Las dictaduras populistas
Dividir y descentralizar el poder significa necesariamente reducir la cuantía absoluta del poder. El sistema de competencias es el único sistema dirigido a hacer mínimo el poder que los hombres ejercen sobre los hombres. Centralizado como instrumento de poder político, crea un grado de dependencia que apenas se distingue de la esclavitud...” Friedrich August von Hayek “Camino de servidumbre”
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Contra ese poder que conduce a la servidumbre luchó, lucha y luchará Santa Cruz. La sociedad cruceña está harta de los abusos del poder centralizado e intolerante frente a las múltiples determinaciones de la realidad, poder que hoy
criminaliza al Comité Impulsor pro Censo y a los tres líderes del histórico paro de 36 días. Esas jornadas se cumplieron en beneficio de la Bolivia total, para que quienes viven en su territorio, inmigrantes/emigrantes, sean contados y que cada quien reciba del Estado lo que le corresponde para cubrir su salud, su educación, y sus tantas necesidades de trabajo digno y mejor vida.
Por esa justificada demanda, atrasada dos años, serán procesados penalmente el presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, Dr. Rómulo Calvo, quien suma un proceso a los 25 abiertos en su contra por los zarpazos centralistas; el rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, Vicente Cuéllar, quien con voz firme y serena demandó recursos para los más de 105 mil estudiantes del Ama Mater cruceña, pues solo dispone para 60 mil, y no puede pagar ni salarios; y el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, con otra causa por enfrentarse al poder centralista.
¡Pues tendrá que procesar a dos millones de mujeres y hombres que acatamos aquel paro, exigiendo al poder central el cumplimiento de sus deberes y respeto a la autonomía, hoy cercenada!
Santa Cruz está harta de las persecuciones políticas del régimen de Luis Arce, que quiere “el socialismo como en Cuba”, con el ex Morales detrás, desde su refugio cocalero, donde se cultiva la hoja de coca, materia prima de la cocaína y desde donde conspira contra Arce, de su mismo partido. También conspira contra el sistema democrático en el que se mimetizó, desde los ‘2000, para llegar al poder y, desde el poder, ejercido durante 14 años, desmantelar la institucionalidad democrática. Nunca fue demócrata.
El libro de Hayek, economista austriaco, escrito en 1941 con miradas multidisciplinarias, fue premonitorio: ese poder centralizador económico, significó la pérdida absoluta de libertades y el camino al totalitarismo.
Los que hoy siembran odio y revancha contra los piensan diferente, como en épocas de Hayek, son las dictaduras populistas del siglo 21, de izquierda o de derecha. Son las del partido que se pretende único, por eso van contra el
pluralismo político. Son los regímenes de presidentes autoritarios que se asumen al mismo tiempo Estado-Gobierno-Líder-Pueblo y ven a los ‘otros diferentes’ como enemigos del pueblo, a los que hay que exterminar. Son los que usan y abusan el poder de la mentira y la propaganda políticas, amén del culto a la persona.
En América Latina son la puesta en escena del patrón leninista/estalinista, tropicalizado por la Cuba revolucionaria, hace 60 años. Renovado por Chávez y Maduro, más el Foro de San Pablo, concebido por Fidel Castro y arropado por
Lula da Silva, hoy Grupo de Puebla en el México de López Obrador. Se suma la escalada de muerte y represión en Nicaragua. Allende los mares, con el criminal autócrata Putin y la teocracia de Irán que asesina a mujeres por descubrir sus cabelleras y a jóvenes sin distinción de género por exigir libertad.
En Bolivia, el poder político y el subsumido judicial, venal y corrupto, abren procesos y condenan a diestra y siniestra a sus oponentes. La violencia estatal con policías y grupos armados en acecho, incluye cárcel, como la aplicada a la
expresidenta Jeanine Añez y a 140 personas, entre civiles y militares. También hay avasallamientos, tomas de propiedades agrícolas y quema de maquinarias en haciendas privadas para apoderarse de tierras productivas en Santa Cruz. Llevan años haciéndolo, pero nadie ha sido procesado y juzgado. Tampoco los feminicidas.
Mientras el régimen hacía oídos sordos a la demanda cruceña, a 25 días del paro, el Comité Impulsor pro Censo dio un salto cualitativo e interpeló políticamente al Estado. Y transformó el censo, de “una simple tarea de estadísticas, a una poderosa base de la construcción de un nuevo Estado dónde la planificación se haga con datos y no con ideologías”, señaló el Dr. Calvo, tras la aprobación de Ley que garantiza censo 2024, distribución de recursos y
representación política de acuerdo a población, el mismo año.
La búsqueda de “un equilibrio entre lo deseable y lo viable” incluye la lucha contra el poder centralista que impide a Santa Cruz “ser y hacer” lo necesario para su desarrollo de economía de libre mercado, cooperativo y solidario. Y no
tendrá que dejar de pensar en la región para pensar en la Nación, si esa Nación rechaza los impulsos libertarios e identitarios de quienes son nacidos y afincados en esta región. Aquí se luchó contra el poder colonial, desde que se
tiene memoria, pues como no encontraron ni oro ni plata, fuimos descartables. Se luchó contra el poder republicano porque “el ser minero” se miraba a sí mismo e ignoraba la enorme geografía del Oriente. Se luchó y lucha contra ese
Estado Pluricentralista que quiere sumirnos en la servidumbre del poder dictatorial populista.