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La prohibición absoluta de la reelección

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En esta columna recordamos que Evo Morales y Luis Arce lograron una mayoría absoluta en las urnas y concentraron todo el poder en el presidente del Estado. Evo Morales ganó en la primera elección con 54% de los votos; en las elecciones de 2009 ganó con el 64%; en las elecciones generales de 2014 ganó con el 60%. Luis Arce ganó con un 55%. Evo Morales era además jefe del MAS y presidente “vitalicio” de las federaciones de cocaleros del Chapare (Cochabamba), y desde un principio impuso su liderazgo y se convirtió en un auténtico caudillo. El Estatuto del MAS, estaba elaborado a su medida y reconocía como un principio el Respeto al liderazgo nato (léase a Evo Morales).

Tradicionalmente ha prevalecido en Bolivia la reelección presidencial inmediata y, durante el gobierno de Evo Morales, incluso, buscó la indefinida y logró (con un alto costo institucional y del sistema político) tres períodos continuos (2006-2029). La Asamblea Constituyente había establecido la reelección indefinida del presidente y vicepresidente del Estado; sin embargo, la oposición política impidió que Evo Morales Ayma logre perpetuarse en el poder, por la vía de la Constitución de 2009.

Lo evidente es que Evo Morales desde que asumió la presidencia el 22 de enero de 2006, y se acomodó la “banda presidencial”, ya estaba pensando cómo hacerse reelegir y sus decisiones y resoluciones gubernamentales las tomaba pensando en las próximas elecciones y no en las próximas generaciones. En cualquier caso, la reelección presidencial (continua o discontinua) supone un retroceso democrático y un verdadero problema para la institucionalidad, la gobernabilidad y la estabilidad nacional. La angurria por el poder se impone y el presidente se convierte en un verdadero caudillo que busca cómo eternizarse en el poder.

La reelección presidencial genera ventajas para el candidato presidente; por ejemplo, no está obligado a renunciar previamente al cargo. Compartimos con Mario Serrafero  en el sentido de que el presidente candidato siempre tiene ventajas, que son: a) el reconocimiento o visibilidad pública que tiene la persona que ostenta la presidencia; b) el acceso a los recursos y las fuentes de financiamiento que provienen del gobierno; c) la exposición continua ante los medios de comunicación de masas; d) el partido en el poder a disposición de la reelección; e) el control y la manipulación de la economía en orden a los réditos electorales; f) las posibilidades que emergen del despliegue de las relaciones públicas que establece la presidencia con los sectores públicos y privados del país y del extranjero (Reelección presidencial, ventajas del candidato e inequidad electoral).

En el caso del candidato, Evo Morales, pese a la prohibición de la Ley y del tribunal supremo electoral, usaba y abusaba de los recursos públicos como: a) vehículos, oficinas, bienes y materiales del Estado; b) presupuesto público para pagar activistas, militantes, votantes; c) uso de medios de comunicación públicos o espacios privados pagados por el Estado. También utilizaba en sus campañas: a) los actos oficiales para su promoción política; b) promoción propagandística estatal subliminal; c) vinculación a candidatos con obras públicas ejecutadas o en ejecución; d) empleos públicos.

La reelección presidencial termina siendo nociva para el Estado Constitucional de Derecho y el sistema democrático. Esta figura ha degradado la democracia y ha instalado la deriva autoritaria, lo que muestra que ambas formas de reelección no solo suponen una tensión democrática, sino una verdadera amenaza y una vulneración a principios fundamentales como la alternancia, y la necesidad de que haya elecciones realmente competitivas y en igualdad de condiciones entre todos los candidatos.

La determinación del periodo presidencial busca controlar y limitar el poder porque cuando el poder político no está restringido y limitado, el poder se excede y vienen los abusos. Tal como advertía Loewensten, el poder encierra en sí mismo la semilla de su propia degeneración; es decir, cuando el poder no está limitado, el poder se transforma en tiranía y en arbitrario despotismo (Teoría de la Constitución). Y recordaba al famoso lord Acton, que hace patente de manera aguda el elemento patológico inherente a todo proceso del poder: El poder tiende a corromper y el poder absoluto tiende a corromperse absolutamente.


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