Opinión

El extraño caso Mundaka

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En el país, cuando se trata de poder y narcotráfico, ocurren cosas extrañas. Han sido tantas y variopintas que ya no sorprenden. El 30 de julio de 2019 la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico llevó adelante un operativo en Santa Cruz con importantes resultados pero en sus registros oficiales jamás existió.

Se trata del Caso Mundaka, sobre el que oficiales que ejecutaron el operativo elaboraron informes, pero que ha sido y es ignorado, pese a que implica al exjefe antidrogas Maximiliano Dávila, detenido en Bolivia y requerido por la justicia de Estados Unidos, y que puede alcanzar a otras exaltas autoridades del gobierno de Evo Morales.

¿Qué es Mundaka?, se preguntarán. Es el denominativo de un aeródromo privado situado a 20 kilómetros del municipio de Cotoca, en la zona metropolitana de Santa Cruz. En  2015, la Dirección General de Aeronáutica Civil registró su inscripción como pista “León” por el apellido paterno de los propietarios.

El aeródromo terminó siendo conocido como Mundaka por quien hizo el trámite ante la DGAC, entidad que autorizó la realización de operaciones privadas durante cinco años. Terminada la vigencia de la autorización en 2020 y al parecer producto de la venta del predio, ahora se denomina Aeroparque La Cruceña.

Explicado este primer punto, las siguientes preguntas son: ¿Qué ocurrió realmente el 30 de julio de 2019? ¿Por qué debería ser relevante para el país?

El diario El Deber de Santa Cruz reveló el domingo 13 de marzo que efectivos antinarcóticos de élite efectuaron un operativo la madrugada del martes 30 de julio de 2019 en el entonces aeródromo Mundaka. 15 personas fueron detenidas, entre ellas un colombiano apodado “El Capitán”, quien lideraba el grupo que recibió a los policías con disparos.

Se confiscaron siete avionetas preparadas para el transporte de drogas, es decir, sin los asientos de los pasajeros. También se incautaron teléfonos satelitales, precursores, vehículos y armamento. La operación resultó un éxito. Pero, llegó una contraorden del mismísimo Maximiliano Dávila, en ese entonces mandamás de la lucha contra el narcotráfico.

Los detenidos fueron liberados, incluido “El Capitán”, y las avionetas fueron devueltas cobrando aparentemente 50.000 dólares por cada una de ellas. El diario cruceño, en un segundo reporte sobre el Caso Mundaka, informó que la anulación del operativo habría producido ganancias por de más de un millón de dólares para jefes policiales y altas esferas de gobierno.

Detalles del operativo están registrados en el informe JDFELCN-261/19 y caso SC-X-611/19 de la fuerza antinarcóticos que luego fue reemplazado por otro documento por orden de Maximiliano Dávila, quien se cercioró de la anulación para favorecer a una organización internacional de narcotraficantes. De todas maneras, el documento secreto contiene información en fotografías, videos, audios y otros elementos.

¿Qué es lo llamativo en este punto? Que el operativo antidrogas se realizó durante el período en que Maximiliano Dávila y otros bolivianos eran investigados por la DEA estadounidense por delitos relacionados al tráfico de drogas y armas a Estados Unidos. Las investigaciones comenzaron en febrero de 2019.

Es más, según un informe de la DEA que sirvió como base de la acusación contra Maximiliano Dávila, el exmayor de Policía Omar Rojas Echeverría y narcos bolivianos detenidos en Colombia, algunos de ellos ya extraditados, da cuenta que las reuniones entre éstos y supuestos narcos extranjeros (que en realidad eran un agente encubierto y un informante) fueron legalmente grabadas entre julio y diciembre de 2019.

Por el momento, Maximiliano Dávila está acusado de legitimación de ganancias ilícitas vinculadas a actividades de tráfico de estupefacientes. La figura puede cambiar a participación en delitos de conspiración para el tráfico de narcóticos a Estados Unidos, claro si se evidencia la existencia del caso y que fue eliminado por el propio exjefe antidrogas.

La captura y detención preventiva de Maximiliano Dávila ocurrió hace poco, el 22 de enero, hace casi dos meses. Por tanto, llama la atención el bajo impacto de lo ocurrido el 30 de julio de 2019 en el conjunto de los medios de comunicación independientes del país a nivel informativo y de opinión, pese a los datos que ha publicado el periódico El Deber desde el domingo 13 de marzo.

El desinterés se apareja con el silencio de las actuales autoridades políticas relacionadas con este tema como el Ministro de Gobierno y el Viceministro de Defensa Social. Solo el exministro Carlos Romero salió al frente para asegurar que nunca fue informado del caso y menos de su anulación cuando se sabe que ningún operativo se realizaba sin su conocimiento ni del exviceministro Felipe Cáceres.

El actual director de la fuerza antinarcóticos, José María Velasco, trató de eludir el tema cuando fue consultado por el diario cruceño al destacar el control que se realiza actualmente en el Aeroparque La Cruceña y anotar que se recopila información para saber “si hubo o no coberturas” respecto del operativo anulado hace tres años y cuatro meses.

Como hemos visto, el extraño Caso Mundaka tiene muchas aristas que comprometen a Maximiliano Dávila, probablemente a altas esferas del gobierno en 2019 y a entidades públicas del país. Ignorarlo no parece un buen consejo, más aún si ya se sabe que puede ser parte de una investigación internacional que puede confirmar que Bolivia es un enclave de la producción de drogas con protección gubernamental.


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