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¡Hay que tener agallas para invertir tanto en estos tiempos!

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Que Santa Cruz tiene una forma de hacer bien las cosas para forjar su destino, está fuera de discusión: las cifras son contundentes. Igualmente, aquello de que “Santa Cruz no se rinde ante la crisis”, dada su resiliencia a lo largo de la historia para superar con creatividad los contratiempos, en base a su propio esfuerzo, y su innata capacidad para resolverlo todo: Cuando algo anda mal, solo es cuestión de tiempo para que lo supere. No por nada Santa Cruz es el puntal del desarrollo, despertando la admiración en unos y la envidia en otros.

El pujante avance de la región no es algo fortuito, más bien, es el resultado de una visión prospectiva, una planificación indicativa y de instituciones que hicieron posible un “mix virtuoso” de los tradicionales factores de producción, como son la tierra, el trabajo, el capital y la tecnología, motorizados por un quinto factor que es lo que marca la diferencia a la hora de hablar de progreso: la institucionalidad.

Todo ello tiene que ver con el exitoso modelo de desarrollo cruceño, admirado por muchos y criticado por unos pocos que ignoran los altos valores de la libertad, la individualidad, la competencia, el cooperativismo y la integración al mundo que lo sustentan, llevando a esta joven región a sobresalir con gran ventaja, frente a otras.

Un elemento preponderante para el éxito cruceño es el emprendedurismo, esto es, producir un bien o servicio buscando un rédito económico, aplicando para ello habilidades, conocimientos y asumiendo riesgos con creatividad y liderazgo. Nada es regalado, hacer empresa significa estar dispuesto a trabajar duro y persistir frente al fracaso para triunfar después, por eso considero a los empresarios verdaderos servidores sociales que generan riqueza no solo para sí, sino también, para la sociedad a través de la innovación, el crecimiento económico y el empleo. El modelo de desarrollo cruceño plantea que para triunfar… ¡hay que tener agallas!

Ejemplos sobran, pero hoy me referiré a uno que debería merecer el máximo apoyo de las autoridades, instituciones y la sociedad civil, no solo por su faraónico portento, sino también por los benéficos efectos multiplicadores para la economía; igualmente, por la indomable determinación de construir una ciudad desde cero y, no una ciudad cualquiera, sino, una Ciudad Inteligente y Tecnológica, una Ciudad Verde y Ecológica que proyectará a la región y a Bolivia al mundo, por lo inédito de semejante emprendimiento: la Nueva Santa Cruz (NSC).

Para quienes dudaban del proyecto, es bueno informar que 11 torres de 15 pisos ya están construidas para estrenar en el primer semestre de 2024; los amplios viaductos de acceso, están concluidos; más de 3 millones de palmeras y árboles típicos están siendo plantados ya para “hacer verdear” el 55% del área de esta nueva ciudad de 6.000 hectáreas en la Zona Norte -de alta plusvalía- a 5 minutos del Aeropuerto Internacional Viru Viru, entre los municipios de Warnes, Cotoca y Santa Cruz de la Sierra. No es un cuento, lo vi “con mis propios ojos”, cuando fui invitado al Acto donde se anunció la comercialización, con facilidades de pago, de terrenos en condominios cerrados, sobre la nueva autopista Santa Cruz-Warnes.

¿Por qué me emociona tanto hablar de esto? Por varias razones, en primer lugar, es una iniciativa única en el Continente ya que, a excepción de Brasilia -que la construyó el gobierno brasileño- no conozco que en ningún país se haya levantado una ciudad desde cero; segundo, por la prenda de garantía que es el diseño de la ciudad por una prestigiosa entidad gubernamental de Corea del Sur; y, porque es fruto de una iniciativa privada nacional, justo cuando el mundo nada en incertidumbre y la economía boliviana no pasa por su mejor momento: ¡Hay que tener agallas, para ser parte del modelo de desarrollo cruceño!

La Nueva Santa Cruz está llamada a convertirse en un centro estratégico para la actividad comercial, logística, turística, deportiva y empresarial, de hecho, siendo el más grande de Latinoamérica está motivando a que importantes instituciones nacionales e internacionales estén adquiriendo ya, sus propios sus espacios.

Fexpocruz construirá el Campo Ferial más grande del país; el Club Bolívar, con el Manchester City de Inglaterra, edificará la primera City Academy en Latinoamérica; más de 20 campos deportivos ya están construidos en la NSC; se erigirá, además, un Club de Golf; la Ciudad del Fútbol más grande del mundo, con un estadio para 40.000 personas; Universidades y Colegios nacionales e internacionales; Arenas para espectáculos; un Parque Temático, un Parque Acuático y un Ecoparque; Ciclovías y paseos peatonales; un Parque Industrial; un Business Park; un moderno Country Club y el “Key Point of Americas”, el centro comercial, de entretenimiento y desarrollo inmobiliario más grande de las Américas.

¿Sabía que todo esto nace de la visión de un cruceño llamado Julio Novillo Lafuente? Mis respetos para él… ¡Hay que tener agallas para invertir tanto en estos tiempos!

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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