Petro se declara en la ONU defensor de la cocaína
En los últimos 12 meses hasta abril de 2022, un total de 24775 personas han muerto por sobredosis de cocaína solo en EEUU. Una cifra que se ha cuadruplicado en comparación con 2015. Pero Gustavo Petro dijo que esta sustancia causa "mínimas muertes" y propuso acabar con la “irracional” guerra contra las drogas. La misma política fracasada que aplicó López Obrador en México
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Por José Gregorio Martínez1
Con la excusa de proteger las selvas de Colombia y salvar al planeta del cambio climático, Gustavo Petro se declaró en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) como el gran defensor de la cocaína, esa dañina sustancia que ha matado por sobredosis a 24775 personas solo en Estados Unidos durante los últimos 12 meses registrados hasta abril de 2022 por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
El presidente colombiano usó nuevamente al petróleo y el carbón como elementos de comparación para minimizar las consecuencias de las sustancias estupefaciente que usan los grupos narcoguerrilleros para financiarse y para justificar su propuesta de acabar con la “irracional” guerra contra las drogas.
“¿Qué es más venenoso para el ser humano? ¿La cocaína o el carbón o el petróleo? El dictamen del poder ha dictado que la cocaína es el veneno y debe ser perseguida, así ella solo cause mínimas muertes por sobredosis y más por las mezclas que provoca su clandestinidad dictaminada, pero en cambio el carbón y el petróleo deben ser protegidos, así su uso pueda extinguir a toda, a toda la humanidad”, aseguró Petro en su debut en la ONU.
Casi 25000 muertos por cocaína, una cifra «mínima» para Petro
Para Gustavo Petro es «mínimo» el hecho de que las sobredosis por drogas hayan matado en los últimos 12 meses hasta abril de 2022 a un total de 103.664 personas solo en EE. UU., de las cuales 24775 se atribuyen específicamente a la cocaína.
Lo más preocupante es que las cifras han venido en aumento. Hasta enero de 2015, el balance correspondiente a los últimos 12 meses por sobredosis de drogas en general era de 47523, mientras que a la cocaína se atribuían en ese entonces 5496 casos, de acuerdo con datos oficiales de los CDC. Esto quiere decir que los fallecimientos por sobredosis en general se han duplicado en los últimos siete años, pero en el caso de la cocaína se han cuadruplicado.
La romántica excusa de salvar el planeta
El mandatario colombiano, que perteneció al M-19, –grupo narcoguerrillero que se financiaba con el negocio de la droga al igual que hoy lo siguen haciendo el ELN y las FARC– calificó de “hipócrita” el discurso de los países desarrollados para salvar la selva que “se quema mientras ustedes hacen la guerra y juegan con ella”. Esto a propósito del uso del glifosato para erradicar los cultivos de coca, los que defendió con vehemencia.
“Mi país es bello porque tiene la selva amazónica, la del Chocó, las aguas, las cordilleras de los Andes y los océanos. Allí en esas selvas se emana oxígeno planetario y se absorbe el CO2 atmosférico. Una de esas plantas que absorbe el CO2, entre millones de especies, es una de las más perseguidas de la Tierra. A como dé lugar se busca su destrucción. Es una planta amazónica. Es la planta de la coca, planta sagrada de los incas. Como en un cruce de caminos paradójico, la selva que se intenta salvar es al mismo tiempo destruida. Para destruir la planta de coca arrojan venenos, glifosato en masa, que corren por las agua. Detienen a los subcultivadores y los encarcelan”. De esta manera romántica pintó Gustavo Petro el panorama para justificar su propuesta de poner fin a la guerra contra las drogas.
«Yo les demando desde aquí, desde mi Latinoamérica herida, acabar con la irracional guerra contra las drogas. Disminuir el consumo de drogas no necesita de guerras, necesita que todos construyamos una mejor sociedad», agregó el mandatario colombiano.
Hasta 35 % de México en manos de narcos con política de AMLO
Pero su propuesta no es ninguna novedad. Se trata de la misma política aplicada por su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien también propuso al inicio de su mandato poner fin a la guerra contra las drogas. El resultado ha demostrado que los únicos beneficiados han sido los carteles de la droga.
Después de tres años en el poder, el jefe del Comando Norte de Estados Unidos, el general Glen VanHerck, estimó en marzo del año pasado que los grupos criminales que manejan el negocio del narcotráfico en México controlan hasta 35 % del país, en “áreas que son con frecuencia ingobernables”.
Ejemplo de ello es la ciudad de Culiacán, capital del estado de Sinaloa –cuna del mayor cartel del narcotráfico– donde el 17 de octubre de 2019, soldados mexicanos retuvieron a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán –el más grande narcotraficante preso en EE. UU. –, lo que desató una ola de violencia en toda la ciudad, donde grupos de sicarios provocaron tiroteos e incendios, y liberaron a una cincuentena de presos de un penal, y al verse superado por la situación, el Gobierno tomó la decisión de liberarlo bajo el argumento de “proteger” la vida de los ciudadanos.
Un espejo para Colombia
López Obrador confesó un año después que no se trató de una decisión de su gabinete sino que fue él mismo quien dio directamente la orden de liberación, lo que dejó en evidencia que su política de poner fin a la guerra contra el narcotráfico ha derivado en un Estado más débil y complaciente, mientras los carteles se fortalecen y ganan territorio. La violencia desatada así lo demuestra. Un total de 88 políticos, entre ellos 34 candidatos, fueron asesinados en el país entre septiembre de 2020 y mayo de 2021, previo a las elecciones federales que se llevaron a cabo el 6 de junio.
México es un espejo para Colombia. El discurso de Gustavo Petro en la ONU apunta en la misma dirección que tomó hace cuatro años López Obrador sin que al país haya llegado calma, mucho menos la “paz total”. Siendo el narcotráfico la fuente de financiación del Ejército de Liberación Nacional (ELN), de las “disidencias” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Cartel de los Soles –operado por la cúpula del chavismo en Venezuela–, la política complaciente con el narcotráfico augura un panorama oscuro a escasos días de la reapertura de la frontera.
1Periodista venezolano dedicado a las fuentes de Política y Economía. Editor jefe de PanAm Post. Experiencia previa en medios como NTN24, El Mundo Economía & Negocios, Diario La Verdad y Globovisión.
*Este artículo fue publicado en panampost.com el 20 de septiembre de 2022