El problema de Juntos por el Cambio es Juntos por el Cambio
Un sector de la principal coalición opositora al kirchnerismo le abrió la puerta a un nuevo aumento de impuestos, en contra de lo que prometió en campaña
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Por Marcelo Duclos1
Juntos por el Cambio, la coalición más importante de la oposición argentina, está formada principalmente por Propuesta Republicana, de Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, y el centenario partido socialdemócrata, la Unión Cívica Radical. Aunque el oficialismo no tiene los votos suficientes como para aprobar lo que quiera en el Congreso, en más de una oportunidad el Frente de Todos consigue los votos gracias a la ayuda de eventuales aliados. En ese espacio siempre están los “peronistas federales”, supuestamente no kirchneristas, pero a veces aparecen los aliados de Cambiemos. Siempre vinculados a un sector de la UCR.
Esta semana, el oficialismo consiguió aprobar el “Consenso Fiscal”, que le abrirá las puertas a nuevos aumentos de impuestos, a contramano de la principal promesa de campaña de Juntos por el Cambio. Ante la competencia de los candidatos liberales en distritos como CABA o provincia de Buenos Aires (donde participaban Javier Milei y José Luis Espert), JxC aseguró –incluso firmando un documento- que no pensaba votar ningún incremento sobre la presión fiscal.
Si bien es cierto que los diputados radicales que votaron con el kirchnerismo son minoría (pertenecen al sector vinculado a los gobernadores), estos legisladores no pueden computarse como opositores en determinadas circunstancias. El problema es que la misma coalición guarda silencio y no se anima a señalar a sus miembros que le hacen juego al kirchnerismo. Es que, si los señalan con el dedo, dejan en evidencia que la coalición, en su conjunto, no es garantía de confianza a la hora de enfrentar la amenaza hegemónica del peronismo en el parlamento.
También hay que reconocer que no todos los referentes del espacio tienen estos extravíos conceptuales. Los exministros Patricia Bullrich y Ricardo López Murphy pretenden ser candidatos a presidente en 2023 y, seguramente, una gestión bajo su órbita tenga las cosas más claras que la facción socialdemócrata. Muy probablemente Juntos por el Cambio dirima su interna en una primaria y el electorado podrá decidir si es una “paloma” o un “halcón” el postulante que pretenda arrebatarle la banda presidencial a Alberto Fernández el próximo año.
Otra cuestión que está por verse es si los liberales que no pertenecen a la coalición terminan compitiendo por adentro. En las elecciones pasadas, José Luis Espert casi llega a un acuerdo para presentar su boleta en las PASO de la provincia de Buenos Aires (movida que tuvo el respaldo de Bullrich), pero la Coalición Cívica y la UCR boicotearon el acuerdo. Igualmente, el economista liberal hizo una gran elección “por afuera”, obteniendo dos bancas y quedando al borde de una tercera. El diputado podría competir en una primaria para gobernador, si el acuerdo es justo y razonable.
Por el lado de Javier Milei, no son pocos los que buscan que pueda cerrar un pacto con Mauricio Macri. Pero como ya reiteró el referente libertario, no hay oportunidades de acuerdo mientras el expresidente siga asociado al larretismo y a los socialdemócratas. Habrá que ver si Macri se anima a patear el tablero, para darle forma a una coalición más concreta en materia de principios.
Cada uno podrá elegir el año próximo sus postulantes al Ejecutivo nacional, provinciales y municipales, según su preferencia y valoración personal. Sin embargo, en el momento del cuarto oscuro, deberá recordar que, en las boletas legislativas de Juntos por el Cambio, de mantenerse la coalición como está, hay eventuales legisladores dispuestos a hacerle el juego al peronismo. Ya ocurrió más de una vez y, desafortunadamente, ocurrirá en el futuro.