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El Departamento de Santa Cruz, ha sido, es, y seguirá siendo una tierra de oportunidades -una suerte de tierra prometida– para la gente de bien que llega con sueños de progreso y, al adquirir el espíritu cruceño que los arraiga a su nueva morada, pasan a respetarla, amarla y terminan defendiéndola a ultranza.
El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), con el respaldo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), presentó en 2010 el libro “Historias de Migrantes Bolivianos Exitosos en la Agricultura Cruceña” como un homenaje al Bicentenario del Departamento de Santa Cruz, para explicar una parte importante de su pujanza, como señalara el entonces Presidente del IBCE, Ing. Pablo Antelo Gil, cuyas principales expresiones recojo en esta columna.
El libro -plasmado también en un documental de igual nombre- rememora desde los años ´50, cómo miles de compatriotas llegaron a Santa Cruz a “buscarse la vida”, un doloroso éxodo que sigue dándose hasta hoy. Todos llegaron pobres, pero hoy son pequeños, medianos y grandes productores al haber aprovechado la oportunidad que les dio Santa Cruz de “hacer”, pero también de llegar a “ser”, a realizarse como personas en los planos económico, social e institucional.
Estos exitosos productores del agro, junto con los oriundos del lugar y migrantes del extranjero -japoneses, rusos, menonitas, europeos, argentinos, brasileros, etc.- al buscar su propio beneficio contribuyeron con su trabajo a sustituir importaciones, generar exportaciones y producir empleos en pacífica convivencia con los lugareños.
Muchos de los primeros migrantes bolivianos llegaron a Santa Cruz a caballo, en camión, bicicleta o a pie, para andar luego en mula y carretón por sendas o agrestes caminos en su cotidiana faena por décadas, ayudando a forjar la soberanía alimentaria de Bolivia y excedentes para exportar, así como cientos de miles de fuentes de empleo. Su creciente presencia en tierras cruceñas muestra que, una pacífica convivencia intercultural basada en la educación y el respeto es posible.
Estos nuevos cruceños, que empezaron como trabajadores rurales, son hoy solventes productores orientados al mercado, con familias bien establecidas e hijos profesionales, herederos de un gran patrimonio moral y económico. Otros migrantes adquirieron pericias técnicas y se convirtieron en excelentes técnicos, mecánicos, tractoristas, maquinistas y pequeños empresarios. Todos lograron su sueño de mejorar sus ingresos y, con ello, su calidad de vida.
Destacan los valores adquiridos en Santa Cruz: la fe en Dios, el trabajo duro y sacrificado, el amor por la familia, el entusiasmo y la valentía; la honestidad y la sencillez, en medio del éxito; la gratitud a la región y un gran sentido de pertenencia: “Soy más camba que los cambas” … “Soy colla, pero también soy camba”, como dicen muchos.
“Historias de Migrantes Bolivianos Exitosos en la Agricultura Cruceña” da fe de la generosidad de Santa Cruz, que, sin importar su origen étnico, cultural o racial, acoge a los hermanos bolivianos, los arropa e integra a su modelo de desarrollo probadamente exitoso, así se diga lo contrario.
A través de más de 30 testimonios logrados en el Norte Integrado y el Área de Expansión al Este, se encuentran expresiones admirables y genuinas sobre lo que para ellos representa el progreso, el desarrollo, el mercado, las instituciones y empresas, así como la tecnología y la sostenibilidad productiva, aspectos reiteradamente destacados al ser entrevistados. El libro refleja los sentimientos de estos esforzados productores del agro, fruto de una rica experiencia adquirida en cuanto a la unidad, solidaridad e integración al medio, destacando la armónica coexistencia con los oriundos, ajenos a las mezquindades de la política.
Si esto viene ocurriendo en el Oriente ¿por qué no replicarlo en otros Departamentos del país con plataformas productivas que arraiguen a la gente en su tierra? ¿Por qué no forjar un gran Pacto Social Productivo, un Acuerdo Nacional por la producción, la competitividad y el empleo, para desarrollar otras regiones del país?
¿Por qué no dar sostenibilidad a la política social con oportunidades productivas para todos los bolivianos? ¿Por qué no educar con una visión correcta, como forma idónea de solucionar de raíz el flagelo de la pobreza? ¿Por qué no ponernos de acuerdo para que todos los ciudadanos puedan hacer empresa o acceder a un empleo digno y bien remunerado, en su lugar de origen
¿Por qué no transversalizar el esfuerzo público para todos nuestros hermanos, sin distinción, salvo -tal vez- una discriminación positiva para los más necesitados? ¿Por qué no decir sí al mercado y al desarrollo sostenible? ¿Por qué no forjar instituciones que viabilicen el desarrollo con paz social para que todos, absolutamente todos, podamos progresar solidariamente y ser libres, como los migrantes bolivianos exitosos en la agricultura cruceña? ¿Por qué…?
Para ver la película: https://www.youtube.com/watch?v=NPdvpntvMtw&t=251s