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Los fondos denominados Créditos para el Sector Productivo y de Vivienda Socia (CPVIS) l, y otros fondos de crédito de naturaleza similar fueron, más que una ayuda con préstamos a los clientes, una manera de incrementar temporalmente las RIN del Banco Central.
Los damnificados con esta modalidad de aumentar transitoriamente las RIN, han sido los depositantes en dólares en el sistema bancario. Mientras el BCB no devuelva los fondos a las Entidades de Intermediación Financiera (EIF) ellos no los podrán devolver a los depositantes. De facto opera un “corralito” para depósitos en moneda extranjera. Para que los bancos atiendan a los clientes en sus requerimientos de productos y servicios en moneda extranjera, el BCB debería estar en condiciones de restituir los fondos que éstos entregaron como garantía en dólares estadounidenses (Reclamo de ASOBAN del 22/05/2024). Por otra parte, los bancos, para no ser penalizados en la eventualidad de una devaluación del tipo de cambio, tampoco reciben transferencias ni depósitos de los clientes en moneda extranjera, causando más inconvenientes a los clientes.
El requerimiento de activos líquidos, con los que se constituye el fondo de Requerimiento de Activos Líquidos en moneda extranjera (RAL-ME), fondo en el que cada EIF tiene su aporte individualizado, documentado por títulos, y el encaje legal se parecen, pero persiguen fines diferentes. El encaje es el efectivo que se mantiene en el Banco Central para fines de control monetario. El RAL-ME tiene una finalidad de estabilidad financiera.
La génesis de los CPVIS está ligada a la política de promover la bolivianización (desdolarización) del sistema, aumentando dinámicamente las tasas de encaje legal en títulos del RAL-ME entre el 2011 y el 2017, como instrumento. La política dinámica del BCB con relación al RAL-ME cambió de dirección más tarde, rebajando los requisitos, con la condición de que la rebaja fuera convertida en moneda nacional y depositada en el fondo para los CPVIS. Las EIFs podían obtener recursos de ese fondo, con tasas de interés de 0%, para otorgar créditos a los sectores priorizados a una tasa de 6%.
Se estableció el primer CPVIS el año 2017, con vencimiento a febrero de 2018. Luego se establecieron nuevos CPVIS, alargando los vencimientos. En 2022 se decidió permitir que las EIF puedan efectuar “aportes voluntarios” al fondo de los CPVIS, porque la ASFI, en coordinación con el BCB, redujo el límite de sus inversiones en el exterior de 15% a 10% de su patrimonio.
Las rebajas concernían los títulos acumulados en el fondo RAL-ME, que tienen un rendimiento positivo. pero bajo (igual al rendimiento de activos sin riesgo o de muy bajo riesgo). Prestando los recursos liberados por la rebaja del requerimiento de activos líquidos para el CPVIS, los rendimientos eran a una tasa alta, pero de mayor riesgo. En otras palabras, los CPVIS representaban el cambio de activos de bajo riesgo y bajo rendimiento por activos de mayor riesgo y mayor rendimiento y con una garantía cambiaria, una operación swap. La reducción del RAL-ME desprotegía a los depositantes. No se consideró que el BCB podía quedarse sin RIN, y que entonces la garantía cambiaria no podría materializarse.
La devolución de los depósitos a los ahorristas es central para consolidar la estabilización. Es también importante para el normal funcionamiento del sistema bancario. Está entre las recomendaciones del FMI, en su consulta del artículo IV del 2024, la devolución paulatina de los depósitos en dólares.
Los diversos instrumentos para la devolución de los depósitos tienen que estar precedidos por el cierre de la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. Si las tasas en moneda nacional son suficientemente remunerativas y si la depreciación cambiaria esperada no es demasiado alta, el público podría aceptar la devolución de sus depósitos en dólares en moneda nacional. Esta decisión debe ser obviamente completamente voluntaria, sin perjuicio de que los bancos mercadeen activamente los depósitos en bolivianos. Pueden también optar por recibir títulos del BCB en MVDOL con tasa de interés suficientemente atractivas, que es la propuesta de la Fundación Milenio.
La devolución en dólares sería la solución óptima. El BCB podría emitir bonos en dólares, negociables en el mercado, para atenuar el ritmo de la restitución


