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La notable victoria de Milei en Argentina allana el camino hacia una “zona dólar”

Daniel Raisbeck dice que una Argentina dolarizada haría imposible negar el éxito de la dolarización en la región.

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Por Daniel Raisbeck1

La inesperada victoria de Javier Milei en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales argentinas es una hazaña notable.

Milei no sólo derrotó a la formidable maquinaria política del peronismo al tiempo que lideraba un nuevo partido político; también convenció a la mayoría de los votantes para que eligieran un retorno a la tradición perdida del liberalismo clásico argentino, con un énfasis manifiesto en el respeto incondicional de los derechos fundamentales a la vida, la libertad y la propiedad como verdadera fuente de prosperidad.

Sin embargo, la alegría durará poco. Milei se convertirá en el nuevo presidente de Argentina el 10 de diciembre, con una inflación anual superior al 140%, una moneda nacional prácticamente sin valor y un 40% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza. El presidente electo parece consciente, sin embargo, de que la gravedad de la crisis económica argentina no deja tiempo para medias tintas.

La aplicación del programa económico de Milei es la única oportunidad que tiene Argentina de derrotar a la inflación, recuperar la estabilidad monetaria y volver al crecimiento económico. Economista de libre mercado, el presidente electo entiende que hay que acabar con los controles de precios y de divisas, así como con todos los impuestos a las exportaciones. Milei ha sugerido incluso que eliminará unilateralmente las barreras argentinas al comercio mundial, un giro radical y necesario tras ocho décadas de fracaso proteccionista.

Y lo que es más importante, Milei planea dolarizar la economía argentina y cerrar el banco central. La dolarización es el mejor medio disponible para reducir la inflación a un solo dígito de forma rápida y permanente. Conceder curso legal al dólar también protege el poder adquisitivo de los ciudadanos al imposibilitar la devaluación de una moneda local frente al dólar.

El propio partido de Milei no controla el Congreso, aunque es probable que forme coalición con Juntos por el Cambio, un partido de centro-derecha. Aunque le cueste que el Congreso apruebe todas las reformas que pretende, la dolarización sería un magnífico logro en sí mismo.

Como demuestra la experiencia de PanamáEcuador El Salvador, los países dolarizados de América Latina disfrutan de tipos de interés más bajos y plazos de préstamo más largos para los actores solventes del sector privado. Además, la dolarización impone una dura restricción presupuestaria a la clase política local, proporcionando así un freno institucional al gasto público que ha hecho mucha falta en Argentina.

La dolarización no es una panacea; no garantiza ni altos niveles de crecimiento económico ni una buena gestión fiscal. Sin embargo, la concesión del curso legal al dólar sí controla la inflación y proporciona estabilidad de precios, creando así las condiciones básicas que el próximo gobierno de Argentina necesita para poner en marcha otras reformas necesarias por el lado de la oferta.

Si se lleva a cabo con éxito, la dolarización de Argentina puede tener consecuencias en toda América Latina. Dado que Panamá, Ecuador y El Salvador son países relativamente pequeños, el éxito de la dolarización en la región ha pasado casi desapercibido. Argentina, sin embargo, es un país grande e influyente. Una Argentina dolarizada crearía una “zona dólar” latinoamericana ampliada que, informalmente, incluiría también a Venezuela, un país que se ha dolarizado de facto.

Además de aportar estabilidad monetaria, el uso común de una moneda fuerte también podría impulsar el comercio intrarregional, que se ha mantenido en niveles mínimos en América Latina (especialmente si se compara con Norteamérica y la Unión Europea).

La campaña presidencial en Argentina adquirió una dimensión internacional cuando varios líderes de izquierda de la región -entre ellos el brasileño Lula Da Silva y el colombiano Gustavo Petro- intervinieron abiertamente en la política argentina oponiéndose a Milei y apoyando a su oponente, el ministro de Economía peronista Sergio Massa.

Dadas las recientes victorias electorales de los aliados de la izquierda dura de los peronistas en Brasil, Chile, Colombia y otros países, las elecciones de hoy en Argentina pueden verse como un referéndum sobre el futuro de la propia América Latina. Esto hace que la victoria de Milei sea aún más significativa.


1es un analista de políticas públicas para América Latina en el Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Instituto Cato. 

*Este artículo fue publicado en elcato.org el 20 de noviembre de 2023

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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