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El sorprendente resultado electoral en Bolivia

Gonzalo Rojas Ortuste

Politólogo, Profesor de postgrado.

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Brevemente debo dejar mi lectura de estos resultados. Sin duda la posición en 1er. lugar de Rodrigo Paz y el Cap. E. Lara es la sorpresa. En cierta medida la tendencia consistente de aumentar sus cifra aparecía en las encuestas, aunque nunca con la contundencia ahora conocida. Pero no olvidemos los indecisos, nunca tan amplios en mediciones en otras elecciones.

Rodrigo Paz es hijo del expresidente mirista Jaime Paz Zamora (1989-93), que pudo ser presidente electo, aun obteniendo el 3er. lugar porque la CPE permitía la elección en el Congreso Nacional cuando ninguno obtenía la mayoría absoluta. Ergo, proviene de una familia de estirpe política, incluso por exilio él mismo nació en España. Se comunica con gran familiaridad con gran parte del electorado (exactamente lo opuesto de Samuel Doria Medina, quien decidió presentarse como empresario exitoso -que lo es- negando su reiteradas candidaturas presi y vicepresidenciales).

El discurso político de Paz-Lara no fue polarizante -y por eso hoy genera sospechas de acuerdos promasistas- como si la política no fuera también el arte de concertar no solo confrontar. Su reiteradas apelaciones a la “patria” y a los héroes del Chaco (abuelo incluido), apelan al momento de mayor cohesión nacional, cuyo ecos siguen resonando en las actuales generaciones, a lo que hay que sumar la imagen de anticorrupción que aporta el Cap. Lara, expulsado de la Policía Nal. por su lucha por constantes denuncias ante ese mal que acosa a las instituciones públicas.

Claro que una parte del electorado masista votó por este binomio, y es bueno que ese segmento de la ciudadanía encauce por otra opción política. No se necesita una teoría de conspiración ni de “oscuros amarres” para explicar eso. Desde luego no es el caso de los votos nulos, requeridos por Morales Ayma, el cacique refugiado en el Chapare, que no pudo boicotear estas elecciones y hoy es una amenaza a la institucionalidad, pero no de la gravedad que hubo ante el gobierno débil de Arce, ahora de salida.

Estrenaremos ballotage en octubre, y tendremos una campaña con otro tono, no de guerra sucia, de disputa democrática, sin la odiosa descalificación que la nomenklatura masista cree que solo asi se hace política. Ganó la Bolivia democrática: Bravo!

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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Gonzalo Rojas Ortuste

Politólogo, Profesor de postgrado.

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