con efectos significativos en su economía.
Una de las razones en contra de la migración que se menciona es que los migrantes “quitan” trabajo a los países o regiones que la reciben. Los estudios del también Premio Nobel de Economía David Card sobre la migración de cubanos a Florida encuentra evidencia de que su incursión no perjudicó a los habitantes nativos ni a sus salarios, pero sí a los cubanos que habían migrado previamente.

Usualmente las regiones que reciben a los migrantes reciben algunos beneficios. Uno de ellos es que captan capital humano que no fue entrenado ni calificado con recursos de la región de origen.

A nivel regional, la migración es fundamental para comprender la dinámica poblacional en Santa Cruz y en el Oriente en general. Identifico cuatro etapas: i) la colonización o “Marcha hacia el Oriente” hace 70 años; ii) la migración de trabajadores calificados desde los setenta; iii) la llegada de profesionales y empresarios a fines de siglo pasado; y, iv) el asentamiento de ejecutivos de empresas en lo que va del siglo, consolidando a Santa Cruz como la capital económica del país.

Viví en cinco ciudades de tres países y sé que migrar es doloroso. Como muchos otros que buscamos ese nido definitivo, aportamos lo más que podemos a los lugares que nos acogen. Y nos asusta que la situación se vuelva incierta e inestable y que nos obligue ver otros rumbos, por la irresponsabilidad de la política y el poder, en la mayoría de los casos.


Cuentanos si te gustó la nota

100% LikesVS
0% Dislikes

Pablo Mendieta Ossio

Economista en el campo de políticas públicas

Publicaciones relacionadas

Abrir chat
¿Quieres unirte al grupo de Whatsapp?
Hola 👋
Te invitamos a unirte a nuestro grupo de Whatsapp