Escucha la noticia
Hace 30 años los periódicos y canales noticieros eran el medio de información por excelencia para las personas. Podían llegar a haber sesgos e interpretaciones en las ideas y opiniones, pero existía un entendimiento de veracidad en la información que se compartía. Hoy en día las redes sociales se han vuelto plataformas no solo para conectar con familiares y amigos como era su intención original, pero para difundir información cierta e incierta. Protegidos bajo la libertad de expresión, las personas pueden compartir cualquier tipo de información con la capacidad de volverse viral en cuestión de minutos. Cuando está se mezcla con sociedades polarizadas, llenas de discurso de odio, el resultado puede ser verdaderamente atemorizante.
Una de las redes sociales más populares a nivel mundial, Twitter, recientemente fue adquirida por el empresario Elon Musk. Musk ha establecido que Twitter respetará la libertad de expresión de todas las personas, sin importar sus ideales. Desde la finalización de la compra de Twitter, se ha notado un incremento de discurso de odio en la plataforma. Así que, ¿cómo se decide que es un comentario inofensivo y que representa un verdadero peligro?
Este debate se popularizó tras el cierre de las cuentas del expresidente estadounidense Donald Trump. Durante las elecciones del 2020, enfurecido por su derrota, Trump público una serie de tweets afirmando un fraude electoral y urgiendo a sus seguidores a protestar la presidencia de Joe Biden. Esto culminó en el ataque al capitolio el 6 de enero del 2021. Tras el ataque las cuentas de Trump fueron canceladas al ser considerados incitadores a la violencia.
Este problema implica muchos distintos aspectos. El desarrollo de las tecnologías responde a nuevos retos. ¿Deben las redes sociales responsabilizarse por la información que se comparten en sus plataformas incluso si no la producen, así como lo tienen los medios periodísticos? ¿Existe una responsabilidad de silenciar a aquellas ideas que pueden representar un peligro? ¿qué ideas son realmente un peligro?
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo
