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El anuncio de la compra de Twitter por el multimillonario Elon Musk, trajo muchas consecuencias inmediatas en una de las redes de mayor influencia en los generadores de opinión.
Si bien Twitter no es la red social más popular del mundo, cuenta con más de 300 millones de usuarios que centra su popularidad en la inmediatez de la información generada, en la brevedad de los mensajes y el acceso a seguir las opiniones de cualquier personaje en el mundo.
Pero a pesar de esas virtudes, algunos se han tropezado con la “censura” a algunos famosos; entro los que destaca Donald Trump, a pesar de que enfáticamente la red ha desmentido que utiliza una censura encubierta y simplemente dice “que clasifica los Tweets para crear experiencias que sean más relevantes para ti y que solo suspende una cuenta o solicita eliminar contenido cuando incumple sus reglas”.
A pesar de esto, Musk ha dicho que su principal deseo al comprar Twitter es garantizar la libertad de expresión e incluso ha animado a todos sus detractores a quedarse en la red, después que asuma el control de la red.
El problema es que Twitter en los últimos años se ha convertido en un campo de batalla de desinformación generados en su mayoría por bots, a través de los cuales se ha tratado de manipular elecciones o la opinión respecto a cualquier tema candente.
Siempre he cuestionado que los algoritmos de algunas redes sociales refuerzan y generan una especie de eco de nuestras opiniones, encasillándonos a solo escuchar lo que queremos escuchar y a reforzar nuestras ideas como la verdad absoluta.
He ahí la importancia de tener una red que permita escuchar diferentes opiniones que me permitan escuchar otros puntos de vista; con los cuales puedo o no estar de acuerdo, pero que alimenten la tolerancia.
Por eso, creo yo, que ha despertado tanto interés la compra de Twitter porque Elon Musk utiliza como bandera la libertad de expresión, la eliminación de lo bots y las cuentas anónimas que se usan para desinformar o atacar a personas, la posibilidad de un código abierto que nos muestre los criterios para mostrarnos un tweet o no, y que los mensajes directos estén encriptados como lo hacen Signal.
Algunos cuestionan que el poder que acumulan algunos individuos sobre las redes sociales y la necesidad de regularlas para asegurar el bien común. En realidad, creo que lo todos cuestionamos, es la transparencia en los algoritmos que nos permitan decidir que vemos y que no como usuarios, y de esa manera evitar la manipulación del contenido que consumimos.
El otro problema, es que vivimos cada vez más en un mundo polarizado, donde todo pareciera binario, si o no, a favor o en contra. De hecho, el propio Musk twitteo una imagen en la cual hace referencia a que su posición política no ha cambiado a lo largo del tiempo, pero la radicalización de la “izquierda” lo ha terminado poniendo a él más cerca de la “derecha”, cayendo desde mi perspectiva en esta lucha binaria mundial, alimentando más la polarización.
Convertir a Twitter en políticamente neutro, es probable que no agrade ni a unos, ni a otros. Entonces realmente habrá logrado su promesa. El mismo describía esto a través de un Tweet “Para que Twitter sea confiable debe ser políticamente neutro, y esto significa molestar por igual tanto a la extrema derecha como a la extrema izquierda”.
Ahora, ¿cómo se hace para recuperar una inversión de 44 mil millones de dólares? Más si durante los últimos años Twitter ha sido una compañía deficitaria, perdiendo el 2021 cerca a 221 millones de dólares, que, aunque es menor al año anterior, sigue poniendo a la empresa en números rojos.
No sabemos si Musk cumplirá sus promesas sobre Twitter, sin duda utilizará la red para generar sinergia con sus otras compañías e intentará convertir a Twitter en una red rentable, lo único cierto es que soplan tiempos de cambio para el pajarito azul y por ende para todos nosotros.
*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo