OpiniónEmpresa

La dieta que podemos aplicar en el trabajo

Renata Saucedo Melgar

Especialista en Adquisición de Talento IT, Psicóloga Organizacional

Escucha la noticia

Si bien el término “dieta” se refiere al hábito alimenticio de la persona, y existen una variedad de dietas acorde a la necesidad del organismo (bajar de peso, ganar masa muscular, etc.) también debería existir una dieta mental que podemos aplicar en el trabajo, por lo que en este apartado les compartiré la importancia de nuestra alimentación para estar bien mientras trabajamos y una pequeña dieta “mental” que en realidad son aprendizajes que mi psicóloga me compartió en su momento.

Empecemos por la dieta alimenticia. ¿desayunás? ¿qué desayunás? ¿cuál es tu primera comida del día? Y he aquí la influencia cultural y modalidad de trabajo, que tendrá protagonismo de cómo estamos organizados a la hora de comer. Según el ciclo circadiano, nuestra primera comida podría empezar 1 hora después de levantarnos o 2 horas después de que haya amanacido, esto porque nuestro nivel de melatonina corporal está en mínimo y será necesaria la ingesta de alimentos para mantener nuestro ritmo durante el día. Acorde a esto, pueden haber escenarios donde por un lado, al trasladarse a una oficina para ingresar a las 8 de la mañana, algunos recurran a comprarse alimentos de kioskos o snacks rápidos, que quizás no sean los más nutritivos; así también otro grupo que prefiera desayunar en casa pero a la ligera, y lo que haya en la heladera ó en el peor de los casos, tenga que desayunar cerca de las 11 am, tipo brunch, mientras tanto, solo se toma “un cafecito”.  El otro escenario es de preparar tu desayuno en casa, sobretodo si tu modalidad de trabajo es híbrida o remota, y quizá aprovechar para concentrarte en qué alimentos consumir y sobretodo que sean nutritivos. (No les podría recomendar qué consumir y qué no, porque no soy nutricionista ni médica, sin embargo, sabemos que las frutas y verduras siempre serán aliados)

¿Qué beneficios traería laboralmente contar con un desayuno y/o alimentación saludable? Seguramente muchas a nivel físico, ya que “somos lo que comemos” sin embargo, me animo a decir, que psicológicamente nos aporta en: la energía, concentración, mejorar el humor, estimular ciertas áreas del cerebro, y también contribuir al bienestar en general.

Si no desayunás o desayunás algo “chatarra” quizá estemos menos predispuestos a concentrarnos por un tiempo no mayor a 10 min (hambre, ansiedad, distracción, etc.) por lo cual, podría afectar al desempeño durante todo el día, a pesar de almorzar y otras comidas en ese transcurso. Otra consecuencia podría ser la poca capacidad para manejar nuestras emociones o situaciones de estrés (algunos alimentos nos aceleran o bajan un ritmo adecuado tanto mental como físico). Quizá no te hayas dado cuenta, pero sí, los alimentos también nos predisponen a comportamientos y por ende a nuestra salud mental.

Por otro lado, la dieta mental conecta también con lo anterior ya que así como los alimentos tienen un efecto en nuestro cerebro y cuerpo, nuestros pensamientos del día juegan un rol que muchas veces no le damos atención: síndrome del impostor, ideas rumiantes, pensamientos intrusivos, autosabotaje que se traducen en baja autoestima, en prestar atención a nuestros errores, a lo negativo, a nuestros fracasos, a nuestras debilidades y otros puntos que empañan la realidad.

¿Qué pensas sobre vos antes de ir/conectarte con el trabajo? ¿Qué afirmaciones hacés sobre vos? ¿Qué comentarios hacés en el trabajo: positivos o negativos? Son algunas preguntas que te ayudarán a identificar qué tan nutritiva está siendo tu dieta mental. Actualmente el mindfulness, la meditación, mantras verbales, escuchar música melódica ó lecturas motivaciones son algunas de muchas maneras de llevar una adecuada dieta mental.

Lo importante de equilibrar nuestra dieta alimenticia y mental podría resumirse, desde mi percepción en cosas: aceptar que funcionamos de manera única y que conocernos será el inicio de estar bien con nosotros mismos. Es decir, la persona 1 puede que necesite subir de peso y necesite subir su autoestima, quizá a través de lecturas motivacionales o mantras verbales positivas; por otro lado, la persona 2 necesita bajar de peso, y necesita bajar su niveles de ansiedad, por lo que le funciona el mindfulness o escuchar música relajante… y así, cada persona tiene una necesidad y manera de funcionar mejor acorde a varios factores (personalidad, contexto, ambiente, experiencias, apoyo.)

En conclusión, nunca es tarde para ser mejores personas, destacarnos en nuestro trabajo y ser agradecidos por la oportunidad que tenemos. Que nuestra alma se nutra con esa dieta alimentaria y mental para ser felices con lo que esté a nuestro alcance.


Cuentanos si te gustó la nota

100% LikesVS
0% Dislikes

Renata Saucedo Melgar

Especialista en Adquisición de Talento IT, Psicóloga Organizacional

Publicaciones relacionadas

Abrir chat
¿Quieres unirte al grupo de Whatsapp?
Hola 👋
Te invitamos a unirte a nuestro grupo de Whatsapp