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Los comicios generales de este año tienen un rasgo inusual en comparación con anteriores eventos electorales en los que se ha buscado la conducción del país. Hasta el momento y sin que exista aún la convocatoria oficial a las elecciones 2025, se produjo una multiplicación de postulantes presidenciales, además del aumento de organizaciones políticas reconocidas por el Órgano Electoral, lo que anticipa el resurgimiento de los “taxipartidos”. Todo por llegar al poder.
De 11 partidos políticos de alcance nacional habilitados para competir hasta las pasadas elecciones, realizadas en 2020, a los que se les sigue ampliando el plazo para que renueven sus directivas —van siete dispuestos por el ambivalente Tribunal Supremo Electoral—, en 2024 nacieron otras dos organizaciones partidarias gracias al sistema biométrico: Nueva Generación Patriótica (NGP) y Autonomía Para Bolivia Súmate (APB Súmate).
Eva Copa, alcaldesa de El Alto, y Damián Condori, gobernador de Chuquisaca, están a un paso de que el Movimiento de Renovación Nacional (Morena), consiga su personalidad jurídica nacional y pueda participar en el escrutinio de este año, aunque Freddy Bobarín, uno de los promotores, es de la idea de que Morena debería esperar y convertirse en referente para las elecciones 2030. Han iniciado sus trámites ante el TSE Chi Hyun Chung y Edman Lara, quienes se presentaron como aliados el año pasado, pero ahora buscan tener siglas propias.
Eso quiere decir que, hasta marzo o abril, la cantidad de partidos políticos en Bolivia podría subir a 16, un crecimiento cercano al 50%. Preocupante. ¿Qué ocurrirá a nivel departamental o municipal? ¿Cundirá la fiebre de los “taxipartidos” en el ámbito regional con miras a las elecciones 2026? Confirmaría la atomización del sistema político, una señal que no debería ser ignorada por autoridades electorales, partidos, académicos y analistas, entre otros.
Según el portal del Tribunal Supremo Electoral, las organizaciones políticas de carácter departamental suman 115 a la fecha. Lidera el departamento de La Paz con 31 agrupaciones, le siguen Santa Cruz con 23, Cochabamba y Tarija con 13 en cada región, Chuquisaca con 11, Oruro con 9, Potosí con 7, y Beni y Pando con 4 organizaciones departamentales cada uno.
A qué apuntan estos datos, sobre todo la multiplicación de precandidatos y candidatos de cara a las elecciones de agosto de 2025. Candidatos oficialmente proclamados, en el campo de las oposiciones, son Jorge Tuto Quiroga, expresidente que representa a la alianza Libre con soporte partidario del FRI, y Manfred Reyes Villa, líder de APB Súmate y alcalde de Cochabamba que pedirá licencia sin derecho a percibir sueldos para abocarse a la campaña electoral, una vez que retorne al país.
Como precandidatos están anotados hasta el momento Samuel Doria Medina, Branko Marinkovic, Rodrigo Paz Pereira, Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho, Vicente Cuéllar, Amparo Ballivián, Chi Hyun Chung y Edman Lara. Por ahí andan con posibilidades de sumarse a la lista Johnny Fernández y Johnny Torres, alcaldes de Santa Cruz y Tarija, jefes de UCS y del MNR.
En el campamento oficialista todavía no hay candidatos oficialmente proclamados. En calidad de precandidatos están Evo Morales con o sin sigla del MAS; Luis Arce con la opción constitucional de buscar la reelección; Andrónico Rodríguez, quien es visto como la carta de renovación del masismo y componedor de la pugna entre evistas y arcistas; y con menor fuerza se habla de David Choquehuanca, de quien se sabe que tiene interés en que Morena obtenga su certificado de nacimiento lo antes posible.
Estos datos sirven para mostrar que la proliferación de aspirantes y el incremento de partidos tienen como rasgo común: el convencimiento de que esta vez los candidatos sí serán lo más importante del proceso electoral, que los líderes en carrera marcarán la diferencia, garantizarán la mayor cantidad de adhesiones y serán los principales imanes para atraer el voto ciudadano.
Por eso, viajan a todos los lugares posibles, excepto Evo Morales; cotidianamente crean contenidos para redes sociales; protagonizan encuentros y actos de incorporación; y hasta remedan discursos libertarios. Uno que otro expone propuestas, pero las utilizan para mostrar que cumple el perfil que busca el electorado para superar la crisis mutidimensional y la anomia social.
En mayo de 2012, se podría decir con carácter premonitorio, el fallecido dirigente del mirismo Guillermo Capobianco escribió un artículo de opinión para medios de comunicación titulado “La propuesta es el candidato” —rescatado en este texto— en el que fundamenta por qué se torna vital que el mensajero sea al mismo tiempo el mensaje.
“El hombre es el sujeto fundamental del proceso eleccionario. Es la mejor oferta social, es el reto y el destino de un proyecto histórico sometido al escrutinio inapelable de la voluntad popular, nacional y de la opinión publica ciudadana. El hombre, con nombre y apellido, es la carta fundamental de triunfo electoral. El hombre es el candidato.”, escribió el entonces experimentado Guillermo Capobianco, luego de anotar detalles que hacen a la importancia de los liderazgos, hace 12 años y por supuesto en la actualidad.
“La forja de líderes democráticos que nos hemos propuesto será un proceso en el cual el hombre será el mensaje, cada sello de su personalidad, cada detalle de su estilo y manera de ser, cada expresión de su rostro, cada mensaje subliminal de su mirada. El hombre es el mensaje, la promesa y el destino de la voluntad popular expresada en las urnas”.
En un país polarizado políticamente, con crisis multidimensional agravada y la celebración del Bicentenario de la fundación de República que aún no hace carne en la gente, quedan siete meses para el verificativo electoral en el que finalmente se sabrá quién encarnó exitosamente eso de que el mensajero es el mensaje y tomará el poder hasta 2030.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo
