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Nuevo empate catastrófico y búsqueda de un punto de bifurcación

Jorge Kafka

Politólogo

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En el año 2008, el ex vicepresidente Álvaro García Linera escribió un documento titulado Empate catastrófico y punto de bifurcación. En este texto planteó que con la salida de Sánchez de Lozada del poder se habrían creado las condiciones para la construcción de un nuevo proyecto político social, indígena y popular, que podía disputarle el poder al neoliberalismo.

Más aún, para el periodo 2006- 2008 reconocía que ninguno de estos bandos podía convertirse en proyecto hegemónico, lo que determinaba una situación de “empate catastrófico”, que sólo sería resuelto por una vía insurreccional o mediante una salida democrática vía nueva Constitución y creación de un nuevo Estado (punto de bifurcación).

Pasado el tiempo, se puede señalar que las condiciones que llevaron a García Linera a plantear la necesidad de buscar una salida institucional a la crisis política del Estado neoliberal, hoy en día se asemejan a la necesidad de buscar una salida pacífica a la crisis del Estado Plurinacional.

El punto de partida es obviamente reconocer en primera instancia que el Estado Plurinacional comenzó a dar señales de esa crisis política el año 2016, cuando se desconocieron los resultados del referéndum sobre la reelección de Evo Morales. Situación que se agravó con el fraude electoral del año 2019, que desembocó en un levantamiento ciudadano, la renuncia de Morales a la presidencia y el derrumbe del discurso hegemónico de la diversidad cultural.

Analizadas las cosas de esa manera, el terrorismo de Estado desplegado por el gobierno a fines del año 2022 muestra que ha llegado a su “zona de emergencia”, tal cual ocurrió con el Estado del 52 en su fase militar dictatorial. En este nuevo momento, de avances y retrocesos para las fuerzas sociales y políticas en pugna, se evidencian tres condiciones de la crisis estatal en curso.

En primer lugar, se ha hecho visible la confrontación entre dos proyectos políticos nacionales: por un lado, el de un Estado socialista etiquetado de plurinacional, con fuertes rasgos totalitarios, versus el proyecto de recuperación democrática liberal, donde comienza a perfilarse la idea de un nuevo tipo de Estado federal.

En segundo lugar, se ha hecho manifiesta la pugna social y regional enmarcada en la disputa entre el centro político, La Paz, y la periferia, Santa Cruz. Del conflicto entre la población de las ciudades del occidente contra organizaciones sociales corporativas, se ha pasado a una confrontación directa entre el aparato de represión del Estado contra la población cruceña.

En tercer lugar, se visibiliza también la división interna del bloque en el poder que disputa el control del aparato público y el reconocimiento por la titularidad del proceso de cambio. Fractura política que es estructural por el lado del proyecto político indígena aymará, encarnado por el vicepresidente.

Bajo los signos de la crisis del Estado Plurinacional, consiguientemente, se plantea la necesidad de identificar las salidas que pueden atemperar el incremento de la conflictividad o en su defecto consolidar una salida por la fuerza.

La gran desventaja del bloque en el poder, en este escenario, radica en el hecho de que perdió su capacidad hegemónica, lo que le obliga a recurrir en última instancia a buscar mantenerse en el poder por la vía de la fuerza, la cual es insuficiente sí se considera que la sociedad cruceña no está acostumbrada a la sumisión, de ahí que la única salida que le queda al partido gobernante es la destrucción de la región rebelde.

Por el otro lado, la otra línea de salida a la crisis pasa por la rearticulación de las resistencias regionales, con la perspectiva de impulsar un proyecto político nacional hegemónico. El desafío de expandir la resistencia regional de Santa Cruz a una demanda democrática nacional pasa, entonces, por el hecho de que Santa Cruz asuma el liderazgo en la construcción de un nuevo tipo de Estado.

En este marco, las acciones de los contendientes definirán el rumbo que tomará Bolivia, sea éste la consolidación de un modelo totalitario de ejercicio del poder o la construcción de un nuevo proyecto político nacional democrático con base regional.

*La opinión expresada en este artículo es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la posición oficial de Publico.bo


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Jorge Kafka

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