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A una senadora oficialista no se le ha ocurrido mejor “gestión” que proponer un proyecto de ley por el que La Paz sea declarada: “Sede de gobierno y centro del poder político”, recogiendo aquel anterior dislate contenido en la Ley Departamental No. 026/2012 de 20 de octubre de 2012, por el que se declaró: “La Paz, eterna sede de gobierno”.
Como los Chuquis gustamos recordar aquello de que somos locos y no cojudos, esa intención ha desatado una serie de reacciones que van desde afirmar que se trata de otra provocación fruto de los acostumbrados delirios centralistas; que están volviendo a las andadas para consumar ya también el traslado del Judicial, que la Capitalía, etc. Algunos se han puesto en pie de guerra; otros han aprovechado para -siquiera esito- mandar furibundas notas de reclamo y así sucesivamente ha generado mucho ruido.
Por mi parte, tratando de separar la paja del trigo y, a la vista de aquello de ORWELL cuando enseñaba que: “Para los demagogos, jugar con las emociones de las personas es siempre más eficaz, que apelar a su sentido común”, la muy peculiar propuesta me ha divertido y hasta generado lástima; pues si bien el papel aguanta todo, la iniciativa además de pecar de ociosa queriendo cambiar la curvatura del cuadrado, contraviene uno de los grandes dogmas de la bolivianidad: ¿Cómo podemos coherentemente reclamarle al usurpador chileno nuestro Litoral arrebatado por la fuerza y, aquí adentro, validar algo similar, cuando el siglo pasado se arrebató por la misma vía a Sucre la sede del ejecutivo y del legislativo? ¿Se darán cuenta los proponentes de ese pequeño gran detalle?.
Pero como la realidad es mucho más dura que la ley (lo dijo GOETHE); al final del día la propuesta de ley se cayó por su propio peso y terminó en el basurero como otra anécdota más de los dislates y ociosidades parlamentarias, propias de algunos demagogos desubicados.
A propósito, ya que esos vientos soplan en el legislativo sea el departamental de la sede o el nacional, bien podrían continuar con la serie y, por ejemplo plantear otro proyecto de ley para declarar a la papalisa como el afrodisiaco eterno mundial (aunque los de la Pfizer protesten); ordenar se modifiquen los usos horarios mundiales, para incluir la hora del reloj de Choquehuanca (que marca al revés), sin perjuicio de otro proyecto, para clausurar bibliotecas, ordenando sólo sea obligatorio leer en las arrugas de los abuelos; etc.
Aunque pensándolo bien, probablemente aquello de lo eterno, sea más bien un pataleo de algo mucho más profundo y evidente: la actual sede -así como le ocurrió a Sucre el siglo pasado- está paulatinamente perdiendo su peso político -sólo sostenido por la mastodóntica administración pública- pues el peso económico que determina el político, esta no más virando hacia el oriente, principalmente Santa Cruz. (Por eso, su paro cívico está haciendo temblar al gobierno…).
A propósito, aquella Ley Departamental que invade competencias nacionales y el proyecto fracasado, podrán engrosar la lista elaborada por el “The Times” de las 25 leyes más absurdas que siguen vigentes en el mundo. Por ejemplo: Si aparece una ballena muerta en las costas británicas, la cabeza es del rey; sin embargo, la cola pertenece a la reina en el caso de que necesite los huesos para su corsé. En Bahrein, un doctor puede examinar los genitales de una mujer, pero tiene terminantemente prohibido mirar a ellos directamente durante el examen y sólo puede ver su reflejo en un espejo. En el Reino Unido, un hombre que se siente obligado a orinar en público puede hacerlo siempre y cuando apunte hacia la rueda de su vehículo y mantenga su mano derecha apoyada en él. Hay de todo en la viña del Señor.
Alguien dijo que la función legislativa es algo demasiado serio por lo que es un peligro dejársela a políticos demagogos y populacheros que son capaces de decretar por ley el fin de la pobreza, la felicidad de un pueblo o la curvatura del cuadrado; pero, cuidado, como enseña Karl KRAUSS: “El secreto del demagogo es hacerse tan estúpido como su audiencia, de tal modo que crean que son tan inteligentes como él”.