Europa retorna a América Latina
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Luego de dos décadas desatendiendo las relaciones con América Latina, la Unión Europea toma conciencia que para fortalecer su “autonomía estratégica”, debe retomar una presencia geopolítica con sello particular en diferentes áreas del planeta. Precisa de un “salto cualitativo” en sus relaciones con el “nuevo mundo”.
El privilegiar la diplomacia por medio de las empresas multinacionales en su vínculo con las diferentes naciones, por encima de los valores democráticos, originó que los Estados de la Unión, pierdan la capacidad de una relación integral. Miraron de soslayo la instalación de gobiernos despóticos y regímenes autoritarios, para no perturbar la inversión privada de capitales.
De esta manera, el desembarco de las transnacionales europeas fue exitoso y boyante durante la fase de la apertura económica latinoamericana (1990 a 2010), hasta que la ola populista comenzó a instalarse en la mayoría de los gobiernos de la región y la crisis financiera de 2008, generó la dinámica del desarrollo a “dos velocidades” en las economías. Los países que estaban vinculados a los EEUU sufrieron un impacto negativo en el intercambio económico; los que empezaron a vincularse con China, multiplicaron año tras año su intercambio comercial.
Eran los tiempos exitosos del populismo con chequera abultada y el trato con manga ancha a la oposición política. No era necesario reprimir, bastaba instalar un relato patriótico con condimentos antimperialistas, para aparentar una imagen progresista. Evo Morales viajaba en avión ejecutivo con el presidente de Repsol, mientras ejecutaba una ilusoria nacionalización de los recursos naturales. Daba la imagen de un justiciero histórico contra los colonizadores españoles, a la vez que se alojaba en los hoteles mas suntuosos de la capital del Reino. Un periodista español reveló cáusticamente: las copas del brindis por el aniversario del ALBA, “las pagó Repsol”.
En medio del aluvión de divisas en Bolivia, se atrevieron a vaticinar que en una década igualarían el nivel de vida de Suiza, gracias al milagro económico logrado por el inamovible ministro de hacienda Arce Catacora.
Superando las formalidades del Foro de Sao Paulo, Cuba inició con los petrodólares de Chávez y la diplomacia bolivariana, una cruzada revolucionaria en los países con escasos de recursos de libre disponibilidad y del abastecimiento de carburantes. Nacieron los programas presidenciales populistas y la deuda bilateral por la adquisición de carburantes.
Cuba sacó ventaja en todos los terrenos, no necesitó insistir en el “foquismo” guerrillero. Ahora ejecuta labores remuneradas de inteligencia militar, instrucción a los ejecutores de la represión, y protección de lideres políticos; camuflados bajo la fachada de una asistencia médica y programas de alfabetización. Para garantizar sus beneficios, la isla impulsó la creación del ALBA-TCP, el Tratado de Comercio de los Pueblos, con el objetivo de recibir “cooperación y solidaridad” permanente.
Pero los tiempos cambian, quien no se adapta, corre el riesgo de quedar rezagado o ser desplazado de la centralidad geopolítica. Esto les aconteció a los norteamericanos y a la apartada Europa, al punto de pasar inadvertidos en la región.
Las potencias industriales necesitan otra vez de las materias primas “cruciales”. Requieren litio y “tierras raras”, para su desarrollo tecnológico y generar energías limpias. Ven con bastante inquietud que China y Rusia hayan encontrado barra libre en los gobiernos de turno, empeñados en nuevas aventuras ideológicas y una revancha histórica con el Imperio.
La Unión Europea, luego de la experiencia de Rusia con el abastecimiento de gas, quiere estrechar relaciones con Estados predecibles, decidió privilegiar la relación con Chile y Argentina para insertarse en el triángulo del litio. Y para reposicionarse en el continente, vuelve a conectar con Brasil y México.
Para hacer atractiva su reinserción, Europa y España colocan sobre la mesa alrededor 20.000 millones de euros. Serán canalizados por medio del Global Gateway. Simultáneamente realizaron contactos bilaterales, prometiendo desencallar los acuerdos con el MERCOSUR, y erigir un mecanismo de coordinación entre la CELAC y la UE a partir de la próxima cumbre.
Por el momento. Bolivia es prescindible por caótica.