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Javier Milei fue electo presidente de la República Argentina el día domingo 19 de noviembre. Milei es un economista que recién se metió a la vida política en 2021, como diputado nacional. Es lo que en política se denomina comúnmente como “outsider” es decir, un personaje que se aleja de los estereotipos y estructuras del político tradicional, así como también acumula su prestigio o reconocimiento fuera de la política. Milei era muy conocido por sus comentarios y análisis con mucha información y muy elevados de tono, incluso de forma confrontacional.
Desde que Milei ganó las elecciones PASO (elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias), aquí en Bolivia salieron a decir que tenía que surgir un “Milei boliviano”. Pero cabe preguntar por qué ganó Milei. Más allá de su personalidad irreverente y agresiva, Javier Milei se convirtió en presidente por difundir ideas. Desde 2017 Javier Milei viene difundiendo en redes sociales y programas televisivos las ideas del liberalismo para los argentinos. Es decir que Milei viene trabajando en la difusión de ideas y en la creación de un proyecto desde hace años.
Milei aglutinó ese sentimiento de hartazgo en la población argentina. Ese hartazgo y rechazo a la corrupción, al estatismo, a que el Estado asfixie al empresario con impuestos haciendo que los precios suban hasta por los cielos, a que el Estado, con el discurso buenista de la igualdad pretenda dirigir la vida de los ciudadanos, a la burocracia excesiva que solo tiene el fin de dar puestos a los amigos o a los que hacen campaña, haciendo más difícil la vida para todos los ciudadanos de bien. En Argentina vimos cómo la difusión de las ideas y la creación de una alternativa con auténtica vocación liberal pudo ganar una elección.
Por eso ganó Milei. Porque durante años el -hay otros también, que vienen desde incluso antes-difundió las ideas liberales a la población argentina, que son antagónicas al populismo kirchnerista, además que planteó una propuesta auténtica, con una visión de país diferente, con una ideología asentada que no cambia día a día dependiendo de la conveniencia, creando una propuesta opuesta al socialismo del siglo XXI.
Lamentablemente, en Bolivia no existe esto. Porque la oposición en Bolivia es carente de ideología y de ideas, pues están en política por el cargo o por la fama, no por imponer un modelo de estado en el que ellos creen. Nadie propone una visión nueva ni un modelo de estado diferente. Toda la oposición propone lo mismo que el MAS, salvo con algunas diferencias, pues unos se hacen ver como un socialismo “light” y democrático, y otros que son un populismo, pero “federal”.
Para lograr un cambio en Bolivia es necesario que se difundan las ideas de la libertad de abajo hacia arriba, es decir, que la gente empiece a debatir estas ideas y empiece a demandar su aplicación en Bolivia a los políticos.
Quién será el candidato es secundario, lo que es urgente es proponer ideas, promover el liberalismo y difundirlo por todo el país, sea en eventos, conferencias, charlas, redes sociales, televisión, por todos lados. Para que así se cree un proyecto alternativo que proponga una verdadera libertad económica, una democracia estable y unas instituciones que funcionen y no estén a la merced del gobierno de turno.