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Empiezan los despidos, sigue esperando el cepo (Argentina)

Marcos Falcone

Politólogo, Project Manager de Fundación Libertad de Argentina

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El gobierno hizo dos buenos anuncios económicos esta semana: que no se renovarán quince mil contratos en la administración pública nacional y que se suspenderá la operatoria de miles de cooperativas creadas entre 2020 y 2022 que hasta ahora recibían subsidios sin cumplir con los más mínimos requisitos contables. ¿Por qué los liberales deben acompañar estas medidas? Sencillo: porque buscan reducir y auditar el gasto público. El Estado elefantiásico que tiene la Argentina, que ha incorporado empleados a una tasa varias veces superior a la de su crecimiento demográfico mientras el sector privado ha destruido empleo, necesita menos gente.

Por supuesto, el principal problema con la decisión de racionalizar la cantidad de empleados del Estado es que solo alcanza al nivel nacional y, dentro de él, a los contratados por períodos específicos de tiempo, en lugar de atacar el grave problema de la planta permanente. Es deseable y necesario que el gobierno cierre organismos para que el personal innecesario pueda ser dispensado luego de un año, así como también que presione a provincias y municipios para que ellos bajen su propia planta: la rediscusión de la coparticipación debe incluir este aspecto.

Por cierto, el 31 de marzo vence el período para que quienes tienen una tarjeta SUBE la registren bajo su nombre para entonces recibir un descuento en el transporte público. ¿Por qué? No hay porqué. No hay motivo que justifique desde un punto de vista liberal forzar a las personas a informar al Estado de sus movimientos a cambio de un descuento. Las razones detrás de esta decisión del gobierno son una incógnita y quizás tengan que ver con el hecho de que de esta manera habrá una actualización parcial de tarifas disfrazada de un nuevo subsidio para los que no la sufran. Pero eso no convierte a la medida en aceptable.

Una nota final: el tiempo pasa y el cepo cambiario, en todas sus formas, sigue ahí. Es extraño: si el gobierno va en la dirección correcta como afirma, y con una brecha en mínimos históricos, no debería haber problema en liberar el mercado cambiario. La confianza está e incluso los que hoy son funcionarios pensaban en que iban a poder levantarlo rápidamente: ¿por qué no sacan el cepo de una buena vez?

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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Marcos Falcone

Politólogo, Project Manager de Fundación Libertad de Argentina

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