Escucha la noticia
¿Nuestra mente nos miente? Desgraciadamente, la respuesta es, sí. Muchas veces lo que creemos que nos hará felices y nuestras intuiciones más fuertes, no nos llevaran a la felicidad. Al menos no a la felicidad que perseguimos, la cual definimos en la primera columna como bienestar o satisfacción y tranquilidad con nuestra vida.
¿Y cómo sabemos que nos miente? Es difícil y extraño aceptar que nuestra mente puede mentirnos sobre todo cuando somos conscientes que existen ejemplos dentro de lo visual. Hemos escuchado la frase ¨no creas todo lo que ves¨ y esta frase se hace real con ejemplos de ilusiones ópticas (la famosa foto del vestido y el debate entre si es negro y azul o blanco y dorado). Hay otras ilusiones ópticas como las famosas tablas de Shepard donde podemos ver como la visión nos engaña una y otra vez. Lo mismo pasa con la mente y con un fenómeno que se llama ¨miswanting¨ y es la creencia que ciertas cosas externas nos harían ¨más felices¨. Muchos de esos conceptos erróneos involucran por ejemplo: mejores salarios, mejores notas, mejor auto, una relación, y muchas cosas externas que deseamos y suponemos nos harían más felices. No siempre es el caso.
Hablemos de los ejemplos más comunes que son ganar más dinero y comprar cosas que deseamos. Uno de los estudios más importantes en este campo los hicieron los economistas Kahneman & Deaton en 2010. Después de encuestar a más de 450,000 estadunidenses y comparando sus salarios, les hicieron 3 tipos de preguntas en respecto a lo que ganaban:
1. Emociones positivas
2. No sentirse bajoneado o triste
3. Nivel de estrés
El resultado fue revelador porque muchos pensarían que a más ingresos, más emociones positivas, menos negativas y menos estrés. Sin embargo, lo que el estudio concluyó fue que después de pasar un cierto monto de ingresos, las variables se mantenían constantes. Eso significa que después de por supuesto cubrir todas las necesidades básicas de sus familias (casa, comida, transporte, salud y ropa) y pasar un cierto monto anual (que fluctuaba entre 80-150mil dólares dependiendo de dónde vivían), cualquier monto extra después de esos montos, el dinero ya no causaba ningún impacto emocional o de bienestar. Tenemos muchos ejemplos en nuestro alrededor de gente con muchísimo dinero que ejemplifica estos resultados, ya que a pesar de tener mucho dinero no gozan de bienestar físico o emocional.
Otro gran ejemplo de que nuestras mentes nos mienten, es que se adaptan rápidamente a las cosas, pero no nos damos cuenta. La adaptación hedónica, es una tendencia observada en la psicología por la que los humanos siempre retornan a un estado relativamente estable de felicidad después de sufrir importantes cambios positivos o negativos en su vida. En otras palabras, a medida que una persona obtiene logros, objetivos o comodidades, sus deseos y expectativas crecen al mismo ritmo, dejándole con el mismo nivel de felicidad que tenía al principio. Por ejemplo, nos podemos comprar un celular, un auto o una casa y sin duda al comienzo todo eso es nuevo y nos provocan emociones positivas, pero al pasar el tiempo nos adaptamos a ellas y después de un tiempo ya no nos provocan nada. Siempre ¨habrá algo nuevo¨ y mejor que no tenemos. Y por último, nuestras mentes se preocupan mucho por el contexto pero no por los absolutos. Esto quiere decir que tendemos a ver en el contexto a través de la comparación, que tienen mis pares que no tengo yo. Nos concentramos en cosas materiales en vez de pensar en absolutos como vida, salud, familia y trabajo. Es la tendencia de pensar que el pasto es más verde donde mi vecino, cuando capaz en términos absolutos, mi pasto es muchísimo más verde.
Con estos ejemplos concluyo esta tercera columna para que puedan digerir la realidad que la mente nos puede mentir o que nuestras inclinaciones o instintos mas fuertes pueden engañarnos. Capaz esto nos ayude a darnos cuenta cuando estemos cayendo en estas trampas mentales y ser conscientes que podemos corregirnos con paciencia. En la siguiente columna les podré compartir varias herramientas para poder combatir estas trampas mentales y reformular como medimos nuestro bienestar. ¡Hasta la próxima!