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Los Bolivianos no Lloran, Los Bolivianos Facturan!

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Shakira popularizó esta frase en una canción, quizás dirigida a la mujer latina y su capacidad de reinventarse frente a la adversidad. Pero en Bolivia esta mentalidad es parte de su esencia. El Boliviano no llora, el boliviano se reinventa. El Boliviano no se queja, el boliviano busca oportunidades. Y en esta crisis, como en tantas otras, los bolivianos no nos rendimos, nos adaptamos y seguimos facturando.

Sabemos que más del 60% del PIB proviene del sector informal y que no todos los bolivianos emiten facturas. Pero aquí no estamos hablando sólo de números. ¡No seamos tan literales! Facturar es mucho más que emitir un comprobante: es crear, vender, reinventarse, adaptarse. Y de eso, los bolivianos sabemos.

Esta historia de resiliencia es la historia de empresarios, emprendedores, trabajadores y amas de casa que, ante cada crisis económica en el país, han encontrado la manera de salir adelante con determinación, creatividad y muchas ganas de prosperar pese a todas las crisis que vienen golpeando al país en las últimas décadas.

El Nuevo Consumidor Boliviano

El consumidor boliviano no sólo ha cambiado, se ha hecho más fuerte y bastante más desconfiado. Hoy, no compra por costumbre, compra por necesidad. Ya no cree en promesas vacías ni en marcas que no se esfuerzan por ganarse su confianza. Quiere calidad sin pagar de más, y si una marca no se lo da, simplemente se va con la competencia. Aquí no hay espacio para la mediocridad.

Ipsos Cies Mori muestra que el Índice Primario de Sentimiento del Consumidor (IPSC) se ubicó en 22,3 puntos en octubre de 2024, muy por debajo del promedio global de 49,1. Esta pérdida de confianza obliga a las empresas a desarrollar estrategias más precisas y empáticas para mantener su presencia en el mercado.

Estrategias de Pricing para un Mercado Inflacionario

En Bolivia, ajustar precios no es sólo una estrategia, es una prueba de supervivencia. Aquí no gana el que baja precios sin pensar, gana el que encuentra maneras inteligentes de ofrecer más valor. El que conoce a su consumidor y sabe venderle sin regalar su rentabilidad. Porque aquí, el que no aprende rápido, se queda atrás.

Las empresas que no cuenten con un conocimiento profundo de manejo de precios y medición de la elasticidad de su demanda dentro de sus equipos comerciales y de negocios, enfrentarán una realidad dura y peligrosa de pérdida de rentabilidad. Lo ideal es que en esta época puedan enfocarse en algunas medidas ya comprobadas:

  • Flexibilidad y Adaptación: Revisar precios periódicamente y ajustarlos según las condiciones del mercado. En Bolivia, la adaptabilidad ha sido siempre un pilar de la supervivencia empresarial, y esta crisis no es la excepción.
  • Ofertas y Promociones Inteligentes: Diseñar paquetes y estrategias que aumenten el valor percibido sin reducir la rentabilidad.
  • Transparencia: Una comunicación honesta con clientes y socios comerciales fortalece la confianza y evita conflictos en un contexto de cambios constantes.

Reforzando el Valor de Marca en Tiempos Difíciles

Una marca no es sólo un logo o un producto, es una promesa de valor. En Bolivia, la crisis separa a las marcas que sólo venden de aquellas que realmente conectan con la gente. Porque en tiempos difíciles, los consumidores no sólo quieren comprar, quieren confiar.

Una marca fuerte y bien posicionada es un escudo contra la crisis. Esta es la parte donde los marketeros hacen valer su trabajo de cara hacia todo lo construido para la salud de sus marcas. Y eso es sólo el comienzo, además se debe buscar cercanía con el consumidor, innovación de portafolio y amplificación de los canales de venta:

  • Cercanía con Empatía: Adaptar los mensajes de marketing a la realidad que vive el consumidor boliviano. Las marcas que muestran comprensión y solidaridad con sus clientes generan mayor fidelidad.
  • Innovar con Formatos Accesibles: Crear versiones más pequeñas o accesibles de los productos permite mantenerse en la canasta básica del consumidor sin forzarlo a un gasto mayor.
  • Ampliar Canales de Venta: Diversificar los puntos de contacto con los consumidores es clave para garantizar accesibilidad y conveniencia.

Canales Digitales: Oportunidad de Bajo Costo en Bolivia

Si algo ha demostrado el emprendedor boliviano es que no necesita una tienda física para hacer grandes ventas. Hoy su negocio cabe en la palma de su mano: Facebook, WhatsApp e Instagram son su vitrina, su canal de atención y su sistema de pago. Mientras algunos siguen esperando tiempos mejores, otros están vendiendo desde sus teléfonos. La crisis ha cambiado las reglas, y los que mejor lo entiendan, seguirán facturando:

  • Marketplaces y E-commerce: Plataformas como Facebook Marketplace y WhatsApp permiten vender sin grandes inversiones en infraestructura.
  • Social Selling: Aprovechar redes sociales para conectar directamente con los clientes ha sido una estrategia clave para pequeños y medianos emprendedores.
  • Logística Inteligente: Modelos de entrega flexibles y alianzas con servicios locales permiten optimizar costos y mejorar la experiencia del cliente.

Resiliencia Empresarial Boliviana

Las crisis en Bolivia no son el final, son el filtro que separa a los que se rinden de los que se reinventan. El empresario que hoy se adapta y actúa, es el que mañana va a liderar. Y esta crisis, como tantas otras, será sólo otro capítulo en nuestra historia de lucha. Porque en Bolivia, el que sobrevive no es el que llora. Es el que actúa y finalmente, el que factura.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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