Lobos al acecho
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Están hambrientos. Dan vueltas alrededor de sus presas y les muestran sus fauces llenas de fiereza. Están seguros que las tienen atrapadas y esperan el momento para lanzar el ataque final. Aparentan ser de diferentes manadas, pero comparten el mismo instinto: cazar para no ser cazados.
Lobos políticos y lobos del narcotráfico están al acecho. Unos tienen rostros conocidos y quieren cabezas importantes del Gobierno y la Policía. Otros que no se muestran, pero que tienen poder y sus apellidos los delatan, pretenden que lo que hacen en la oscuridad no sea perturbado.
Las reuniones de Sacaba y La Paz, el 18 y 20 de junio, no aplacaron las pugnas internas y la unidad del masismo es una fábula. Bastó el triple asesinato de policías en Porongo para que al día siguiente del año nuevo andino, amazónico y chaqueño, el evismo retome la presión, combinando críticas con denuncias.
Evo Morales y sus diputados leales denunciaron que Misael Nallar Viveros y los otros autores de la ejecución de tres efectivos policiales recibieron protección estatal. Exigieron investigaciones a todo nivel para dar con los responsables “caiga quien caiga” y lanzaron la sospecha de que “alguien está metido hasta las patas”.
Ya hicieron rodar las cabezas de José María Velazco, ahora exdirector de la fuerza antidrogas, y de Jaime Arancibia, excomandante nacional de Umopar en el caso narcoaudios. Con ese antecedente, el acecho de los lobos partidarios se fue concentrando en la Felcn, insinuando otra vez protección al narcotráfico.
Ciertos medios de comunicación recibieron datos sobre eventuales contactos entre oficiales de la Felcn con Nallar para facilitar su huida. Y desde su programa dominical en radio Kawsachun Coca, Morales cuestionó que la fuerza antinarcóticos no haya actuado cuando Nallar viajó en su avioneta de Santa Cruz a San Joaquín (Beni) y viceversa, horas después del crimen de dos sargentos y un policía voluntario.
El acoso de los lobos del evismo no ha cesado. El diputado Héctor Arce pidió la conformación de una comisión especial en la Asamblea Legislativa para investigar el caso Porongo y a nivel del Ejecutivo, la segunda reunión entre el presidente Luis Arce y las federaciones cocaleras del Chapare, prevista para el 9 de julio, puede cambiar de tono.
El ampliado de emergencia del MAS puso su cuota parte en la presión. Conminó al Vicepresidente dejar de hacer política interna y resolvió pedir la renuncia de los ministros de Gobierno y Justicia, aunque se sabe que la cabeza que realmente le interesa al evismo es la de Eduardo del Castillo.
Los otros lobos, criaturas amamantadas por el clan Lima Lobo, no son menos peligrosos. Se sienten amenazados y les preocupa perder el dominio territorial del oriente del país, desde donde se exportan valiosos e importantes cargamentos de drogas a mercados europeos, africanos y asiáticos a través de Paraguay y Brasil, fundamentalmente.
Fue sorprendente como en menos de 24 horas, un juez de sentencia de Santa Cruz admitió una acción de libertad presentada por el equipo de cinco abogados de Nallar y dio la orden para que el cachorro de la manada sea retornado a Santa Cruz y cumpla los 180 días de detención preventiva en un penal de ese departamento.
De Nallar Viveros se sabe que a sus 32 años, sin una actividad lícita demostrada, cuenta con una lujosa hacienda en Santa Cruz y otra en Beni, además de un hotel, un minizoológico con animales silvestres, 20 cuadratraks de competencia o teryx, una avioneta, un hangar y tres pisos en el barrio Equipetrol de la capital cruceña.
Se movilizaba con guardaespaldas armados y tenía amistades en conocidas familias de la sociedad cruceña. Todo eso siendo yerno de Einar Lima Lobo, narcotraficante boliviano extraditado a Brasil el año pasado para que cumpla una condena de 14 años de prisión. Carmen Lima Lobo, hermana de la cabeza del clan es alcaldesa del municipio beniano de San Joaquín, adonde Nallar viajó después del triple asesinato.
La respuesta del Gobierno a los lobos partidarios fue remover al Director de la Felcn-Santa Cruz y poner a disposición de la Dirección Nacional a la totalidad del personal de esa unidad, entre ellos un capitán denunciado como contacto de Nallar que “debía solucionar el problema” en Porongo y el inicio de un nuevo proceso judicial por legitimación de ganancias ilícitas.
¿Será suficiente? ¿Qué otras cabezas están dispuestos a entregar a los lobos del evismo? ¿Nuevamente la del Director Nacional de la fuerza antidrogas? ¿La del Comandante General de la Policía o de alguien más?
La respuesta a los otros lobos tampoco fue contundente, sino de carácter procedimental. Primero se anunció la apelación de la decisión del juez de sentencia de revocar la detención preventiva de Nallar en el penal de alta seguridad de Chochocoro y luego se dijo que la sentencia favorable al implicado no especifica el cambio de cárcel.
La situación del Gobierno y la Policía es compleja. El asesinato de tres policías en Porongo los ha puesto a merced de lobos que buscan las cabezas de autoridades de alto nivel, por, un lado, y que pretenden impunidad, por el otro. Queda esperar para saber cómo sortearán el acecho de los lobos.