El Gobierno argentino está terminado: ¿Llegará el Frente de Todos a agosto?
En medio de los rumores de renuncia del ministro de Economía, Sergio Massa, se fue el jefe de asesores de Alberto Fernández. ¿El dólar? Vuela...
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Por Marcelo Duclos1
Este 18 de abril pudo haber sido el punto de no retorno. Mientras el dólar crujía (y se llegó a vender a 430 pesos antes que se retirara la oferta a media tarde) Casa Rosada y el ministerio de Economía eran un hervidero. Mientras corrían los rumores de renuncia de Sergio Massa, los principales referentes del gobierno hacían silencio de radio. Finalmente, el que pegó el portazo fue Antonio Aracre, el jefe de Asesores de Alberto Fernández.
“A raíz de los rumores que circularon desde anoche y a los efectos de desactivar cualquier operación tendiente a intranquilizar los mercados le he presentado al presidente Alberto Fernández mi renuncia indeclinable como Jefe de Asesores de manera inmediata. Aprovecho este medio para agradecerle al Presidente por haberme honrado con este cargo y sabe que puede contar conmigo para lo que necesite”, dijo el ahora exfuncionario en sus redes sociales.
Una vez más, como ya ocurrió demasiadas veces a lo largo de estos años de experiencia fallida del Frente de Todos, el mandatario agradeció en su cuenta de Twitter los servicios prestados. Con un mensaje escueto, Fernández se refirió a la supuesta “valiosa” participación en el gobierno. Pero Aracre había asumido hace un par de meses y nadie sabe de qué se trató ese gran aporte al que el mandatario hace referencia. La verdad es que, hace tiempo, al segundo de CFK le vienen soltando la mano. Ya son muy pocos los funcionarios que quieren seguir poniendo la cara por el oficialismo.
Aracre, Massa y la corrida
La novela de lo ocurrido hoy comenzó anoche en la televisión. El influyente periodista de La Nación Carlos Pagni corrió el rumor que Massa dejaría su cargo y que el exjefe de Asesores de Alberto iba a reemplazarlo. Hasta las tres de la tarde, con los mercados abiertos y demasiado inquietos, Massa hizo silencio. Sin embargo, detrás de bambalinas, el ministro de Economía encaró al presidente y le hizo una simple pregunta: “¿Aracre o yo?”. Fernández decidió soltarle la mano a su subalterno, que por estas horas aparece como el fusible de la corrida cambiaria de la jornada. Sin plan b, ahora el ministro Massa va por Miguel Ángel Pesce, titular del Banco Central.
Mientras la plana más alta del gobierno andaba en esas cuestiones, en otros salones de la Casa Rosada se vivían otras situaciones de preocupación diferentes. Varios intendentes del conurbano le exigían a los interlocutores del gobierno partido del que nadie se hace cargo algún tipo de reacción ante una cuestión concreta: según las mediciones de los jefes comunales, Javier Milei le “muerde” votos al peronismo, como nunca pudo hacerlo el macrismo en la última década.
Todo esto parece indicar que se profundizarán las operaciones contra el precandidato libertario, pero lo cierto es que hasta el momento estas acciones no han hecho otra cosa de dejarlo bien parado a Milei. Ya no son pocos los peronistas que aseguran por lo bajo que el Frente de Todos no puede aspirar a nada mejor que no sea ingresar a una segunda vuelta. Es que, al día de hoy, varias mediciones sugieren que el tradicional peronismo podría salir tercero.
El gobierno está absolutamente liquidado y ahora es todo cuesta arriba. El problema es que las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias de agosto quedaron demasiado lejos. El tramo de los próximos cuatro meses será un suplicio total. A lo sumo, si el kirchnerismo sufre la paliza que todo parece indicar que sufrirán, puede que el camino a las elecciones de octubre sea un poco más accesible. Claro que el oficialismo, con el boleto picado, en esos dos meses puede dejar un daño incendiario digno de Nerón.